9 de Noviembre. Dedicación de
Hoy celebra
La basílica de Letrán
comienza en los tiempos del emperador Constantino. Este emperador, con la
influencia de su madre santa Elena, el año 313 había promulgado un decreto
dando plena libertad a los cristianos para manifestar externamente su fe. La
esposa de Constantino, Fausta que era cristiana, poseía en Roma un gran palacio
que había pertenecido a la familia Laterani. Deseando
celebrar el papa Melquíades un sínodo con muchos obispos, Fausta le cedió este
palacio para el evento. Al poco tiempo murió Fausta y el emperador Constantino
regaló este palacio al Papa, que ya era Silvestre I. Además el emperador, en
los grandes jardines que tenía el palacio, mandó construir una gran basílica
para que fuese sede del papa y catedral de Roma. La consagración fue el 9 de
Noviembre del año 324. El nombre del “Divino Salvador” proviene, dicen unos que
porque con ese nombre se consagró. Otros dicen que procede de cuando en el año
787 se volvió a consagrar y una imagen del Divino Redentor sangró por los
golpes de un judío. Se la conoce más con el título de san Juan, porque había
dos altares importantes dedicados a san Juan Bautista y al Evangelista
y sobre todo por el hermoso baptisterio en honor de san Juan Bautista.
Con esta basílica cambió el
concepto de templo cristiano, ya que los templos paganos en Roma eran pequeños,
pues no eran para reunión de la gente, sino sólo para morada de los dioses o
ídolos. Algo parecido pasaba en el templo de Jerusalén, pues en lo más sagrado
sólo estaba el “arca de la alianza”, símbolo de la presencia de Dios y sólo
entraba un sacerdote. Toda la gente con sus ofrendas estaba en los patios. En
cambio en los templos cristianos, además de la presencia de Dios y de la
presencia real de Jesús en
El evangelio de este día
habla de la expulsión de los comerciantes en el templo por parte de Jesús. El
comercio allí se veía como normal, pues al tener la gente que ofrecer animales, se les facilitaba la venta allí mismo y podían pagarlo mejor con la moneda del templo. El
hecho es que Jesús ve que la ofrenda a Dios se ha convertido en un negocio y
que todo ello es un gran impedimento para que la gente sencilla pueda acercarse
a Dios por medio de la oración. Así al Dios de Israel, que ama a su pueblo, y
sobre todo a los pobres y sencillos, le han convertido en un dios lejano y
exigente, que parece estar más con los ricos que pueden dar ofrendas mejores.
Por eso Jesús tuvo esa reacción fuerte: para poder dejar un poco más claro que
el Reino de Dios es de amor y de un culto y oración más interior, muy diferente
de todo ese tinglado y negocio que habían montado aquellos sacerdotes y jefes
que sólo se preocupaban por enriquecerse.
De hecho el templo no es
totalmente necesario para estar con Dios, ya que lo importante es adorarle “en
espíritu y verdad”. También nosotros somos templo de Dios, pues en aquel que
ama a Dios habita