Ovejas sin pastor
Sufrimos hoy, una profunda orfandad. Se habla de una ‘sociedad sin padre’. Es notorio el
vacío de liderazgo o, simplemente, los así autodenominados líderes, se apacientan a sí
mismos. Ya no importa la persona, son necesarios sólo los números. Apenas alcanzamos a
escuchar el “clamor” de las muchedumbres, pero su dolor nos pasa desapercibido y más
bien nos incomoda tanta gente “desocupada”.
Jeremías arremete contra los “falsos pastores”. Quienes tenemos algún cargo de
responsabilidad en la dirección de la comunidad, deberíamos leer atentamente estos
párrafos de Jeremías. Bastaría desgranar cada letra, juntar las palabras y dejar que las frases
calen hondo en nuestra conciencia. Más que la unidad interesa la dispersión. Más que la
conciencia aludimos al anonimato. No tener tiempo es la máxima justificación de nuestra
inoperancia, ineficiencia, incapacidad.
Pablo es un hombre de fe. Nos dice que su sola fe es la esperanza. Y en ella encuentra
motivos para buscar la unidad de los pueblos, sentar las bases de una nueva humanidad y
construir la gran familia en procesos de reconciliación. Para nuestro tiempo esto es una
utopía. Pero es también un desafío. La “casa Común” como algunos gustan llamar a nuestra
Madre Tierra, necesita de estos valores de la unidad, la reconciliación, la novedad.
Jesús nos da ejemplo de su encuentro con la gente. Parte de una simple actitud: La
compasión que en Él es Misericordia, escucha serena de su sufrimiento, compartir
soluciones, cambio de mentalidad, respeto por la persona y solución oportuna y generosa a
sus demandas. Esto va en la dirección correcta de soluciones que promuevan la solidaridad,
la búsqueda de la justica y respuesta a nuestras soledades y angustias existenciales.
Cochabamba 19.07.15
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com