El demonio entra por el bolsillo

 

Un articulista del Tiempo, Bogotá, ha recopilado, según su criterio, las VEINTE MEJORES FRASES del Papa FRANCISCO en su reciente viaje a Colombia. Una perla entre muchas, ésta: “El demonio entra por el bolsillo”. Esto a nivel personal, a nivel institucional, a nivel estatal. Muy fácil: Mientras más se tiene, más se quiere tener, acumular, guardar. Siempre habrá disculpas para ello: Aquí el medio justifica el fin.

Sabemos que hay países ricos y países pobres. Pero también sabemos que la corrupción ha invadido como virus letal, todas las instancias de nuestra sociedad. Es el afán inmediatista de enriquecimiento ilícito. La sociedad de consumo va de la  mano con el facilismo. Lo queremos todo y ya. Y allí, las víctimas siguen siendo los más pobres. A Ellos se les exige el pago inmediato de sus impuestos. Supuestamente para convertirlos en servicios.

Jesús hace una salvedad: Los hijos de los poderosos no pagan impuestos. ¡Menudo detalle! Esto queda reservado a los excluidos, a gentes sin influencias, a quienes apenas sobreviven. Los demás harán uso de artimañas, las más inverosímiles posibles, para evitar el pago de sus obligaciones con el Estado. Incluso, gobiernos muy poderosos, disminuyen el costo de los impuestos a los más ricos con el fin de encontrar en ellos garantía de  su continuidad.

Jesús nos pide dar “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Y dar a Dios lo suyo significa construir un mundo más humano, respetar a toda persona, buscar la salud, el bienestar, la plenitud de la humanidad entera. Eso buscó Jesús por encima de cualquier otro interés o legislación. Si hiciéramos esto,  los mismos gobiernos estarían en su obligación de apoyar y reivindicar para los más pobres, sus derechos, su felicidad.

Cochabamba 22.10.17

jesús e. osorno g. mxy

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