“DISCÍPULOS DE LA CARIDAD”
Homilía monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas
para el tercer domingo de cuaresma
(28 de febrero de 2016)
Rezando con los textos bíblicos podemos sacar algunas orientaciones fundamentales del discipulado
cristianos para tener en cuenta especialmente en este tiempo cuaresmal.
El seguimiento de Jesucristo, el Señor, no tiene nada que ver con una búsqueda de perfección
personal logrado como fruto de nuestro esfuerzo. Cuando experimentamos esto podemos creernos
que somos mejores que los demás, y pretender que los otros sean como nosotros. En realidad esto
tiene poco que ver con la propuesta del Señor. Empezamos a comprender el camino que nos propone
Cristo, el Señor, cuando nos damos cuenta que somos pecadores, frágiles y pobres, y necesitamos
del abrazo misericordioso de Dios. Esta experiencia que el Señor nos enseña en algunas parábolas
como la de aquel que rezaba agradeciendo a Dios por ser como era, y la del otro que no se animaba a
levantar la cabeza por vergüenza ante Dios. El Señor elogió esta actitud de humildad así como la del
hijo pródigo que volvió arrepentido. La humildad y la pobreza de espíritu nos hacen entender la
propuesta del Reino de Dios: “Felices los pobres de Espíritu porque a ellos pertenece el Reino de los
Cielos” (Mt. 5,3).
Desde esta experiencia del amor de Dios entendemos que “Jesucristo es el rostro de la misericordia
del Padre”. Solo desde esta experiencia del amor de Dios podemos introducirnos en el camino de
discipulado de Jesús. Es Él quién pone su mirada en nosotros y nos tiende su mano con amor y
gracia. Es en ese encuentro que sentimos la gratuidad de su Amor “Misericordioso”.
Desde este encuentro con la Persona de Jesucristo, desde esta experiencia de misericordia gratuita,
el discípulo puede ser puente de la misericordia, y “ver” con misericordia a los hermanos, sobre
todo a los que más necesitan. Construir desde la humildad, y la caridad nos ubican en el discipulado
cristiano. Es cierto que en nuestras comunidades nos encontramos con miembros que por haber
construido sobre sus logros, fruto de su propia perfección se desubican parándose en condenas,
desprecios, o bien adueñándose de actividades, sintiéndose imprescindibles y sobre todo perdiendo
la clave de la misericordia y la misionalidad que implica el seguimiento de Jesús.
En los textos bíblicos, sobre todo en los sinópticos se encuentra el tema de la misericordia que
muestra a Jesús que se sentaba a la mesa para comer con pecadores y recaudadores de impuestos,
(Mt. 9,10; Mc. 2,16; Lc. 5,29); muchos contemporáneos y fieles cumplidores de la ley condenaban
estas actitudes que consideraban que se contraponían a su religiosidad fundamentada en una
supuesta perfección legal, pero desconectada de la caridad y la misericordia.
Es importante señalar que deberemos revisar en nuestro examen de conciencia cuaresmal, si
nuestro estilo de vida, criterios y opciones lo vivimos teniendo en cuenta el misterio Pascual que
queremos celebrar internalizándolo en nuestro discipulado. Desde el amor donado y pascual como el
de Jesucristo, que nos ama para salvarnos podemos entender las exigencias, preceptos y normas de la
vida cristiana. La Pascua celebrada sacramentalmente en cada Eucaristía nos orienta en el sentido
necesario del discipulado cristiano, que no se entiende sino se vive desde la caridad y su
consecuencia inmediata en el amor misericordioso.
En este domingo en que seguimos reflexionando sobre la carta cuaresmal y el tema de ser discípulo
de la caridad, quiero agradecer a Dios que el sábado 27 pasado hemos realizado la Misa de apertura
del año de nuestro seminario Santo Cura de Ars, y recibido a siete seminaristas nuevos de Posadas,
seis para el año introductorio, y uno para el pre seminario; con estos son treinta y un seminaristas
que forman esta familia con jóvenes de las diócesis de Oberá y Posadas. También hemos dado la
bienvenida al Padre Sebastián Escalante que se incorporó como formador para acompañar la
comunidad de teología.
Desde ya agradecemos la oración, la cercanía y ayuda de todo el Pueblo de Dios con nuestro
seminario, que es un lugar de esperanza para la tarea evangelizadora de la Iglesia.
Les envío un saludo cercano, y hasta el próximo domingo!
Mons. Juan Rubén Martínez, Obispo de Posadas