«ALGUNOS PROPÓSITOS CUARESMALES»
Carta de monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de
Posadas,
para el 4° domingo de Cuaresma
[11 de marzo de 2018]
En el contexto de la cuaresma podemos realizar, a modo personal,
acciones concretas que expresen nuestra conversión a Cristo el Señor y nos
preparen a celebrar mejor la Pascua. Como Iglesia, también realizamos gestos
comunitarios como momentos litúrgicos de oración y celebración. «El
hecho de dedicar más tiempo a la oración hace que nuestro corazón descubra las
mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos, para buscar
finalmente el consuelo en Dios. Él es nuestro Padre y desea para nosotros la
vida.
[La caridad
ejercitada mediante acciones concretas nos]
libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo
que tengo es sólo mío. Cuánto desearía que la limosna se convirtiera para todos
en un auténtico estilo de vida. Al igual que, como cristianos, me gustaría que
siguiésemos el ejemplo de los Apóstoles y viésemos en la posibilidad de
compartir nuestros bienes con los demás un testimonio concreto de la comunión
que vivimos en la Iglesia. A este propósito hago mía la exhortación de san
Pablo, cuando invitaba a los corintios a participar en la colecta para la
comunidad de Jerusalén: «Les conviene» (2 Co 8,10). Esto vale especialmente en
Cuaresma, un tiempo en el que muchos organismos realizan colectas en favor de
iglesias y poblaciones que pasan por dificultades. Y cuánto querría que también
en nuestras relaciones cotidianas, ante cada hermano que nos pide ayuda,
pensáramos que se trata de una llamada de la divina Providencia: cada limosna
es una ocasión para participar en la Providencia de Dios hacia sus hijos; y si
él hoy se sirve de mí para ayudar a un hermano, ¿no va a proveer también mañana
a mis necesidades, él, que no se deja ganar por nadie en generosidad?
Querría que mi voz traspasara las fronteras de la Iglesia Católica, para
que llegara a todos ustedes, hombres y mujeres de buena voluntad, dispuestos a
escuchar a Dios. Si se sienten afligidos como nosotros, porque en el mundo se
extiende la iniquidad, si les preocupa la frialdad que paraliza el corazón y
las obras, si ven que se debilita el sentido de una misma humanidad, únanse a
nosotros para invocar juntos a Dios, para ayunar juntos y entregar juntos lo
que podamos como ayuda para nuestros hermanos».
(Papa Francisco, mensaje para la Cuaresma 2018)
Nosotros, como iglesia diocesana, como cada año realizaremos la colecta
cuaresmal que llamamos «del 1%». Proponemos compartir con nuestros hermanos más
necesitados por lo menos el 1% del total de nuestros ingresos. Es importante
recordar que este aporte cuaresmal tiene sentido si es fruto de nuestra
conversión a Dios y expresa nuestro deseo de amarlo a Él y a nuestros hermanos
como a nosotros mismos. La fecha en que realizaremos esta colecta es el próximo
fin de semana del 17 y 18 de marzo. Esta ofrenda estará destinada especialmente
a aquellos hermanos necesitados a quienes se ayudará a mejorar las viviendas,
los techos, las letrinas. Obviamente con esto no solucionaremos el problema de
la vivienda de tantos hermanos, pero como diócesis realizamos un gesto concreto
de caridad y justicia.
Quisiera que pidiéramos juntos a Dios que podamos asumir este tiempo de
gracia como nueva oportunidad de volver a Él y que con humildad revisemos cómo
vivimos nuestra fe en Dios y cómo la expresamos en el compromiso para con
nuestros hermanos.
El tiempo cuaresmal nos ayuda a revisarnos desde el amor que Dios nos
tiene con la certeza de que, si volvemos a Él, nos recibirá con un abrazo de
Padre como al hijo pródigo. Abrazados por su amor somos plenos y podemos ser
testigos de la Pascua y de la Esperanza. La certeza de la esperanza Pascual,
nos lleva a que, desde la fe, creamos en que amar bien es posible. Nuestro
tiempo necesita de varones y mujeres que amen pascualmente, para desterrar la
injusticia, la violencia y el odio.
Les envío un saludo cercano y hasta el próximo domingo.
Juan Rubén Martínez,
obispo de Posadas