La opción de Jesús
Es sintomático que con motivo del triunfo de Piñeras en Chile, muchos de sus partidarios salieran a las
calles con la imagen de Pinochet a celebrar su triunfo. Y es también
sintomático que con el “recorte de impuestos” de Trump
se beneficie a sus empresas y, en general, a los ricos de su país. ¿En dónde
quedan los pobres? ¿Y la memoria histórica? Es indudable que nos sumergimos en
un proceso de involución que pareciera irreversible.
Jesús se marcha a Galilea a proclamar la “Buena noticia
de salvación”. ¡Galilea! “La región de los que en Israel se tenían por
ignorantes, impuros, con los que no había que relacionarse”. Y en un pueblo
así, perdido, Dios se hace presente. Es el estilo del Dios que se revela en
Jesús. Así son las costumbres del Dios de Jesús…Y también sus preferidos. Para
Jesús es muy importante la elección del sitio y de las personas a quienes
quiere involucrar en su Misión.
El Reino es la novedad de Dios, el secreto de su amor,
su proyecto de humanización o de nueva humanidad. Y para ello comienza ahí
donde el proyecto humano se ha desvirtuado al extremo. Donde es anti-proyecto,
es des-humanización, anti-reino. Y Él inicia su Misión precisamente ahí. Quiere
restaurarlo todo desde la conciencia, desde el trasfondo último del corazón
generando nuevas actitudes frente a la realidad primera: Ser humano.
Su mensaje es una buena noticia. Dios no puede dar malas
noticias. El Ser de Dios es novedad, gozo, plenitud. Y esa buena noticia la da
a los pobres. En ellos encuentra eco a su palabra. Y para que haya sintonía,
mejor, empatía, escoge el escenario propio, los pobres y entre los pobres. Allí
comienza la “buena noticia”. Con tal eficiencia que cada uno de sus
interlocutores se transforma en “Comienzo de la buena noticia”, es decir, por
ellos y desde cada uno de ellos se da Inicio a la “Buena Noticia”.
Cochabamba 21.01.18
jesús e, osorno
g. mxy
jesus.osornog@gmail.com