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SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO DE ADVIENTO
(Año Par. Ciclo A)
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Is. 11, 1-10: Con equidad dará sentencia al pobre.
b.- Rm. 15, 4-9: Cristo salvó a todos los hombres.
c.- Mt. 3, 1-12: Predicación de Juan Bautista.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven
Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra, de
todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta: Dios todopoderoso, rico en misericordia, cuando salimos
animosos al encuentro de tu Hijo, no permitas que lo impidan los afanes de este
mundo; guíanos hasta él con sabiduría divina, para que podamos participar
plenamente de su vida. Por nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo Domingo.
- “Convertíos porque ha llegado el reino de los cielos” (Mt. 3,1ss).
El evangelio nos presenta la predicación de Juan Bautista que consta de dos
momentos: la predicación del Bautista (vv.1-10), y el anuncio del Mesías (vv.10-
12). El evangelista quiere acentuar la predicación del Bautista, al estilo de los
antiguos profetas, es decir, vestimentas ásperas y austeridad de vida. Su voz se
oye desde el desierto, de ahí debía venir el Mesías, la salvación (cfr. 2 Re. 1, 8;
Os. 9,10; Is.43,19; 41,18-20; Mt.24,26). Desde esta perspectiva Juan se convierte
en un predicador penitencial: “Convertíos porque ha llegado el reino de los Cielos”
(v.2). Exige a sus oyentes la conversión, es decir, un cambio radical, total en su
relación con Dios y el prójimo, en lo interior, como en lo exterior, debe haber frutos
de esa conversión. Conversión que también se entiende como, arrepentirse, hacer
penitencia, volver los pasos a Dios. Su palabra va en la línea profética de
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abandonar la injusticia para dar los frutos que Dios espera del creyente (cfr.
Ez.18,30-32). Cambio del corazón e ir por el camino de la vida, de lo contrario, se
camina hacia la muerte o hacia la salvación. El reino está cerca, por eso Juan lo
proclama, si bien su anuncio está marcado por la llamada a la conversión y a la
penitencia, está también al servicio de la alegría con que Jesús anunciará el
evangelio, la buena noticia a los pobres (cfr. Mt.4,17). Con Juan Bautista ha
llegado el reino de los cielos, está de este lado en los tiempos mesiánicos. El día
de Yahvé viene, como aurora de salvación, su voz pretende levantar al hombre
para prepararlo por medio de la conversión, el conocimiento a ingresar en el reino
de Dios. Las palabras del profeta, el evangelista las relee en un nuevo contexto
salvífico: en que descubrimos al heraldo y al Señor en el Mesías ya presente entre
los hombres (v.3; cfr. Is.40, 3-5.9-11). Es el desierto donde Juan lleva una vida
austera y las gentes acuden a escucharle, los bautizaba en el Jordán, diversa de
otras abluciones del tiempo, esta inmersión llevaba el carácter de disposición
interior para la salvación que se acerca, señal de que el hombre se renueva, se
convierte (cfr. Is.1, 16s). Salido de las aguas, el hombre debía comenzar una vida
nueva. Las imprecaciones del Bautista contra los fariseos y saduceos, los
piadosos del tiempo, son porque ellos creían tener privilegios delante de Dios por
descender de Abraham; ante Dios no hay acepción de personas. Hasta de las
piedras, puede Dios sacar hijos de Abraham (v.9), por lo mismo, la conversión que
pide Juan y luego Jesús, es un cambio radical, mental, sino también de conducta;
Dios no quiere vástagos, sino hijos (cfr. Mt.12,34; 23,23). A éstos Juan les
anuncia la salvación, pues ante Dios no hay privilegios, ni seguridades, sólo las
obras son las que cuentan (cfr. Am.5,19; Jl.2,11). Se viene el cambio, en que
Abraham será padre de todos no por la sangre sino por la fe (cfr. Rom. 4,11).
