«LIDERAZGOS QUE SIRVAN»
Homilía de Monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas
para el 6º Domingo Durante del Año, Ciclo A
La liturgia de cada domingo nos acompaña a que alimentemos nuestra fe en la
cotidianidad de nuestra vida. El Evangelio de este domingo (Mt. 5,17–37), nos
propone esta enseñanza directa que el Señor realiza a la multitud, y que en el
texto de San Mateo empieza con las bienaventuranzas, y continua con
diferentes exhortaciones de Jesucristo, el Señor. El señala que no vino a abolir
la ley o los profetas, sino a darle cumplimiento: “les aseguro que si la justicia
de Ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el
Reino de los Cielos” (Mt. 5, 20). El texto de este domingo se presenta exigente
y replica en nuestro interior para tomar conciencia que ser cristiano no es
solamente el cumplimiento de rituales. Si nuestro estilo de vida no está
impregnado de la existencia del Amor de Dios y del amor misericordioso a los
hermanos, el Señor nos dice que será difícil que entremos en el Reino de los
Cielos. Este es el gran desafío que necesita nuestro tiempo, muchas veces
sumergido en estructuras de pecado que generan ambientes materialistas y
mediocres, requiriendo de cristianos que sean verdaderos discípulos y
misioneros de Jesucristo y testigos de la Vida.
No es fácil captar el núcleo del cristianismo. Comprender que la centralidad de
la caridad, la justicia y la misericordia son las “credenciales de ingreso” al
Reino que nos propone el Señor. Esta comprensión es indispensable para todo
bautizado que se dispone a asumir este camino que queremos intensificar
como discípulos y misioneros de Jesucristo. Debemos acentuar que estas
“credenciales de ingreso” al Reino que son importantes para todos, lo son
especialmente para aquellos que tenemos responsabilidades en la conducción
ya sea como pastores, o bien como dirigentes sociales, políticos, económicos.
Todos aquellos que debemos dar cuentas del bien o de los daños que
provocamos desde nuestras tareas y compromisos.
Considero muy importante en relación a este tema del poder como servicio
subrayar algunas reflexiones del episcopado argentino sobre el estilo de
liderazgos que necesitamos hoy: “En este tiempo necesitamos tomar
conciencia de que «los cristianos, como discípulos y misioneros de Jesucristo,
estamos llamados a contemplar, en los rostros sufrientes de nuestros
hermanos, el rostro de Cristo que nos llama a servirlo en ellos». Para nosotros,
este es el verdadero fundamento de todo poder y de toda autoridad: servir a
Cristo, sirviendo a nuestros hermanos.
En un cambio de época, caracterizado por la carencia de nuevos estilos de
liderazgo, tanto sociales y políticos, como religiosos y culturales, es bueno
tener presente esta concepción del poder como servicio. Como Iglesia, este
déficit nos cuestiona. En un continente de bautizados, advertimos la notable
ausencia, en el ámbito político, comunicacional y universitario, de voces e
iniciativas de líderes católicos, con fuerte personalidad y abnegada vocación,
que sean coherentes con sus convicciones éticas y religiosas.
Por eso, es fundamental generar y alentar un estilo de liderazgo centrado en el
servicio al prójimo y al bien común. Todo líder, para llegar a ser un verdadero
dirigente ha de ser ante todo un testigo. El testimonio personal, como
expresión de coherencia y ejemplaridad hace al crecimiento de una comunidad.
Necesitamos generar un liderazgo con capacidad de promover el desarrollo
integral de la persona y de la sociedad. No habrá cambios profundos si no
renace, en todos los ambientes y sectores, una intensa mística del servicio,
que ayude a despertar nuevas vocaciones de compromiso social y político.
Alentamos a los líderes de las organizaciones de la sociedad a participar en «la
reorientación y consiguiente rehabilitación ética de la política». Les pedimos
que se esfuercen por ser nuevos dirigentes, más aptos, más sensibles al bien
común, y capacitados para la renovación de nuestras instituciones. Queremos
reconocer con gratitud a quienes luchan por vivir con fidelidad a sus principios
como así también a los educadores, comunicadores sociales, profesionales,
técnicos, científicos y académicos, que se esfuerzan por promover una concepción integral de la persona humana. A todos ellos, les pedimos que no
bajen los brazos, que reafirmen su dignidad y su vocación de servicio
constructivo. Uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo es recuperar el
valor de toda sana militancia”.
El Evangelio de este domingo nos pide que vivamos nuestro compromiso
cristiano, estilo de vida y servicio con mayor radicalidad y donación.
Les envió un saludo cercano y hasta el próximo domingo!
Mons. Juan Rubén Martínez, Obispo de Posadas.