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DUODÉCIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Año Impar. Ciclo B)
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
Lecturas:
a.- Job. 38, 1. 8-11: Aquí se romperá la arrogancia de tus olas.
b.- 2Cor. 5,14-17: Ha llegado lo nuevo.
c.- Mc. 4,35-40: ¿Quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen?
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven
Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra,
de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta: Concédenos vivir siempre, Señor, en el amor y respeto a tu
santo nombre, porque jamás dejas de dirigir a quienes estableces en el sólido
fundamento de tu amor. Por nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.
- “Este día, al atardecer, les dice: Pasemos a la otra orilla” (Mc. 4,35ss).
El evangelio, nos presenta la tempestad calmada, por obra de Jesucristo (cfr. Mt.
8, 23-27; Lc. 8, 22-25). La escena se relaciona con la primera lectura, donde Dios
domeña la soberbia del mar, y pone un límite a su obrar. Aquí, con el poder de
Dios, Jesús calma el mar, con lo que el evangelista lleva a creer en Jesús, Hijo de
Dios que vence la muerte y salva a los creyentes. Pasar a la otra orilla, tiene en
Marcos un significado especial, pasar a comprender el poder de la fe, y conocer
mejor a Jesús, como el Hijo de Dios. Hasta ahora, Jesús había predicado desde
una barca mientras la gente, le escucha desde la orilla. Esa misma tarde, deciden
cruzar el lago o mar de Galilea (v.35). El relato revela fuertes contrastes, entre la
borrasca que se levanta y el tranquilo sueño de Jesús, el reposo del Maestro y la
angustia de los discípulos, tempestad y bonanza. El pasaje posee un trasfondo
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veterotestamentario, textos que alaban el dominio del Señor sobre las aguas (cfr.
Sal. 89,10ss), el hecho que el mar, criatura de Dios, es también imagen del caos
original, lugar de los monstruos marinos, criaturas demoníacas que amenazaban
la vida de los navegantes; el Salmo canta la salvación que Yahvé brinda a quienes
invocaron su auxilio (cfr. Sal.107, 23-30). “Pasemos a la otra orilla” (v.35),
expresión que en labios de Jesús expresa una orden, hecha con autoridad y que
requiere confianza y obediencia. Los apóstoles, recogen a Jesús como estaba, es
decir, en la barca, desde la que estaba enseñando. Si bien el fenómeno de la
tempestad, es producto natural, propio de la geografía y clima de la región, la
depresión del Jordán frente a la cadena montañosa del Hermón, el significado es
mucho más profundo: la nueva comunidad de los apóstoles, está sujeta al asalto
de las fuerzas oscuras, que amenazan su existencia. El sueño de Jesús, se
explica, por el cansancio del día, pero también, ese “despertarse” de Jesús, es un
velado anuncio de la resurrección de Cristo.
- “Maestro, ¿no te importa que perezcamos?” (v. 38ss).
Esta súplica de los apóstoles, es la expresión de una fe aún imperfecta, a lo que el
Maestro responde con calma, invitándolos a descubrir más allá del silencio, la
presencia amorosa de Quien lo puede todo. La falta de fe de los apóstoles,
consiste en haber creído que Jesús, los abandonaba a su destino, es decir al
naufragio seguro. La duda, nace de si podrá hacer algo, de su persona, en
definitiva, de si realmente los quiere. En lugar de estar angustiados y ansiosos por
la situación, era mejor estar cerca de Quien reposa tranquilo en el cabezal (v.38).
Despertado por los discípulos, Jesús se levanta, el sueño, metáfora de la muerte,
se opone, el despertarse-levantarse, del Hijo de Dios que vence para sí y sus
discípulos el oleaje del mar, símbolo de las fuerzas oscuras de las potencias del
infierno y de la muerte. Jesús increpó al mar y dijo: “Calla y enmudece” (v.39). El
Maestro tranquilaza el mar, como si fuera un demonio, enemigo del hombre,
dando a la acción, una connotación de exorcismo. La gran bonanza (v.39), la
calma del mar, opuesto a la borrasca, es la victoria de Jesús sobre la muerte, con
lo que libera a los apóstoles de su asalto. Luego, viene el reproche de Jesús a los
apóstoles, por su cobardía y falta de fe (v.40). Con lo ya acontecido, deberían
tener fe en Cristo, conocer a Jesús y su poder que salva. Tienen miedo a la
muerte, lo mismo el anuncio de la Pasión, y lo dejarán sólo, porque huirán, el
miedo habla de falta de fe (cfr. Mc. 8,32; 10,32).
