«BROCHERO, UN SANTO ARGENTINO»
Carta de monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas
para el 29º domingo durante el año
(16 de octubre de 2016)
En esta carta dominical quiero expresar el gozo de estar viviendo la canonización del Santo Cura
Brochero, el primer santo que nació, vivió y murió en nuestras tierras. La Iglesia, al canonizar a un
varón o a una mujer, los pone como modelos de personas que han buscado vivir la voluntad de
Dios y nos invita a tener una comprensión que la santidad no es para algunos elegidos especiales,
sino, para todos los cristianos. En este caso, es una invitación para todos los argentinos a que nos
preguntemos cómo vivimos nuestra condición de cristianos y si tenemos el deseo de vivir este
llamado con un compromiso profundo de ser discípulos y misioneros de Jesucristo.
Nuestra sociedad y la cultura de nuestro tiempo está necesitada de salir de enredos ligados a
mediocridades que nos llevan a convivir con la corrupción, la violencia o la indiferencia y
convertirnos, por el contrario, en testigos esperanzados de justicia y de paz.
José Gabriel del Rosario Brochero, fue un «Pastor según el corazón de Dios quien fue ungido para
ungir al pueblo fiel, un verdadero Pastor con olor a oveja», al decir del Papa Francisco. Nació en
Santa Rosa de Río Primero en 1840. Se formó en el Seminario de Córdoba y en 1869 fue
destinado como cura párroco a Traslasierra. Desde las Altas Cumbres, divisando el valle, vio que
estaba todo por hacer. Pastor dotado de gran espíritu de sacrificio y extraordinaria caridad pastoral
y social, sirvió a la gente más pobre del campo, compartió su vida y promovió en ella la elevación
humana y religiosa, especialmente a través de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de
Loyola.
La devoción del cura Brochero a la Virgen María, con el profundo y cálido título de «Mi
Purísima», nos abre a su amor hondo y concreto, muy atento a las necesidades de cada persona.
Como la Virgen en las Bodas de Caná, también Brochero supo decir a Jesús: «no tienen agua»,
«no tienen educación», «no tienen caminos», «no tienen medios acordes para encontrarse como
hermanos y comercializar sus productos...». Y él hizo lo que Jesús dijo: ayudó a todos sus
contemporáneos a escuchar esa misma voz que abre las cataratas del amor de Dios y que se vuelca
en el amor concreto al hermano: abrió escuelas, fue pionero en abrir un colegio para niñas,
proyectó el ferrocarril, y entre todos hicieron caminos, acequias, diques, telégrafos, y la misma
Casa de Ejercicios. Durante su breve período en la ciudad de Córdoba, nombrado capellán de la
cárcel, veló con amor de padre por las necesidades físicas y espirituales de sus hermanos privados
de libertad.
Brochero nos anima, como bautizados, a salir a las fronteras, «de tal manera que la unción llegue a
todos, también a las periferias, allí donde nuestro pueblo fiel más lo espera y valora». A ir hacia
los que no conocen el amor de Dios porque no se les ha anunciado o porque la cruda realidad que
les toca vivir les habla de que Dios pareciera estar ausente de sus vidas. Nos invita a compartir con
ellos cuánto Dios los ama.
Expresamos nuestro gozo y gratitud por el don de la vida sacerdotal del Padre Brochero, modelo e
intercesor, que reconocemos como una gracia singular para la Iglesia en nuestra Patria. En una
carta a su condiscípulo y amigo obispo Yaniz, estando enfermo y con sus fuerzas físicas
desgastadas, le decía: «Es un grandísimo favor el que me hecho Dios Nuestro Señor en
desocuparme por completo de la vida activa y dejarme la ocupación de buscar mi fin, y de orar por
los hombres pasados, por los presentes y por los que han de venir hasta el fin del mundo». ¡Cómo
no acudir a él con confianza!
Desde Posadas celebraremos la canonización del Santo Cura Brochero este domingo a las 20 hs.
con una Misa en el barrio Itaembé Guazú, con la bendición e inauguración de un templo que lo
tendrá al Santo Cura como patrono. A Brochero le pedimos su intercesión para que como él,
seamos discípulos y misioneros.
En este domingo también rezamos por todas las mamás en su día. Nuestro pueblo tiene una gran
estima y veneración por el don de la maternidad que alegra el corazón de la mujer y de las
familias. En las misas rezaremos por todas las madres.
Les envío un saludo cercano, y hasta el próximo domingo!
Mons. Juan Rubén Martínez , Obispo de Posadas