N A V I D A D
Parodiando a San Pablo: “Me amó y se Encarnó por mi” (Gal. 2-20)
- Hace XXI siglos que, a unos pastores que velaban por la noche sus
rebaños, se les presentó un ángel del Señor y les dirigió este mensaje: “Os
anunció la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la
Ciudad de David, os ha nacido un salvador: el Mesías , el Se￱or” (Luc.2,1-14)
- Aquella noche, venturosa para la humanidad, se cumplieron las promesas
del Señor profetizadas en las palabras del Salmo 96:
“Hoy ha brillado una luz sobre nosotros, porque nos ha nacido el Se￱or.
Ha amanecido la luz y la alegría, para los rectos de coraz￳n”. (Salmo 96)
Palabras estas que, profetizadas cinco siglos antes, parecen escritas
aquella misma noche, por su parecido con las palabras del Ángel del Señor
que refiere San Lucas.
- Si desde nuestra fe cristiana, somos consecuentes de la trascendencia de
este irrepetible acontecimiento y, nos creemos de verdad, lo que significa:
Que, el Dios de cielo y tierra, el creador y dueño del universo, por amor a
nosotros y para devolvernos la vida de hijos de Dios, se haya querido
encerrar en la pequeñez de un niño inerme..... Si nos lo creemos de verdad,
¡ no se nos ocurriría (como ocurre en ocasiones), vaciar el profundo
sentido religioso de la Navidad!
- Ese…, ¡FELIZ NAVIDAD! que, en estos días, se convierte en un rutinario
saludo familiar, para nosotros los cristianos debe estar siempre lleno de
profundo contenido evocando que, la verdadera razón de esa Felicidad que
nos deseamos es, la que, tan oportunamente, expresó San Pablo en su Carta
a Tito: “que el amor de Dios se ha derramado copiosamente sobre nosotros
por medio de Jesucristo, nuestro Salvador” (.Tito, 3-6)
- Recuerdo, cuando llegan estos días, las certeras reflexiones que, en unas
Navidades, nos hacía Don Antonio Montero, (nuestro recordado Arzobispo)
en un artículo, al que daba el sugerente título: Navidades y vanidades. Hacía
él referencia a todas esas inapropiadas formas de celebrar la Navidad que,
¡poco o nada tienen que ver con el “genuino regalo” y la “verdadera
alegría” que la Navidad nos trae! Formas y comportamientos que incluso,
en ocasiones, profanan el contenido y el mensaje de la verdadera Navidad.
- Yo quiero compartir hoy con vosotros la verdadera alegría que dimana
de esa gesta divina que es el Nacimiento del Hijo de Dios que nos ha traído
tantos inefables dones a través de los cuales Dios, “nos ha podido meter por
los ojos” (por decirlo castizamente) su infinito amor por nosotros.
- Que no olvidemos que…, de quien celebramos el cumpleaños es ¡de Jesús!
- Desde esta perspectiva cristiana, a todos: ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!! Guillermo Soto