- “¿Quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?” (Mc. 4, 41).
Finalmente, la incipiente fe de los discípulos, es movida por el temor de Dios,
que los lleva a interrogarse, ante la epifanía del poder divino: ¿Quién es éste? (v.
41). La pregunta, les acompañará por largo tiempo, hasta que puedan confesar su
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fe en el Hijo de Dios. Si hay una característica en Marcos, es querer responder
dos interrogantes básicas para comprender su evangelio: la primera se refiere a la
persona de Jesús, el Reino que inaugura y sus leyes, y una segunda, quién es el
discípulo y de qué modo seguirle. ÉL no revela ni proclama su identidad, sino que
son los discípulos quienes deben comprenderla y manifestarla. Son los discípulos,
quienes deben aprender a conocer, quién es el Señor por sí mismos, acogiendo
su palabra y enseñanza, siguiéndole, interrogándose por las experiencia que han
vivido con ÉL (cfr. Mc. 4, 40s; 8,16-21). El Evangelio de Marcos, converge más
que en lo doctrinal, en lo experiencial de Jesús, que nace de la comunión de vida
con ÉL. La llamada al seguimiento de Jesús, se concretiza en forma muy precisa:
conocer su persona, acoger su enseñanza y adherirse a su camino de vida.
Marcos, empuja al lector a contemplar la persona de Jesús, con lo que consigue,
entrar en el contenido del Evangelio y de la persona del Maestro de Nazaret.
b.- Meditación. ¿Qué me dice? ¿Qué palabra o hecho de este evangelio me
habla al corazón? Escoge tu texto o versículo y da razón de tu elección.
- “Pasemos a la otra orilla” (v.35). Me dice, que con Jesús puedo pasar a la otra
orilla, es decir, comenzar a creer, llegar al puerto de la vida eterna.
- Maestro, ¿no te importa que perezcamos? (v.38). Me dice, que Jesús no me
abandona mi suerte, como pensaron los apóstoles que había hecho con ellos,
porque me ama. Soy yo, quien puede abandonarlo, y abandonarme a mí mismo.
- Otros testimonios…
c.- Oración. Qué le digo al Señor Jesús a propósito de este texto? Escoge
una palabra con la que inicias tu oración personal.
- “El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza” (v.39). Señor Jesús clama
con tu poder las borrascas que se levantan en mi ánimo, para tener paz, te lo pido
Señor.
- “¿Cómo no tenéis fe?” (v.40). Que no pierda Jesús el ejercicio de la fe y del
amor en la vida de cada día, sobre todo en los trabajos y tribulaciones. Te lo pido
Señor.
- Otras oraciones…
d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?
No perder el ejercicio de la fe y del amor en las tribulaciones y trabajos de la vida
cotidiana.
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5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este pasaje evangélico:
Teresa de Jesús, hablando de la noche oscura del alma dice: ““Parece que ya no
ha menester consideración para entender esto, porque la experiencia de pasar por
ello, habiéndose visto del todo inhabilitada, le hacía entender nuestra nonada, y
cuán miserable cosa somos; porque la gracia aunque no debe estar sin ella, pues
con toda esta tormenta no ofende a Dios ni le ofendería por cosa de la tierra), está
tan escondida, que ni aun una centella muy pequeña le parece no ve de que tiene
amor de Dios ni que le tuvo jamás; porque si ha hecho algún bien o Su Majestad le
ha hecho alguna merced, todo le parece cosa soñada y que fue antojo. Los
pecados ve cierto que los hizo” (6M 1,11).
6.- Alabanza y Adoración. Te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre por tu Hijo que calma el mar de nuestras pasiones, te
alabamos Señor.
- Te alabamos Padre, desde los que no te alaban, ni agradecen tus dones, desde
ellos y con ellos te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre, desde el mundo de los que están sumergidos en el mar del
dolor, de los que tienen motivos para estar alegres, desde ellos y con ellos te
alabamos Señor.
- Otras alabanzas…
7.- Preces: Te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre, por la Iglesia y nuestro país, para que exista paz en los
corazones y en las mentes y así juzgar lo mejor para nuestro futuro. Te lo pedimos
Señor.
- Te pedimos Padre para que mejore la situación de trabajo y la economía de
muchos hermanos en nuestro país. Te lo pedimos Señor.
- Te pedimos por el aumento de las familias cristianas, matrimonios santos e hijos
responsables de su futuro. Te lo pedimos Señor.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
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“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros
contemplando” (S. Juan de la Cruz).
Página Web de la Parroquia Virgen del Carmen de Viña del Mar:
www.carmelitasvina.cl