FIESTA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD (A)

“Verdadera y una Trinidad, una y suma Deidad, Santa y una Unidad”


- Como recapitulación de los Misterios de la vida del Señor que se nos han presentado durante el Año Litúrgico, la Iglesia nos propone hoy la Fiesta de la Santísima Trinidad.

- Al tratar de explicaros este Misterio de Fe, no quisiera que me ocurriera lo que le sucedió a un Sacerdote en una Fiesta de la Santísima Trinidad que, al término de la Misa,  se le acercó un joven para decirle:

“Que bien ha estado Ud. en la Homilía. Hasta hoy no he comprendido     perfectamente  el Misterio de la Santísima Trinidad”,

- El Sacerdote hubo de aclararle: “Pues hijo mío, que mal me he debido explicar porque, este es un Misterio que, hay que creerlo porque nos lo ha revelado Jesucristo, pero nunca podremos comprenderlo plenamente”.

- Pero, afortunadamente, ¡Dios se ha revelado al hombre! Se dio a conocer en una primera etapa, haciendo hincapié en su UNICIDAD, para evitar el peligro, o la tendencia al politeísmo que tenían aquellas primitivas generaciones.

- Y, “llegada la plenitud de los tiempos”, Dios creyó que era el momento de desvelarnos este Misterio de su VIDA: La Trinidad de Personas. Y es lo que hace el Hijo de Dios: “El Hijo Unigénito de Dios, que está en el seno del Padre, éste le ha dado a conocer” (Juan, 1-18)

- Que duda cabe que, la revelación del Misterio de la Trinidad de Personas, nos iba a resultar imprescindible para poder interpretar, medianamente, el plan salvífico de Dios, mediante la Encarnación de la 2ª Persona: el Hijo de Dios. ¿Cómo, si no, explicarnos que el Padre, (1ª Persona), envía al Hijo; que el Hijo, (2ª Persona), se hace Hombre; y que todo este Misterio se realiza por obra del Espíritu Santo, (3ª Persona de la Santísima Trinidad)?.

- Hoy, de forma muy especial, celebramos esta verdad revelada de la esencia de Dios. Y digo, de forma especial, porque la Iglesia la celebra continuamente. Apenas hemos comenzado nuestra Misa y ya la hemos evocado dos veces:

            “En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo”.

            La Gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la     comunión del Espíritu Santo, esté con todos vosotros”.

- Agradezcamos a Dios el habernos dado a conocer este Misterio de su vida íntima y rindamos nuestra pobre inteligencia a la inefable Sabiduría de Dios. .                                                                                              Guillermo Soto