COMPARTIENDO EL EVANGELIO

Reflexiones de Monseñor Rubén Oscar Frassia

(Emitidas por radios de Capital y Gran Buenos Aires)

Vigésimo sexto durante el año, Ciclo A

Evangelio según San Mateo 21,28-32 (ciclo A)

Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: 'Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña'. El respondió: 'No quiero'. Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: 'Voy, Señor', pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?". "El primero", le respondieron. Jesús les dijo: "Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él".

¡NO BASTA SALIR EN LA FOTO!

Es un Evangelio muy fuerte por varias afirmaciones. La primera, no es que el Señor esté alabando a los publicanos, a los extranjeros, a las prostitutas en su estilo de vida, sino que está reconociendo la capacidad que ellos tienen de hacer penitencia, de arrepentirse y de ir a lo esencial, a lo importante.

Está reprochando a aquellos dirigentes, judíos de esa época, que conocían perfectamente la Ley pero que no eran capaces de captar el espíritu de esa Ley: la enseñanza de quien venía a visitarlos, a hablarles, al Mesías, que no supieron darse cuenta ni pudieron reconocerlo. ¡Ahí está el problema: las seguridades falsas!

Hoy muy pocos siguen el mandato prescriptivo de las leyes. Hoy más bien se sigue otra cosa: cada uno vive a su antojo, a su manera, a su modalidad, como lo siente, como le place, como le parece, como lo percibe. De alguna forma hoy se mezcla todo, incluso hasta pareciera que todo estaría justificado; y no sé si es así. Por ahí se oye decir: “voy a Roma, a ver al Papa Francisco, me saco una foto con él y ya soy un católico perfecto”, o aquello de “hago esto, estoy en tal lugar y soy una persona que cumple” Pero el Evangelio nos dice “¡no, no es así!” ¡No basta decir “Señor, Señor”! ¡No basta salir en la foto! ¡No basta parecer, hay que ser! La Fe y la Vida.

El Evangelio nos lleva a la conversión y a las obras. Como decía Santa Teresa de Jesús “obras son amores y no buenas razones” ¡Obras, hermanos, obras! Un creyente tiene que hacer obras. Un creyente tiene que ser buena persona. Un creyente tiene que hacer el bien. Un creyente tiene que vivir el Evangelio. Un creyente tiene que estar abierto y no cerrar las puertas a nadie, ni en su corazón, ni en su vida, ni en su pensamiento. ¡No basta decir “Señor, Señor”! ¡No basta salir en la foto! Lo que sí es importante que el Evangelio entre en nuestro corazón, en nuestra vida, y que la fe y la vida sean una misma realidad.

El primer hijo dijo que no, después pensó e hizo la voluntad del padre. Muchas veces nos equivocamos pero que debemos tener la capacidad de reconocerlo, luego volver, buscar y hacer la voluntad del Padre. Piense usted si está dispuesto a recorrer este camino y hacer así la voluntad de Dios.

Que la Virgen, Nuestra Señora de Lujan, nos proteja y nos enseñe a construir la paz.

Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén