DOMINGO 6º. ORDINARIO , Ciclo A
DEL BORRACHO QUE HACE ALARDE DE VALIENTE, SE RÍE LA GENTE
Hay ocasiones en que el mensaje de Cristo nos parece muy exigente, pero
cuando recordamos que “habiendo amado a los suyos que estaban en el
mundo, los amó hasta el extremo” y cuando consideramos que el Padre nos
ama parejo, sin distintos y nos ama hasta lo último, a buenos y malos,
entonces no nos parece que Cristo sea demasiado exigente. Pero además
tendríamos que recordar a Sn Pablo que afirma: que “ni el ojo vio, ni el oído
ha escuchado, ni la mente del hombre pudo siquiera imaginar lo que Dios ha
preparado para los que lo aman”.
Desde esta, le oiremos decir varias veces: “habéis oído que se dijo… pero yo os
digo…” donde quiere que nosotros dejemos atrás lo antiguo, la ley, el rito, lo
vacío, para dar paso a la nueva Ley, la ley de su amor, de su entrega, de su
sacrificio. Cuando Cristo corrige a sus contemporáneos, no va contra lo que
Dios había dicho, sino contra la interpretación de los escribas y contra todas
las escuelas que anteponían la ley, y la justicia, pero entendida a su modo, un
mero ritualismo, dejando fuera situaciones esenciales, como es precisamente
el amor, el perdón y la reconciliación fraterna. Cristo deja atrás sacrificios y
rituales antiguos, y se sustituyen por el único sacrificio de la cruz, de manera
que ya no tendría objeto circuncidar a los niños, sino hacerlos cercanos al
corazón del Padre por el sacramento del Bautismo; yo no habría necesidad de
santificar el sábado, sacrificar animales degollados en el tempo, considerando
también que ya no tiene sentido la prohibición de ciertas comidas por
considerarlas impuras
Cristo quiso quitar cáscaras viejas y vestidos usados para revestirnos de su
muerte pero sobre todo de su resurrección que hace nuevas todas las cosas y
renueva nuestro mundo, hasta hacerlo semejante al que viviremos cerca del
Buen Padre Dios.
Así, sin entrar en detalles, podemos hablar de cuatro grandes temas en el
mensaje de Cristo:
1º.En el Antiguo Testamento se prohibía la muerte, los crímenes, pero ahora
dice el Señor que no solo eso, pues se pueden matar igualmente las ilusiones,
las esperanzas, la dignidad de los demás, y Cristo llegará entonces a dar un
paso más y pedir el perdón, el amor fraterno, la reconciliación, para que
entonces nos sintamos con la confianza de acercarnos a la mesa de la
reconciliación, a la Eucaristía. Malamente comulgaríamos con el Cuerpo de
Cristo si estamos distanciados de SUS hermanos, NUESTROS hermanos.
2.– Se pedía que el hombre se abstuviera del adulterio y del escándalo, pero
Cristo pide ahora no sólo eso, sino mirar con respeto y darle a la mujer el trato
que merece como persona, hasta llegar a considerarla con la misma dignidad
que tiene el hombre. 3º. En algunas ocasiones el divorcio era permitido, pero ahora el Señor Jesús
pondrá las cosas en su lugar y hablará el matrimonio como signo de la unidad
del amor de Dios que llama a una pareja para distinguirlos con su amor hasta
ser manifestación suya.
4.– La voluntad de Cristo es que el juramento no se haga por ningún motivo,
de manera que tengamos Cristianos íntegros a quienes se les crea en todas
ocasiones cuando digan simplemente sí o no, de manera de manera que la
sinceridad y la verdad, sean la norma de la comunicación entre los hombres
de iglesia, sintiendo que de cualquier manera será necesaria la sabiduría divina
para pasar como hombres íntegros en toda nuestra vida.
Con estas cuatro cuestiones, podremos sin remordimientos acercarnos
tranquilos y sosegados a la mesa del Sacrificio, sintiendo que de ahí saldremos
plenamente renovados, conscientes de que el límite de nuestra actuación
frente a nuestro prójimo nos lo dará precisamente Cristo Jesús que no quiso
guardar nada para sí, porque todo lo había dado a los hombres.
La palabra de Jesús hoy, es un reto para todos los creyentes, que hará a
nuestro mundo, más humano, más cristiano y más fraternal. ¿Aceptaremos el
compromiso?
El Padre Alberto Ramírez Mozqueda espera tus comentarios en
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