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PRIMER DOMINGO DEL TIEMPO DE ADVIENTO
(Año Par. Ciclo A)
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Is. 2,1-5: El Señor reúne a los pueblos en su paz.
b.- Rom. 13, 11-14: El cristiano hijo de la luz.
c.- Mt. 24, 37-44: Estar alerta para no ser sorprendidos.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven
Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra, de
todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta: Dios todopoderoso, aviva en tus fieles, al comenzar el
Adviento, el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene, acompañados por la
buenas obras, para que, colocados un día a su derecha, merezcan poseer el reino
eterno. Por Jesucristo nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.
- “C￳mo en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre” (Mt. 24, 37ss).
El evangelio tiene dos momentos: habla de la vigilancia ante la inminente venida
de Cristo como Juez de la historia (vv.37- 41), y la parábola del dueño de casa
vigilante (vv.42-44). Jesús nos señala que nadie sabe cuándo vendrá el día del
Juicio, ni el Hijo lo sabe, sólo el Padre (cfr. Mt. 24,36), con esto de no saber el día
y la hora no debe llevarnos a caer en la indiferencia o negligencia en el tiempo en
que vivimos. Jesús hace alusión a los tiempos de Noé en que la gente vivía una
vida normal: preocupar de la comida, tomar mujer o marido para casarse,
ignorantes del castigo que les esperaba por su vida lejos de Dios. Noé sabía y
cuidaba proteger a su familia entre las burlas de sus contemporáneos. De un de
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repente todo cambió, vino el diluvio, los que se sentían seguros fueron
arrebatados (v.39). Vivían en la completa despreocupación de su destino final, el
modo de pensar humano resulta a veces una necedad y la obediencia de Noé,
aparente necedad, resulta ser sabiduría de Dios. El disfrute de la vida, era su
seguridad, pero en ello estaba su propia destrucción; el cristiano experimenta a lo
largo de la vida si el edificio que construye tiene sólidos fundamentos o si se
desploma por lo inesperado. El cristiano debe contar siempre con lo desconocido,
no sentirse seguro, sobre todo ante la venida del Señor Jesús, donde el ejercicio
de la esperanza teologal resulta fundamental; la vida del creyente está sellada por
la tensión que pone el Espíritu, la del seguro de sí mismo, es perezosa y pesada
de llevar (cfr.1 Pe 3,20). La imagen de los que están en el campo y las mujeres en
el molino se diferencia en la actitud interior, externamente, nada las diferencia; en
lo interior está la diferencia, mientras una pertenece al grupo de los
desprevenidos, el otro es de los conocedores de la voluntad de Dios. Unos
cuentan consigo mismos y su proyecto de vida, está sólo trabajando, los otros
cuentan con la vista del Señor, trabajan con el Señor; unos duermen en lo interior,
los otros trabajan despiertos, no es lo que se hace lo que importan sino cómo se
realiza esa labor.
- “Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá nuestro Señor” (Mt. 24,42).
En un segundo momento, tenemos esta parábola sobre el dueño de casa que si
supiera cuando vendría el ladrón, estaría despierto, de ahí que como no sabemos
ni el día ni la hora, hay que siempre estar preparado. Jesús acentúa que el Hijo del
hombre vendrá cuando menos le piensen, de forma sorprendente y repentina,
vendrá el Señor. Se puede comprender también esta segunda venida del Señor
con el día de la propia muerte. Ejercitarse para la Parusía, contar con la propia
muerte es señal de la actitud del cristiano que cuenta en su vida con la venida del
Señor. Cuando venga Cristo unos serán llevados a la vida eterna, porque le
pertenecen, y otros serán dejados en la perdición por no haberse convertido.
Tiempo de esperanza fuerte y decidida por la iniciativa de Dios que quiere
recrearnos en su Hijo, con la fuerza amorosa de su Espíritu Santo, que quiere
soplar fuerte en nuestra existencia para borrar el pecado que nos separa de Dios y
de los hermanos.
b.- Meditación. ¿Qué me dice el texto? ¿Qué palabra o hecho de este
evangelio me habla al corazón? Escoge tu texto.
- “Como en los días de Noé…” (v.37). Me dice que debo confiar en la palabra de
Jesús, estar preparado, y no olvidarme que seré juzgado.
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- “Estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del
hombre” (v.44). Me dice que debo personalizar este encuentro hoy en la oración,
frente a la Verdad que es Cristo, mi propia verdad ponerla a su luz, para que me
haga ver lo que soy.
- Otros testimonios…
c.- Oración. ¿Qué le digo al Señor a propósito de este texto? Escoge una
palabra del texto con la que inicias tu oración personal.
- “Como en los días que precedieron al diluvio… vino el diluvio y los arrastr￳ a
todos…” (v.37). Señor Jesús, que no viva como si tú no existieras, haz que nada
me aparte del camino de la fe, te lo pido Señor.
- “Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Se￱or” (v.42). Se￱or
Jesús, que tu venida cotidiana en la Eucaristía, me ayude a preparar ese
encuentro definitivo contigo. Te lo pido Señor.
- Otras oraciones…
d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?
- Me comprometo a vivir la espiritualidad del Adviento.
5.- Relectura bíblica que hace S. Juan de la Cruz de este pasaje evangélico .
Juan de la Cruz, nos introduce en el seno trinitario. “En el principio moraba/ el
Verbo, y en Dios vivía,/ en quien su felicidad/ infinita poseía. // El mismo Verbo
Dios era,/ que el principio se decía;/ él moraba en el principio,/ y principio no
tenía.” (Romance, In principio erat Verbum vv. 1-10).
6.- Alabanza: Te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre por este tiempo de Adviento, te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre por donarnos este tiempo de esperanza y conversión ante tu
venida, te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre, desde los enfermos, los sin esperanza, por los que velan tu
regreso con fe, desde ellos y con ellos te alabamos Señor.
- Te alabamos, con María Inmaculada, que espera con fe el cumplimiento de tus
promesas, desde Ella y con Ella te alabamos Señor.
- Otras alabanzas…
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7.- Preces: Te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre que este Adviento aprendamos a esperar en tus designios
salvíficos, te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre por tu Iglesia, y el Papa, para que nuestra esperanza contagie
al mundo de deseos de paz y prosperidad para los pueblos más pobres de la
tierra, te lo pedimos Señor.
- Te pedimos aumento de fe y caridad, para confiar en tus promesas que renueven
la vida de todos los cristianos con un servicio más humano al prójimo. Te lo
pedimos Señor.
- Te pedimos Padre, con María Inmaculada, por todas las futuras madres
cristianas para que sus hijos nazcan en donde reine el amor y el diálogo, la
confianza y la responsabilidad de los padres en la educación de los hijos, te lo
pedimos Señor.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros contemplando” (S.
Juan de la Cruz). Página Web de la Parroquia Virgen del Carmen:
www.carmelitasvina.cl.