TIEMPO
ORDINARIO – DOMINGO XXIII A
(10-septiembre-2017)
Jorge Humberto Peláez S.J.
Gracias,
Papa Francisco, por su visita
ü Lecturas:
o Profeta
Ezequiel 33, 7-9
o Carta
de san Pablo a los romanos 13, 8-10
o Mateo
18, 15-20
ü Durante
esta semana, la atención de los colombianos ha estado centrada en la visita que
el Papa Francisco realiza a nuestro país. Su presencia ha suscitado un enorme
interés, no solo entre los católicos, sino en todos aquellos que se han sentido
interpelados por su sencillez y testimonio de vida. Su lenguaje directo ha
interpretado las urgencias de nuestra época y ha mostrado el camino hacia el
futuro.
ü El
país se preparó cuidadosamente y los medios de comunicación crearon un clima
favorable a su presencia. Esperamos que las semillas de reconciliación sembradas
por Francisco no queden ahogadas por la maleza del debate político pre-electoral,
y que den frutos de convivencia.
ü En
su paso por Colombia, el Papa ha reiterado su invitación a dar el primer paso hacia
un futuro diferente. No podremos construir un nuevo proyecto de país si no
cerramos las heridas que agobian al cuerpo social. Tenemos que dar el primer
paso para superar las narrativas en las que las palabras dominantes han sido injusticia,
intolerancia, secuestro, falsos positivos, venganza. Estas palabras deben
desaparecer del vocabulario de los colombianos para empezar a conjugar unos verbos
que hasta ahora han sido poco utilizados: perdonar, escuchar, tolerar, trabajar
juntos, innovar, reconocer las diferencias. El mensaje de Francisco a nuestro
país nos invita a cambiar las narrativas.
ü Este
vigoroso mensaje del Papa Francisco en su visita a Colombia se ilumina y
enriquece con unos textos que hemos escuchado en la eucaristía de este domingo.
La aclamación antes del evangelio
afirma: “Dios ha reconciliado consigo al mundo, por medio de Cristo, y nos ha encomendado
a nosotros el mensaje de reconciliación”.
ü En
el evangelio encontramos un texto de gran riqueza teológica y profundo
contenido social, en sintonía con el mensaje de Francisco en su paso por Colombia,
que culmina hoy en la ciudad de Cartagena, junto a la tumba de san Pedro
Claver, esclavo de los esclavos y defensor de los derechos humanos.
ü Los
comentaristas bíblicos suelen referirse a este pasaje evangélico como una catequesis
sobre la corrección fraterna;
nosotros podríamos darle un nuevo nombre más en consonancia con las ciencias
políticas: orientaciones para la resolución
de conflictos.
ü Empecemos
por dar un contexto a estas enseñanzas de Jesús. La experiencia nos muestra que
en la convivencia de todos los días se presentan tensiones y conflictos. ¿Cómo afrontar
estas situaciones? Algunos reaccionan de tal manera que le añaden agresividad
al conflicto hasta llegar a manifestaciones de violencia en las palabras y las
acciones. Pero también es posible abordar el conflicto de manera civilizada,
procurando actuar sobre las causas que lo han producido.
ü En
esta catequesis de Jesús sobre la corrección fraterna o en estas orientaciones
sobre la resolución de conflictos hay una propuesta muy sensata: es necesario
utilizar un lenguaje prudente y hacerlo de manera discreta, evitando todo tipo
de publicidad. Pensemos, por ejemplo, en los conflictos de pareja: las dos
personas implicadas, él y ella, deben sentarse a conversar y encontrar una
solución; es absurdo pensar que estas conversaciones se puedan tener en una
sala en la que están presentes las respectivas suegras, cuñados, yernos y nueras…
La resolución de conflictos exige continencia verbal y discreción.
ü Estas
sabias recomendaciones del Señor (“Si tu hermano comete un pecado, ve y
amonéstalo a solas. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas”)
son ignoradas en nuestra cultura, donde las redes sociales han invadido todos
los espacios de diálogo e ignoran la privacidad. Las redes sociales ponen a
circular todo tipo de rumores, mentiras con apariencia de verdad, y chismes que
destruyen la honra de la gente. No hay límites éticos y las normas jurídicas
son impotentes ante estas nuevas realidades del mundo digital.
ü Es
vergonzoso el ejemplo que están dando las figuras políticas que tratan temas de
enorme complejidad en el simplismo de 140 caracteres. Sus trinos irresponsables ponen en peligro la convivencia social y la
paz mundial. El lenguaje que circula por las redes sociales es agresivo y
vulgar. ¿Será posible pedir unos mínimos de educación y buenos modales?
ü Esperamos
que esta visita del Papa Francisco contribuya a bajar la temperatura política y
podamos discutir los programas de los candidatos de manera inteligente y
decente. Francisco vino a nuestro país con un vigoroso llamado a la
reconciliación, que es una manera concreta de vivir el mandamiento del amor.
ü En
el texto de la Carta a los Romanos que acabamos de escuchar, el apóstol Pablo
afirma: “Hermanos, no tengan con nadie otra deuda que la del amor mutuo, porque
el que ama al prójimo, ha cumplido ya toda la ley”.
ü ¡Gracias,
Santidad, por su visita a Colombia! ¡Gracias por esta invitación para dar el
primer paso hacia un futuro de esperanza! Que, a partir de esta visita, aprendamos
a hablar en un lenguaje respetuoso e incluyente, en el que es posible disentir,
pero sin atacarnos.