Vacíos de pensamiento
En alguna red social he leído estos días lo siguiente: “Naces, creces, ves Dragn Ball, ves
Dragón Ball Z, ves Dragón Ball GT, ves Dragón Ball Super, no maduras, mueres, revives
con las esferas del Dragn”. Ya no pensamos. Por lo mismo, no maduramos. Damos vueltas
como ruletas o como expertos maniquíes manipulando un clic que define toda nuestra
ilusión, que, al final de cuentas, determina nuestra existencia. ¡Qué miseria humana!
Es Pablo quien reta a los cristianos de su comunidad parroquial de Éfeso, diciéndoles que
no actúen como gentes “vacías de pensamiento”. Y da parámetros que definen este vacío
tan abismal: Se quedaron formolizados, estáticos, avejentados. No solamente tenían
pensamientos vacíos, sino que estaban vacíos de pensamiento. No lograban renovarse, darle
sentido a sus vidas, transformarse a la medida de Cristo…
Los israelitas habían vaciado no solamente sus mentes, sino también sus corazones.
Querían regresar a “las ollas de Egipto”. La libertad da miedo, incomoda. Aprender a volar
da pánico y suscita la nostalgia de la seguridad, de la comodidad. Las cadenas pesan pero te
dejan la sensación de la tranquilidad a precio de tu conciencia y de tu dignidad. Moisés
quiere cambiar la mentalidad de su pueblo pero choca con su ansiedad de regresar a las
cadenas…
Jesús quiere brindarnos el “Pan de la Vida”. Podríamos aadir el “Pan del corazn y de la
inteligencia”. Un pan que supera a aquel que comieron los Israelitas en el desierto que los
dejaba morir. O les creaba la necesidad de regresar a su acostumbrada servidumbre. El Pan
que da Jesús es nuevo y engendra en nosotros la novedad de un pensamiento y de un
corazón nuevos, capaz de recrear en nosotros caminos de libertad y de armonía integral.
Cochabamba 02.08.15
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com