DOMINGO XXV (A) (Mateo,
1, 20-26)
Nuestras filiales relaciones con
Dios: clave para entender aquel “chocante reparto” |
- En esta Parábola, en la que nos puede chocar esa extraña manera de
remunerar que tiene aquel dueño, dando a todos el mismo sueldo por un trabajo
desigual, Jesús quiere dejarnos claro, fundamentalmente, dos cosas:
- Que todos estamos invitados a trabajar “en la viña del Señor”.
- Y que, cualquier momento de nuestra vida es bueno para que El nos remunere
con magnanimidad, si respondemos a su llamada,
Relaciones
paterno-filiales.
- Las Parábolas son comparaciones y, cuando se utilizan,
sólo se pretende dejar constancia del parecido que hay entre dos realidades,
que por no ser dos realidades idénticas, se encuentran también entre ellas sus
diferencias.
¿Cuáles son esas esenciales diferencias entre,
- Junto a los elementos comunes, hay una diferencia
esencial:
- Que las relaciones de un dueño con unos simple asalariados suelen ser unas relaciones exclusivamente laborales, de patrón a
obreros y, estas suelen regirse por un contrato de estricta justicia.
- Sin embargo, en la realidad comparada: “aquel trabajo de un hijo en la viña de su
padre”, no suelen regirse, por lógica, por unas relaciones meramente laborales, porque prevalecen
las relaciones paterno-filiales y en
estas se impone el amor, sobre los
derechos de estricta justicia.
- La extrañeza que, en principio, puede producir la forma
de remunerar aquel dueño de la viña, desaparece cuando la analizamos desde estas
relaciones paterno-filiales. El amor
de nuestro Padre Dios es magnánimo y El, sin ser injusto con nadie, está
siempre dispuesto a ser infinitamente misericordioso con todos.
- Es curioso observar que esta queja, (de los obreros de primera hora), tiene un gran parecido con la del hermano mayor de
“Hijo…, todo lo mío es tuyo” ¡Sois mis hijos
y vosotros hermanos! Y en esas relaciones, - como deben ser las de los cristianos - ha de prevalecer siempre
el amor, la generosidad, por encima de la estricta justicia.
¡Gracias Padre!
¡Qué sería de nosotros si Tú nos trataras sólo con estricta justicia!
Guillermo
Soto