- “Aquel que viene detrás de mí, es más fuerte que yo… ÉL os bautizará con
Espíritu Santo y fuego” (Mt. 3,11ss).
En un segundo momento tenemos el anuncio del Mesías. Si bien está bajo la
impresión del Día de Yahvé, otra luz más poderosa lo hace proclamar la llegada
una persona: “El que viene detrás de mí es más fuerte que yo” (v.11). Es más
fuerte porque su bautismo será no sólo de agua, como hasta ahora, sino con
Espíritu Santo que cambia los corazones (cfr. Is.32, 15; 44,3; Jl. 2,1-5; 3,1s; Ml.
4,1). Es más fuerte por que trae el Juicio, el Mesías es también, Señor y Juez del
tiempo final. El anuncio que hace Juan Bautista es luz, aurora de salvación, para
un pueblo nuevo con la experiencia del Espíritu vivificante.
b.- Meditación. ¿Qué me dice el texto? ¿Qué palabra o hecho de este
evangelio me habla al corazón? Escoge tu texto.
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- “Convertíos, porque está cerca el Reino de los cielos” (v.2). Juan es voz del
Reino que llega con Jesús, su bautismo de conversión prepara los corazones del
pueblo de Israel.
- “Aquel que es más fuerte que yo… os bautizará con Espíritu Santo y fuego”
(v.11). La humildad de Juan le hace conocer que es la lámpara, pero Cristo es la
luz, el precursor, Cristo el Mesías esperado.
- Otros testimonios…
c.- Oración. ¿Qué le digo al Señor a propósito de este texto? Escoge una
palabra del texto con la que inicias tu oración personal.
- “Dad, pues, fruto digno de conversi￳n” (v.8). Se￱or Jesús, en este nuevo
Adviento, ayúdanos a dar buenos frutos de conversión, te lo pedimos Señor.
- “Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego” (v.10). Se￱or Jesús, que tu Espíritu
nos ayude a vivir nuestra condición de hijos de Dios, miembros de la Iglesia,
herederos de la vida eterna.
- Otras oraciones…
d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?
- Me comprometo a seguir trabajando el espíritu de conversión.
e.- Relectura bíblica que hace S. Juan de la Cruz, nos lleva al seno trinitario:
“El que a ti más se parece / a mí más satisfacía / y el que en nada te asemeja / en
mí nada hallaría” Romance acerca de la Trinidad (vv. 60-65).
6.- Alabanza y Adoración
- Te alabamos Padre por el testimonio de S. Juan Bautista, el Precursor de tu Hijo,
te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre, por el don de tu Hijo, que nos trajo el Espíritu de fuego que
purifica nuestro espíritu del pecado original en el Bautismo, te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre, desde todos aquellos que viven sumergidos en la
superficialidad, y de los que viven para lo esencial, desde ellos y con ellos te
alabamos Señor.
- Te alabamos Padre, desde los que con esperanza teologal, confían en tu palabra
y ponen su vida y proyectos en tus manos de Padre, te alabamos Señor.
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- Otras alabanzas…
7.- Preces: Oramos al Padre… Te rogamos óyenos.
- Te pedimos Padre, por tu Iglesia y este nuevo tiempo de Adviento, para con la
compañía de María Inmaculada, podamos caminar a tu luz a la espera de tu Hijo,
te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre, por los sin esperanza, viven en depresión que la luz de la fe
los ilumine y los haga salir de sí mismos, abiertos a los demás. Te lo pedimos
Señor.
- Te pedimos Padre, por la paz en todas las naciones, en nuestro corazón y
nuestra voluntad, te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre por los enfermos, encarcelados, familias en dificultades, para
que el Adviento, los anime la esperanza a una mejor vida, te lo pedimos Señor.
8.- Padre Nuestro
9.- Saludo y abrazo de paz.
10.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros contemplando” (S.
Juan de la Cruz). www.carmelitasvina.cl.