SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA
(Ciclo B)
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia, buscamos y leemos:
a.- Gn. 22, 1-2.9-15-18: Sacrificio de nuestro patriarca
Abraham.
b.- Rm. 8, 31-34: Dios no perdonó a su propio Hijo.
c.- Mc. 9,1-9: La Transfiguración. Este es mi Hijo amado.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore
en nosotros: Ven Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de
escuchar su Palabra, de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana.
Perdón Señor….
3.- Oración colecta:
Señor Padre santo, tú que nos has mandado
escuchar a tu Hijo, el predilecto, alimenta nuestro espíritu con tu palabra;
así, con mirada limpia, contemplaremos gozosos la gloria de tu rostro. Por
nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo
domingo.
- “Seis días después, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y
a Juan únicamente, y a solas los subió a un monte alto. Y se transfiguró ante ellos;
y su ropa se volvió resplandeciente, blanquísima, como ningún batanero en la
tierra es capaz de blanquearla. Y se
dejaron ver de ellos Elías y Moisés, y estaban conversando con Jesús” (Mc. 9,
2-4).
Marcos,
coloca la Transfiguración entre el primer y el segundo anuncio de la pasión y
resurrección de Jesús (cfr. Mc. 8, 31-33; 9, 30-32). Es la voz del Padre, quien
da sentido a todo el texto (v.7). El grupo de los discípulos se reduce a tres:
Pedro, Santiago y Juan, que serán testigos de este acontecimiento glorioso, los
mismos que luego experimentarán en el huerto de los Olivos, la versión dolorosa
de este misterio (cfr. Mc.14, 32-42). La montaña, lugar del encuentro de Dios y
del hombre, como hicieron Moisés y Elías (cfr. Ex. 19,20). En el hecho de la Transfiguración
está el germen de la Pascua. A ellos, Jesús quiere hacerles comprender el
misterio de la Cruz que les acaba de anunciar, confirmar su autoridad, por la
voz del Padre, que les manda escuchar a su Hijo. Sólo a ÉL hay que escuchar,
porque es constituido en único Maestro para ellos. Seguirlo a la gloria pasa
necesariamente por la cruz, de ahí la importancia que da el evangelista a los
signos de la trascendencia: la luz, la blancura de sus vestiduras, la nube, la
voz del Padre (cfr. Ex. 24,16; 34, 29-35). Al anuncio de la humillación y el
anonadamiento, la Resurrección querida por el Padre, convierte la
Transfiguración en gozoso anuncio de su glorioso triunfo sobre la muerte. La
presencia de Elías y Moisés, dotados de gran autoridad ante Dios y los hombres,
y como la ley judía exigía que se comprobara un hecho mediante el testimonio de
dos testigos, esta es la primera razón que justifica su presencia en este hecho
(cfr. Dt. 19,15) Son los máximos representantes del AT., la ley y los profetas,
precursores y testigos de la antigua alianza (cfr. Dt.18,15; Mal.3,23). Ellos
testifican que han llegado los tiempos del Mesías; ambos hablan con Jesús (cfr.
1 Re.19, 14ss). Ahora Yahvé, se manifiesta en Jesús, por eso que mientras los
tres conversan, el Padre se dirige a los discípulos, con lo que se quiere dar a
entender, que desde ahora el AT., ya no les hablará, sino a través de Jesús de
Nazaret. Las palabras de Pedro, pretenden detener el tiempo, olvida el sentido
de la cruz, el esfuerzo personal por la transformación del mundo. Quiere un
mesianismo sin participación del hombre, sin compromiso, sin problemas; su
intervención hace pensar en generosidad para los otros, pero en realidad piensa
sólo en sí mismo (cfr. Mc.8, 32).
- “Y se formó una nube que los cubrió; y sonó una voz desde
la nube: «Este es mi Hijo querido; escuchadlo». Y de repente, al mirar
alrededor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos” (Mc.9,7-8).
La
Transfiguración es un hecho divino y sólo el Padre da la clave para leerlo: escuchar
al Hijo. Sólo después de escucharle, se puede dar una respuesta a Dios.
