TIEMPO
ORDINARIO – DOMINGO XXV A
(24-septiembre-2017)
Jorge Humberto Peláez S.J.
La
salvación no es derecho adquirido ni reivindicación salarial
ü Lecturas:
o Profeta
Isaías 55, 6-9
o Carta
de san Pablo a los Filipenses 1, 20c – 24. 27ª
o Mateo
20, 1-16ª
ü En
las lecturas de este domingo, identificamos dos temas teológicos de la mayor
importancia: la búsqueda de Dios, y la salvación como un don de Dios y no como
un derecho cuyo cumplimiento podemos exigir:
o En
el profeta Isaías leemos: “Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar; invóquenlomientras
está cerca”.
o El
evangelista Mateo nos transmite la parábola de los empleados contratados, en
diversos momentos, para trabajar en una viña; al finalizar la jornada, todos recibieron
la misma paga.
ü Empecemos
por profundizar en el tema propuesto por el profeta Isaías, la búsqueda de Dios. En sus escritos,
san Agustín registra una íntima experiencia interior: “Nos hiciste, Señor, para
ti, y nuestrocorazón estará inquieto hasta que descanse en ti”. Con estas
palabras, san Agustín expresa una dinámica que está impresa en lo más profundo
de nuestro ser, y es la búsqueda del Absoluto. No nos dejan satisfechos los
goces materiales; las pequeñas verdades que vamos descubriendo nos plantean nuevas
preguntas. Somos peregrinos de la Verdad, del Amor y del Sentido.
ü Pensadores
de todos los tiempos han tratado de explicar este impulso, y han elaborado sus
teorías a partir de la psicología, la antropología, la biología, la filosofía,
la teología, etc. En nuestraépoca, ha alcanzado gran notoriedad un científico
inglés, Richard Dawkins, ateo militante, quien escribe sobre el espejismo de Dios.
ü A
partir de las palabras del profeta Isaías, los invito a revisar cuál ha sido
nuestro camino personal en la búsqueda de Dios. Cada itinerario es diferente;
las experiencias fuertes de nuestro encuentro con la Trascendencia pueden ser,
entre otras, la contemplación de la naturaleza, la lectura de la Biblia, el
servicio a los demás, una enfermedad, el amor, etc. En fin, cada uno de nosotros
ha sido un peregrino muy particular. Dios nos habla de múltiples maneras. El
acompañamiento espiritual apunta a que la persona descubra, en sus hechos de
vida, el llamado de Dios-amor.
ü Pasemos
ahora a la parábola de los empleados contratados
por el dueño de la viña. Aunque losoperariosempezaron a trabajar en
diversos momentos del día, todos recibieron al final la misma cantidad de
dinero, lo cual fue motivo de protestas: “Estos que llegaron a lo último solo trabajaron una hora, y, sin embargo, les pagas lo mismo que
a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor”.
ü ¿El
patrón está cometiendo una injusticia? Un avance social muy significativo ha
sido la protección de los derechos de los trabajadores: remuneración justa,
seguridad social, límites en las horas de trabajo, vacaciones, etc. La protesta
de los empleados de la viña tiene toda la justificación desde la lógica de los
derechos adquiridos y las justasreivindicaciones salariales. En derecho
laboral, no pueden ganar lo mismo quienes lo hicieron desde el comienzo del día
y los que se vincularon al final.
ü Lo
interesante de esta parábola es la invitación a no confundir las reglas de
juego de la contratación laboral y la obtención de la gracia de Dios. Estamos
en dos escenarios completamente diferentes.
ü Hay
quienes piensan que actuando de determinada manera y cumpliendo con unos ritos
y normas, adquieren unos derechos ante Dios, y los reclaman con vehemencia. Eso
creían losfariseos que se sentían dueños de la promesa de salvación y despreciaban
a los que no pertenecían a este exclusivo club: los extranjeros, los cobradores
de impuestos, las prostitutas, los excluidos socialmente. Ellos se creían los
poseedores de las llaves que daban acceso a la santidad de Dios.
ü La
lógica del derecho laboral no se aplica a la gracia de Dios. No somos titulares
de unos derechos que podemos exigir. La salvación es un don de Dios a la humanidad,
ofrecido a través de Jesucristo. No está circunscrito a un grupo de
privilegiados. Es una oferta abierta a todos los hombres y mujeres de buenavoluntad
que realizan una búsqueda sincera de la verdad y del bien: el cristiano, el
musulmán, el budista, elagnóstico, el ateo.
ü Sólo
Diosconoce los misterios del corazón humano. De allí la importancia que
revisten las palabras del profeta Isaías, que exploramos al comienzo de nuestrameditación:
“Busquen al Señor mientras lo puedenencontrar”. Cada persona realiza su peregrinación
interior; cada experiencia es diferente por los contextos sociales e historiaspersonales.
Pero el Espíritu Santo actúa en todos: en la abuela campesina que reza fervorosamente
a la Virgen de Chiquinquirá, y en el incienso que quema el budista piadoso que
busca el equilibrio interior.
ü Volvamos
a la escena de los obreros de la viña. Al final, todos recibieron el mismo
salario, un denario. No interpretemos esta paga en términos estrictamente económicos
o de capacidadadquisitiva. Hagamos una lectura simbólica: al final de nuestra
jornada eneste mundo, confiamos que el buenDios nos acogerá como Padre amoroso
para disfrutar de la plenitud gracias a la pascua de Jesucristo, nuestro Señor
y Salvador. La salvación no es un derecho adquirido a partir de nuestro
esfuerzo personal, sino un don que acogemos con infinitoagradecimiento. Como creaturas
limitadas e insignificantes, no podemos exigir ser revestidos de inmortalidad.