6ª semana de Pascua.
Lunes: Jn 15,26 – 16,4ª
Estas palabras de Jesús,
que el evangelista san Juan pone en la “Ultima Cena”, bien podrían haber sido
dichas por Jesús en alguna de las apariciones antes o en el momento precedente
a
Jesús les habla a los
apóstoles, como un consuelo, del Espíritu Santo que les ayudará, cuando El se
vaya al cielo. Es una promesa grandiosa para
El hecho es que, como Jesús
va a predecir muchas dificultades y persecuciones contra
Jesús les anuncia a los
apóstoles que tendrán persecuciones. De hecho, cuando san Juan escribía estas
palabras, ya habían muerto algunos o bastantes como mártires o testigos de
Jesús. Estas persecuciones han continuado a través de los siglos y continúan en
el día de hoy. Hoy también hay cristianos que siguen dando testimonio de su fe
en Cristo hasta la muerte cruenta. Pero hoy vemos, quizá más que en otras
épocas, multitud de persecuciones contra
Lo curioso, que dice Jesús
y resulta verdadero, es que muchos que persiguen a
La equivocación muchas
veces proviene porque juzgan a un todo por una parte. Así pasa en aquellos que
creen que todos los sacerdotes son pederastas o tantas otras cosas malas que
han oído de uno o de pocos. Con facilidad lo aplican a todos los miembros de
Para juzgar rectamente
necesitamos “el Espíritu de la verdad”. Así lo definió hoy Jesús a los
apóstoles. Quizá sea la característica más importante del Espíritu: darnos luz.
La fe es oscura; pero con la luz del Espíritu todo parece claro. San Pablo nos
dirá que no podemos conocer plenamente a Jesús si no es con la luz del
Espíritu. Y que no podemos llamar a Jesús “Señor” si no es con la ayuda del
Espíritu.
Cuando dejamos que el
Espíritu Santo nos guíe, tendremos luz y fortaleza, como hoy en la primera
lectura aparece en la vida de los apóstoles hablando con claridad y valentía
sobre Jesús. Hoy especialmente aparece san Pablo predicando a Jesús donde
puede. Está en Filipos donde los pocos judíos no tienen ni sinagoga, pero se reúnen
para orar en las afueras junto al río. Allí predica san Pablo con valentía a
unas mujeres y consigue que algunas conozcan a Jesús y se conviertan.
No es fácil dejarse llevar
por el Espíritu. Para los que así lo hacen, su vida se convierte en un testimonio
viviente de su fe. La mejor predicación es la imitación de Jesús en la vida. Y
nos dijo que si a él le persiguieron, así será con sus discípulos. Siempre
habrá persecuciones, porque siempre hay multitud de pecados. Y sucede que la
vida honrada del justo molesta siempre al impío, porque como nos dice