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TERCER DOMINGO DEL TIEMPO DE ADVIENTO
(Año Par. Ciclo A)
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Is. 35, 1-6.10: Dios vendrá y nos salvará.
b.- St. 5, 7-10: Manteneos firmes porque la venida del Señor está cerca.
c.- Mt.11, 2-11: ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven
Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra,
de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta: Estas viendo, Señor, cómo tu pueblo espera con fe la fiesta
del nacimiento de tu Hijo; concédenos llegar a la Navidad, fiesta de gozo y
salvación, y poder celebrarla con alegría desbordante. Por nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.
- “¿Eres tú el que iba ha de venir, o debemos esperar a otro?” (Mt.11, 2).
El evangelio nos presenta la legítima pregunta de Juan (vv.2-7), y el testimonio de
Jesús sobre el Bautista (vv.7-11). Juan está en la cárcel, más tarde, sabremos los
motivos (cfr. Mt.14, 3-12). Las obras de Cristo (v.2), son las que inquietan a Juan,
lo llenan de dudas, a pesar, de haber afirmado, que el que venía después que él,
el Mesías, era más fuerte; él no era digno ni siquiera de desatarle las sandalias
(cfr. Mt. 3,12). El que tiene el bieldo en la mano, ¿será el verdadero Mesías? (cfr.
Mt. 3,12). La pregunta echa por sus discípulos, es una gran inquietud para Juan
al estar en prisión, no puede interpretar lo que le cuentan. ¿Qué obras esperaba
Juan que hiciera Jesús? Los tiempos empiezan a madurar, de ahí que la
respuesta de Jesús, no es afirmativa como hubiera querido Juan, sin embargo,
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está en la línea profética, Jesús les muestra el camino, vía de fe, que todos
debemos hacer, ver e interpretar las señales de Jesús, como las del Mesías.
Camino de conocimiento y de fe, que nace de los acontecimientos y lleva al
conocimiento de Jesús, de su palabra y obras, de su misterio personal. Se camina
de la oscuridad a la luz, del signo a la verdad. No existe dudas para quien hace el
ejercicio de ver y comprender las obras, las señales; son ellas el camino que
Jesús construye para arribar a la fe en ÉL. Le cuenta que los “ciegos, ven, los
cojos andan, los leprosos quedan limpios,… y se anuncia a los pobres la Buena
Nueva” (vv.5-6; cfr. Is. 35,5; 61,1). Si ÉL ha sido Ungido por el Espíritu desde su
concepción, es porque lo capacitó para ser grande a los ojos del Altísimo, Hijo de
Dios, de ahí la importancia de no sólo ver los signos, sino que escuchar su
palabra, y ver las obras. Médico y taumaturgo, también ha resucitado muertos,
está actuando el Elegido, el Ungido de Dios, el Mesías, que anunció Isaías (cfr. Is.
11,1-10).
- “Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente:
¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una ca￱a agitada por el viento?” (Mt.
11,7s).
En un segundo estadio, Jesús con sus breves preguntas, da testimonio de Juan,
como de ningún otro hombre. Sus palabras revelan a un orador profético que
destaca de su importancia en la historia de la salvación, sino que además un
testimonio de la impresión que causó el Bautista como hombre en Jesús de
Nazaret. ¿Qué buscaban los peregrinos en Juan? Ciertamente no un hombre que
cambia de opinión, sino un discurso claro, franco que apela a la conciencia de
cada uno, sin importar su condición social, incluido el rey; su apariencia y vestido
habla de un hombre ascético, se presenta como un árbol rústico, silvestre.
Buscaban un profeta y lo han encontrado, Dios volvía a hablar a sus corazones
con palabras proféticas que conmovieron a Israel, desde hacía siglos. Pero Jesús
dice todavía más: Juan es más que un profeta, portador y figura de la salvación,
no por sí mismo ni su vida ascética, sino porque desde el comienzo es mayor que
los otros profetas. Sólo él fue llamado para preparar al pueblo y conducirlo a Aquel
que es más fuerte que él y viene después de él (cfr. Mt.3,11; Ml.3,1). Jesús aplica
las palabras del profeta a Juan Bautista proclamándolo como el Precursor, prepara
los caminos al Señor: Dios hizo volver a su pueblo del exilio de Babilonia a la
libertad en Sión, ahora lo redime de manera definitiva en los tiempos del Mesías.
