1o de noviembre: Fiesta de Todos los Santos
Santos y santas sin canonización
La fiesta de Todos los Santos, evoca la multitud numerosa de los Hijos de
Dios…Solo Dios es Santo. Llegar a ser santo, es dejar que Dios nos ame, es
aceptar convertirse en hijo de Dios. La fiesta de Todos los santos es
esencialmente, una Buena Noticia de la parte de Dios.
EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 5, 1- 12a
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se
acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:
--Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
· Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.
· Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.
· Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán
saciados.
· Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
· Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
· Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de
Dios.
· Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el
reino de los cielos.
· Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de
cualquier modo por mi causa.
· Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el
cielo.
Palabra del Señor
Reflexión central:
La Fiesta de todos los santos celebra la larga cadena de testigos que nos
han precedido.
Al comienzo del mes de noviembre, la liturgia destaca la FIESTA DE TODOS
LOS SANTOS y el recuerdo tierno y caluroso de todos nuestros seres
queridos. Recordamos entonces esta larga cadena de testigos que nos han
precedido en la fe y a aquellos y aquellas que han desempeñado un papel
tan importante en nuestra vida.
Los psicólogos afirman que el recuerdo de las personas que han sido
importantes para nosotros forma nuestro sentido de identidad. Las
personas que olvidamos no tienen verdadera influencia en nosotros,
mientras que aquellos que vienen una y otra vez a nuestra memoria
continúan influyendo en nosotros durante largo tiempo después su partida.
En el transcurso del año litúrgico, a través de nuestros encuentros de fe,
nos acordamos de grandes personajes de la historia del cristianismo:
Abraham, Moisés, David, los grandes profetas, Pedro y Pablo, Agustín,
Tomas de Aquino, Francisco de Asís, Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, la
Madre Teresa, Gandhi, Martin Luther King y tantos otros.
Pero también están las personas menos conocidas, pero que han tenido
una influencia determinante en nuestra vida: nuestros padres, nuestros
abuelos, ciertos educadores, vecinos, amigos, colegas de trabajo.
Estas personas son faros que iluminan nuestra vida, son guías que nos han
tomado de la mano y nos han hecho la vida más bella y más fácil. Nadie se
ha creado de una sola vez, de un solo tirón y todos y cada uno somos el
resultado de la influencia que han tenido sobre nosotros innumerables
personas.
Estas dos fiestas de comienzos de noviembre son celebraciones de
recuerdo y de gratitud.
Estas celebraciones son también una preparación para nuestra propia
muerte. Nuestro mundo moderno hace todo lo necesario para borrar la
muerte de nuestro espíritu. Los medios de comunicación están plenos de
violencia « de la muerte de los otros », pero al mismo tiempo están
repletos de publicidad donde nos prometen la juventud eterna. Esos Mas
Media nos quieren hacer creer que con sus productos nosotros
apareceremos 10,15 o 20 años mas jóvenes y que tendremos una larga
vejez, sin pérdida de fuerzas y sin enfermedades terminales.
En todo eso, hay el peligro de olvidarnos quienes somos. Nosotros los
cristianos creemos que no todo se termine con la muerte. Creemos que la
muerte es un paso o pasaje. Como dice el profeta Isaías :
« El Señor enjugará las lagrimas de todos los rostros…Sobre su santa
montaña, el Señor preparara un gran banquete…El hará desaparecer la
muerte…Estemos alegres, y seamos felices ».
Ahora, nosotros viviremos en paz en el Reino de Dios donde « El lobo
habitara con el cordero, la pantera se acostara con el venado. El ternero, el
leoncillo y la gran bestia estarán juntos, conducidos por un niño. La vaca y el
oso pacerán y juntos se acostarán sus cachorros. El león como el buey
comerán heno. El recién nacido jugará en el nido de la áspid y sobre la
madriguera de la víbora el niño meterá la mano. Nadie hará violencia ni mal
sobre toda mi montana santa, porque el país será colmado del
conocimiento de Dios, como las aguas cubren el fondo del mar » (Isaías
11,6-9).
El Apocalipsis, el último libro del nuevo testamento agrega : « Yo vi un cielo
nuevo y una tierra nueva- pues el primer cielo y la primera tierra han
desaparecido y el mar no existe más…He aquí el lugar donde Dios habita
con los hombres . Ellos serán su pueblo y Dios estará con ellos, Él será su
Dios. Él enjugará toda lagrima de sus ojos : la muerte no existirá mas, no
habrá mas grito, ni lagrima ni pena, porque el antiguo mundo ya ha
pasado» (Apocalipsis, 21,1-4).
Luego de las celebraciones de noviembre, la biblia nos dice que hay dos
maneras de ver la vida: creer que todo se termina con la muerte o ver la
muerte como un obstáculo para llegar a la otra orilla, a otro estilo o género
de vida. Nosotros cristianos creemos en una muerte que conduce a la
resurrección. Es esto lo que celebramos en estas fiestas de todos los santos
y de todos nuestros difuntos.
Estas celebraciones nos recuerdan también que el tiempo que nos queda
por vivir es un regalo de Dios. Debemos utilizarlo para dedicarnos a crear
un mundo mejor desde ahora.
Cristo nos invita Hoy « a enderezar la cabeza » y a ver más allá de la
muerte.
Celebremos con alegría el recuerdo de aquellos y aquellas que vivieron
antes que nosotros y festejemos nuestra gran esperanza cristiana. Como lo
dice San Pedro en su primera carta: « Estemos siempre atentos y listos para
dar razón de nuestra esperanza a toso aquellos que nos la pidan. Pero que
sea con dulzura y respeto » ( 1 Pedro 3,15).
REFERENCIAS:
HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus
Allard, Jean-Jacques. Cursillos.ca