Los caminos del corazón

 

El libro sagrado de los Mayas, Popol Vuh, dice: “Cuando tienes que escoger entre dos caminos, pregúntate cuál de ellos tiene corazón. Quien escoge el camino del corazón nunca se equivoca”. Los místicos hablan de un oído especial allá en el corazón. Y la Biblia, Palabra de Dios para nosotros, cristianas y cristianos, nos revela el secreto del amor de Dios: Habita en lo más íntimo de nuestro corazón.

Para acercarnos a Dios, para entender un poco su lenguaje, tenemos que partir de “la presencia histórica de la divinidad en términos humanos”, esto es, en Jesús de Nazaret. Su lenguaje es el lenguaje del corazón en palabras y hechos concretos que definen su naturaleza: Misericordia, compasión, bondad, amistad. Jesús nos quiere plenamente felices y sus palabras, gestos, signos tienen por meta la felicidad del ser humano.

Ante una humanidad cansada, agobiada, triturada por el dolor, Jesús tiene compasión. Él mismo se apropia de esta realidad, la vive, la siente y busca transformarla. No sólo enfrenta las pequeñas situaciones de las personas en un contexto determinado, sino que universaliza su mirada y hace que el camino de su corazón se cruce con toda encrucijada humana, con todo grito de humanidad desahuciada contra toda esperanza.

El corazón también vuela en alas de la poesía, el romance, la ternura. El libro del Éxodo trasiega por  estos senderos  y le recuerda a los Israelitas cómo los llevó “sobre alas de águila” por enderezos de libertad. Cada ser humano, en alguna circunstancia de su vida, se cruza o en sus miradas o en su caminar huidizo con el camino, siempre abierto, del Corazón de un Dios amoroso que sabe de esperas en el fuego apasionado de su corazón.

Cochabamba 18,06.17

jesús e. Osorno g. mxy

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