COMPARTIENDO EL EVANGELIO
Reflexiones de Monseñor Rubén Oscar Frassia
(Emitidas por radios de Capital y Gran Buenos Aires)
Quinto de Pascua – El mandamiento nuevo .
Evangelio según San Juan 13,31a.34-35
Durante la última cena, después que Judas salió, Jesús dijo: "Ahora el Hijo del
hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido
glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto. Hijos
míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo:
ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también
ustedes los unos a los otros. En esto todos reconocerán que ustedes son mis
discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros"
“¡MIREN COMO SE AMAN!”
Estamos en el contexto de la Ultima Cena, el momento más íntimo donde Jesús
anticipa la cruz, quedándose en la Eucaristía. Cristo hace la Eucaristía y al
hacerlo nos indica su sacrificio: crucificado, en la cruz; lo anticipa. La Iglesia se
reúne para celebrar la Eucaristía y así está celebrando el sacrificio glorioso y
redentor de Cristo.
Dice el texto que “Judas sali￳” para entregar al Maestro; Cristo consciente de
esto vive sus últimos momentos en la tierra; sabe lo que va a venir y dice, con
dignidad y se￱orío: “nadie me quita la vida, sino que libremente yo la doy.” Este
acto supremo es una glorificación, una salvación, una totalidad, una decisión del
Padre, del Espíritu, en Jesucristo -el Hijo-. Es ahí donde nos deja el
Mandamiento –que estaba presente antes, en el Antiguo Testamento, pero que
está formulado renovado de una manera superior- “LES DOY UN MANDAMIENTO
NUEVO: ÁMENSE LOS UNOS A LOS OTROS ASÍ COMO YO LOS HE AMADO”
Estas palabras, que a veces son remanidas, usadas tan vulgar y
superficialmente, son la raíz de nuestra existencia. Cuando uno se siente amado
por Dios, cuando uno se ama -porque es lo más cercano a Dios, que es uno
mismo- se está en condiciones también de amar a los demás. Pero si uno no
ama bien a Dios y no se ama bien a sí mismo, difícilmente podrá amar a los
demás.
Porque somos una unidad trinitaria, donde cada uno de nosotros tiene triple
movimiento, uno es el sujeto -la persona-; está Dios que nos da la causa, el
inicio; estamos nosotros que somos los receptores, los responsables y los
transmisores; y está el otro, que es mi prójimo. Esta es la novedad, el motivo
principal, la obra que tenemos que realizar. Fe en Dios, escucha atenta de la
Palabra y también obras.
Amémonos como Él nos ama; pero si amar significa “no hacer el mal”, yo digo
que amar significa respetar, no calumniar a los demás; amar significa corregir;
amar significa atender las necesidades reales de los demás; amar significa estar
al lado y anticiparnos -como una mamá que se anticipa a las necesidades de sus
hijos-.
Pidamos en esta Pascua recibir el amor nuevo, vivir el amor nuevo y dar amor
nuevo a los demás. ¡Estos son discípulos! ¡Estos son cristianos! ¡Estos son
cat￳licos! “Miren como se aman” y que así nos vean, porque así tenemos que
ser.
Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén