1
Domingo 22 TO
“Me honran con los labios; pero su corazón está lejos de mí” (Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23)
(Diálogo sobre el Evangelio de hoy: No al ritualismo )
José Martínez de Toda, S.J. ( martodaj@gmail.com )
¿Cuál era este problema de ‘no lavarse las manos’ antes de comer?
Los fariseos acostumbraban a lavarse las manos antes y durante las comidas. Pero no
era sólo una medida higiénica. Ellos querían hacer como los sacerdotes , que estaban
obligados a estos lavatorios cuando se acercaban al altar. (Éxodo 30:18-21 y 40:31). Era una
manera de demostrar su devoción a Dios – y de tener como un marcador que los diferenciara
de sus vecinos paganos, considerándose los predilectos de Dios y «los santos». Por ejemplo:
- La mayoría de las casas de Jerusalén tenían un espacio destinado a los baños y
lavatorios rituales.
- Usaban agua de lluvia , que no fuera transportada.
- Preferían recipientes de metal, piedra y vidrio, porque no son materiales
absorbentes, y así no necesitan de la limpieza ritual después de ser usados.
- “Y volviendo de la plaza, si no se lavaren, no comen.”
- Lavaban la ropa u otros objetos que habían tenido contacto con animales
(Levítico 11:28-38).
- No mezclaban “carne” y “leche ” (Éxodo 23:19).
Otros ejemplos de ritualismo y rigorismo: 39 normas para el sábado y 613 mandatos
derivados de la Ley Mosaica (Shökel, Lc 6, 1-5 y Lc 6, 6-11). Fueron acusados los discípulos
de triturar espigas en sábado para comerlas, y Jesús fue acusado de curar en sábado
Los fariseos y los maestros de la ley se dieron cuenta de que algunos discípulos de
Jesús comían sin haberse lavado las manos, y le preguntan a Jesús:
- “¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de los ancianos, sino que
comen con las manos impuras?”
¿Qué responde Jesús?
Él los llama “hipócritas”. En la literatura clásica griega, la palabra “hipócrita”
( hypokriton ) se aplica a los que actúan en el escenario de un teatro . Y Jesús continúa:
Enseñan como doctrinas de Dios lo que son mandamientos de hombres ” (vv. 6b-7).
Es decir, los fariseos habían inventado cosas que no venían de Dios.
Ya lo advirtió Isaías: “ El día de ayuno buscáis vuestro interés; ayunáis entre riñas y
disputas, dando puñetazos sin piedad .” (Is 58, 3b-4).
Y Jesús, para desenredar los errores de los fariseos, hace dos aclaratorias.
1ª aclaratoria : Recomienda no actuar por rutina y costumbre, sino pensar por qué se
hacen las cosas. Hay una experiencia muy conocida hecha con unos monos.
<Colocaron cinco monos en una jaula: en el centro pusieron una escalera y arriba
sobre ella un montón de cambures o bananos. Cuando un mono subía la escalera para agarrar
los bananos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el
suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo
agarraban a palos. Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la
tentación de los bananos.
2
Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera cosa que hizo el
nuevo mono fue comenzar a subir la escalera para comer cambures, pero fue bajado
rápidamente por los otros, quienes además le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo
integrante del grupo ya no subió más la escalera.
Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con
entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y,
finalmente, el último de los veteranos fue sustituido.
Entonces se vio que los monos, aun cuando nunca recibieron un baño de agua fría,
continuaban golpeando a quien intentase llegar a los cambures o bananos. Si les preguntaran
por qué pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería: "No sé, las
cosas siempre se han hecho así, aquí..." >
A veces somos como esos monos. Hacemos muchas cosas simplemente porque así se
han hecho siempre, sin preguntarnos por qué lo hacemos así.
“Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio” (Albert Einstein).
Jesús dice: < Está escrito: " Este pueblo me honra con los labios , pero su corazón está
lejos de mí. El culto que me dan está vacío , porque la doctrina que enseñan son preceptos
humanos". Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios para aferrarse a la tradición de
los hombres. > Los fariseos le daban más importancia a las tradiciones de los hombres que a
los mandatos de Dios (o la Torá). Lo que realmente importa es hacer la voluntad de Dios,
aumentar nuestra fe, esperanza y caridad.
Entonces, ¿Jesús condena las tradiciones, como inventos humanos?
Jesús no condena toda tradición. Condena el ponerlas al mismo nivel o por encima de
lo mandado por Dios. Hemos heredado procesiones, novenas, celebraciones, fiestas. Todas
son hermosas y buenas, pero… no hay que confundirlas con lo esencial.
Todas esas tradiciones son medios para un fin.
Y el fin es dar gloria a Dios, y formar la iglesia de Cristo, que es vivir juntos el amor y
compartirlo con los hermanos. Somos una sola familia, unida en lo esencial que es buscar la
salvación para todos. El fin siempre será caminar juntos hacia Dios.
Jesús nos aclara qué es lo importante y qué lo secundario.
¿Cuál es la segunda aclaratoria?
Jesús añade: “ Lo que hace al hombre malo es lo que viene del corazón ”.
Lo que viene de fuera, no afecta al hombre, no lo hace malo, no lo mancha.
Lo malo es lo que viene de su corazón y consiente a ello. Es decir, los malos
pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, el narco, la droga, los asesinatos, la avaricia,
la corrupción, los adulterios, la codicia, las maldades, el engaño, los vicios, la envidia, los
chismes, el orgullo, la falta de juicio. Todas estas cosas malas salen de dentro y hacen impuro
al hombre.
Lo demás es pura hipocresía: De nada sirve vestirse elegantemente e ir así a la Iglesia,
si la conducta es mala, perversa e impura. “Aunque el mono se vista de seda, mono se queda”.
Lo que importa es purificar el interior. De nada sirve rezar muchas oraciones, asistir a muchas
procesiones, si mis obras no siguen los mandatos de Dios.
Jesús viene a recordarnos que lo importante no es lo que dicen los labios, sino lo que
dice el corazón.