Envueltos en la nube entran en la manifestación de su gloria y de su presencia
(cfr. Ex. 24,15-18), toda una disposición para escuchar la voz divina, que como
en el bautismo, proclama a Jesús su Hijo amado, pero que ahora añade:
“Escuchadle” (v.7; Mc.1,11). Jesús, es el profeta a quien todos deben ahora
escuchar (cfr. Dt.18, 15), el Hijo amado, mayor que Moisés y Elías. El mandato
del Padre revela que la ley y las profecías hablaban de su Hijo, el AT, llevaba
en sus entrañas al Hijo, que es su Palabra, hacia la que están orientadas,
todas las palabras dichas antes por Yahvé y los profetas. Si en el Bautismo, el
Padre se dirige a Jesús, aquí su voz va dirigida a los apóstoles, cumplimiento
de las antiguas profecías (cfr. Dt. 18,15.19). El Padre se complace en su Hijo,
lo que habla de su estrecha relación, como Hijo único, el Amado por excelencia
(cfr. Sal. 2, 7; Is. 42,1). Finalmente, todo desaparece y queda Jesús sólo, lo
único importante, lo que cuenta, entra en la vía del dolor y del sacrificio que
conocerá en Jerusalén. Sólo de Él viene la salvación para sus discípulos y
todos los hombres, como proclamará más tarde Pedro ante el Sanedrín (cfr. Hch.
4,12). La experiencia de la montaña les
habló a ellos y a nosotros a las claras de quien es Jesús, como camino para
alcanzar la gloria, pasando por el Calvario, y de cómo la Transfiguración es
germen de resurrección. Sólo después de las apariciones pascuales, y que sean
enviados, los discípulos hablarán de la Transfiguración del Señor Jesús, como
acontecimiento salvífico.
b.- Meditación. ¿Qué
me dice? ¿Qué palabra o hecho de este
evangelio me habla al corazón? Escoge tu texto o versículo y da razón de tu
elección.
- “Se
transfiguró delante de ellos…” (v.2). Me habla de su Divinidad, pero sobre
todo, me habla de la Pascua, luego de pasar por las tinieblas del Gólgota.
- “Se
les aparecieron Moisés y Elías y conversaban con Jesús” (v.4). Moisés y Elías,
confirman con su presencia y diálogo con Jesús que lo anunciaron desde antiguo,
continuidad entre la Alianza del Sinaí y la Nueva de Jesús en el Gólgota.
- Otros testimonios…
c.- Oración. ¿Qué le digo al Señor Jesús a propósito de
este texto? Escoge una palabra con la que inicias tu oración personal.
-
“Este es mi Hijo amado, escuchadle” (v.7). Padre guíame hacia tu Hijo; Hijo
abre mis oídos para escucharte; Espíritu Santo consérvame en la verdad. Te lo
pido Señor.
- “Maestro,
que bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas…” (v.5). Jesús, quiero
seguirte, no como Pedro, que quiso quedarse en el Monte, sino que seguir hasta
el Gólgota para resucitar tener vida y donarla, te lo pido Señor.
- Otras oraciones del grupo…
d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?
Compromiso. Me comprometo a poner
la luz de Jesús en mi vida para transfigurarla.
5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este
pasaje evangélico: Santa Teresa de Jesús, nos
enseña a escuchar a Cristo en el espíritu, morada de Dios. “De ver a Cristo me
quedó imprimida su grandísima hermosura, y la tengo hoy día, porque para esto
bastaba sola una vez, ¡cuánto más tantas como el Señor me hace esta merced!” (V
37,4).
6.- Alabanza y Adoración. Te alabamos Señor.
- Te
alabamos Padre, por mandarnos escuchar a tu Hijo, te alabamos Señor.
- Te
alabamos Hijo, por comunicarnos los secretos del Padre, te alabamos Señor.
- Te
alabamos Padre, desde las familias cristianas desde ellas y con ellas te
alabamos Señor.
- Te alabamos
Padre desde los que sufren por la fe cristiana desde ellos y con ellos te
alabamos Señor.
- Otras alabanzas del grupo…
7.- Preces: Te lo pedimos Señor.
- Te
pedimos Padre para que en esta Cuaresma aprendamos a escuchar a tu Hijo, te lo
pedimos Señor.
- Te
pedimos Padre, para que la luz de la transfiguración, cambie nuestras vidas. Te
lo pedimos Señor.
- Te
pedimos Padre por la paz en el mundo, te lo pedimos Señor.
- Te
pedimos Padre, por todos los enfermos del alma y del cuerpo para que la cruz y
luz pascual sostengan la esperanza de sanación, te lo pedimos Señor.
- Otras preces del grupo…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
S.
Juan de la Cruz enseña: “Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y
abriros contemplando”.
Página
web: www.carmelitasviña.cl