DOMINGO DE RAMOS (C)
La Semana Santa celebra: la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo
- El final de la Cuaresma nos introduce en la
“Semana grande”
o
“Semana
mayor”
, como se denominaba, tradicionalmente, a estos siete días de la
Semana Santa que nos conduce a la Pascua Cristiana.
- El Domingo de Ramos es como, “el pórtico” de esta Semana en la que la
Iglesia va a conmemorar estos tres importantes
hechos históricos
de la vida
de Cristo, que culminan “la hazaña de nuestra salvación”:
- 1º)
El Domingo de Ramos:
La Entrada de Jesús en Jerusalén, (que
nos relatan los evangelistas), aclamado por el pueblo sencillo como el
“Bendito del Señor y el Rey de Israel”.
- 2º)
El Jueves Santo
: se nos recuerda expresamente, la Institución
de la Eucaristía y el Sacerdocio, el Lavatorio de los discípulos, que
serviría de preámbulo a la Proclamación del Mandamiento Nuevo.
- 3º)
El Viernes, Sábado y Domingo:
constituyen el Triduo Pascual,
que conmemoran: la Pasión y Muerte del Señor, su Sepultura y su
Resurrección gloriosa, que dan paso a la Gran Pascua cristiana.
- Estos son los
hechos históricos fundamentales,
que conmemora la Semana
Santa. Pero, en torno a estos hechos, la tradición cristiana ha ido creando
costumbres y devociones populares que están en el ánimo de todos:
- Los Pregones, con los que se anuncia la Semana Santa.
-
La Bendición de Ramos y Procesión.
-
Las Visitas al Santísimo, expuesto solemnemente en los
tradicionales Monumentos-Homenajes del Jueves Santo.
-
El Sermón de las Siete palabras y el Ejercicio del Vía Crucis
-
Y, ¿cómo no recordarlo?
Los desfiles Procesionales
que tanto
contribuyen a la rememoración plástica de la Pasión, Muerte y
Resurrección del Señor y que son como una Catequesis viviente.
- Un buen criterio cristiano nos debe ayudar a saber distinguir entre, lo que
son
los hechos históricos fundamentales,
que se conmemoran, y ese otro
“ropaje” que lo constituyen, todas esas elogiables costumbres cristianas que
el pueblo ha ido creando en torno a lo fundamental. Pero, sin perder de vista
lo esencial para que, “
los árboles no nos impidan ver el BOSQUE!”
- Y el “BOSQUE” lo constituye,
el inmenso amor de Dios a los hombres
manifestado en su Pasión, Muerte y Resurrección,
de cuyo infinito amor,
debemos sentirnos personalmente agradecidos cada uno de nosotros, ya
que por ese amor infinito nos viene la Redención y la Esperanza de nuestra
Resurrección.
Guillermo Soto