Dios viene al encuentro del pueblo en su Mesías. Con esta palabras Jesús
indirectamente se proclama como el Mesías esperado (cfr. Is.40, 4; Mt. 3,3). Como
ser humano también Juan Bautista es grande: entre los nacidos de mujer no hay
uno mayor; Jesús realza a Juan entre todos los hombres de su tiempo, sin
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embargo, en el más pequeño en el Reino de los Cielos. Al abrirse los tiempos del
Mesías, inaugurarse el reino de Dios, quien ingrese en él será mayor que todos
los que hayan vivido antes, incluido Juan Bautista, por ser bautizados, es decir,
ser hijos de la resurrección de Cristo. Son los tiempos nuevos de los hombres
redimidos y nacidos de la gracia que Jesucristo inicia con su venida, palabra y
obras.
b.- Meditación. ¿Qué me dice el texto? ¿Qué palabra o hecho de este
evangelio me habla al corazón? Escoge tu texto.
- “¿Eres tú el que ha de venir?” (v.3). Me dice que las dudas de Juan, las responde
Jesús con las obras, las que en definitiva, hablan de que es el Mesías, trae la
salvación y el Reino está presente.
- “¿A qué salisteis? ¿A ver un profeta?” (v.9). La humildad de Juan es admirable,
el mayor nacido de mujer, es el más pequeño en el Reino de Dios. Que Jesús
crezca en los corazones de los demás mientras evangelizo, y yo mengüe.
- Otros testimonios…
c.- Oración. ¿Qué le digo al Señor a propósito de este texto? Escoge una
palabra del texto con la que inicias tu oración personal.
- “Id y contad a Juan lo que oís y veis…” (v.4). Señor Jesús, que podamos dar
testimonio de tu presencia y obras a los paganos, te lo pido Señor.
- “He aquí que yo envío mi mensajero…” (v.10). Señor Jesús, que como el
Bautista, ser con nuestro testimonio anuncio vivo de tu venida, te lo pido Señor.
- Otras oraciones…
d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?
- Me comprometo…a anunciar el evangelio con la palabra y las obras.
5.- Relectura bíblica que hace S. Juan de la Cruz, hace su lectura del Prólogo de
S. Juan evangelista: “Ya aunque el ser y los lugares / de esta suerte los partía,
/pero todos son un cuerpo / de la esposa que decía: / que el amor de un mismo
Esposo/ una esposa los hacía” Romance Acerca de la Trinidad (vv. 115-120).
6.- Adoración y alabanza
- Te alabamos Padre, por la presencia de Juan Bautista, Precursor de Jesús, te
alabamos Señor.
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- Te alabamos Padre, por la salvación, que alborea en la figura de Juan Bautista,
te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre, por las obras de misericordia que tu Hijo sigue haciendo en
tu Iglesia, te alabamos Señor.
- Te alabamos por tu Hijo el Esposo al cual Juan nos invita a ser sus amigos, te
alabamos Señor.
- Otras alabanzas…
7.- Preces: Oramos al Padre… Te rogamos ￳yenos.
- Te pedimos Padre por todos los que buscan la verdad, para que la encuentren
en Cristo Jesús, te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre, por los profetas de nuestro tiempo cuya palabra y obras, son
luz en medio de la duda y tinieblas de hoy, te lo pedimos Señor.
- Te lo pedimos Padre, por los enfermos y sufren en su en su cuerpo y en su
espíritu, para que el poder sanador de tu Hijo los reconforte te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre, para que la unión con tu Hijo, sea fuente de salvación para
cuantos se acercan a su Iglesia, te lo pedimos Señor.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Saludo y abrazo de paz.
10.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros
contemplando” (S. Juan de la Cruz). www.carmelitasvina.cl.