Domingo
de Palmas
(Año Par. Ciclo B)
Lecturas Bíblicas
a.- Is. 50, 4-7: El Siervo paciente del Señor.
b.- Flp. 2, 6-11: Se rebajó a sí mismo; por eso Dios lo
exaltó.
c.- Mc.14, 1-72; 15,1- 47: Pasión de N.S. Jesucristo según
San Marcos.
Introducción
Entramos
gozosos con el rey triunfante a Jerusalén. Pero luego la liturgia nos invita a
entrar en el gran silencio contemplativo de la Pasión, allí donde
verdaderamente reina Jesús. Veamos primero los cinco trazos esenciales del
relato de la Pasión según san Marcos (14-15):
• La
lectura de la Pasión de Jesús según san Marcos comienza con dos cenas: la de
Betania (14,3-9) y la de la Pascua (14,22-24). En la primera, la unción –que es
signo de reconocimiento mesiánico- Jesús mismo la relaciona con su muerte y su
sepultura. En la cena pascual, también el mismo Jesús acepta libremente su
muerte como sacrificio para nuestra salvación.
• San
Marcos integra estas dos cenas con la noticia de la conspiración por parte del
Sanedrín (14,1-2 y 10-11) y por el soborno de Judas y el anuncio de la negación
de Pedro. Tenemos la sombra que envuelve el gesto luminoso de la entrega que
Jesús hace de sí mismo: Jesús es el Mesías de la cruz, quien muere por nuestra
salvación, no obstante los rechazos, las traiciones y los abandonos.
• Con
la prisión y el abandono por parte de todos los discípulos, quienes huyen
despavoridos, el discipulado entra en su mayor crisis. El detalle del joven que
huye desnudo parece simbolizar la actitud de quienes hasta entonces siguen a
Jesús, pero sin comprender su misterio.
• La
pregunta sobre la verdadera identidad de Jesús, que fue el hilo conductor de
todo el Evangelio –“¿Quién es éste?”- comienza a tener finalmente una respuesta
definitiva: la cruz dirá, verdaderamente, quién es Él. Durante el proceso
judicial, Jesús asume por primera vez públicamente su identidad de Hijo de
Dios. Pero en contraposición aparece la decisión del Sanedrín y las negaciones
de Pedro.
• Con
la crucifixión y muerte de Jesús, el relato marcano llega a su momento cumbre:
ahora sí es posible reconocer quién es Jesús, ahora es posible la fe. Será el
centurión romano el primero en reconocer que el Crucificado es el Hijo de Dios.
Las escenas del relato de la Pasión.
Veamos
ahora la serie de escenas en la que se va desarrollando el relato de la Pasión.
Aunque todas están estrechamente hilvanadas, vale la penar verlas también como
pequeños cuadros que nos invitan a la contemplación de Jesús e intentar
comprender lo que significa: “Si alguno quiere ser mi discípulo, niéguese a sí
mismo, tome su cruz y sígame” (Marcos 8,34).
Lo
importante es captar la idea central de cada escena.
1.- El complot contra Jesús y la Cena en Betania
(Mc.14,1-9)
Los protagonistas
de la Pasión preparan la fiesta de Pascua de manera diferente y contradictoria.
Mientras que los responsables del Templo están más preocupados por inmolar a
Jesús que por inmolar el cordero pascual, una mujer gasta una considerable suma
de dinero para perfumar a Jesús y anticipar sus funerales, lo cual Jesús
interpreta como anticipación de su entronización mesiánica.
2.- La traición de Judas y los preparativos de la fiesta
(Mc.14,10-11).
De
forma opuesta a la actitud de la mujer de Betania, Judas acepta dinero para
entregar a Jesús. Jesús les pide a sus discípulos que preparen una sala. Pero
en realidad ésta ya está lista. ¿Qué Pascua quiere celebrar Jesús? ¿Qué sentido
le quiere dar a la fiesta?
3.- La cena del Señor (Mc.14,12-31).
Durante
la cena, Jesús anuncia que será entregado. Su cuerpo y su sangre sustituirán al
Cordero Pascual. La fiesta de Pascua toma un nuevo sentido. La Alianza entre
Dios y los hombres ha sido renovada y se extiende a todos los hombres. La cena
termina con un canto de acción de gracias. Yendo al Getsemaní, Jesús aparece
más lúcido que sus discípulos. Les explica el sentido de su muerte, pero ellos
no son capaces de comprender las palabras por el momento.
4.- La agonía en el Getsemaní (Mc.14,32-42).
Jesús
se distancia de sus discípulos junto con Pedro, Santiago y Juan, para orar. El
evangelista Marcos nos revela el secreto de su oración. Jesús queda
completamente solo, no consigue involucrar a sus discípulos en la oración de
abandono a la voluntad del Padre.
5.- El arresto de Jesús (Mc.14,43-52).
El
grupo de discípulos que rodea a Jesús desde el comienzo del evangelio se
dispersa. La escena está cargada de fuerte dramatismo: Judas lo traiciona con
un beso; uno de los discípulos usa su espada; otro huye desnudo en medio de la
oscuridad. Las palabras de la Escritura citadas durante la cena se cumplen:
“Heriré al Pastor y se dispersarán las ovejas”.
6.- El juicio judío: ante Caifás (Mc.14,53-65).
En el
proceso judicial religioso, un grupo de falsos testigos desfilan ante Jesús.
Por su parte, Jesús da testimonio verdadero acerca de sí mismo: revela su
secreto mesiánico. La nobleza de sus palabras y de su comportamiento se
contrapone a la conducta indigna de algunos de los jueces y guardias.
7.- El juicio romano: ante Pilatos (Mc.15,1-5).
Ante
Pilatos, la agitación de los jefes contrasta con la calma y el silencio de
Jesús.
8.- Barrabás (Mc.15,6-15).
La
multitud se pone en contra de Jesús. Se pide la muerte del justo y la
liberación del culpable. La muerte de Jesús es salvación del pecador. Pero
Pilatos comete una injusticia.
9.- Jesús coronado de espinas (Mc.15,16-20).
Una
ironía trágica caracteriza esta escena. Los soldados creen que se están mofando
de Jesús. No se dan cuenta que están diciendo la verdad: Jesús, efectivamente, es
el rey de los judíos y merece que se arrodillen ante él.
10.- El camino de la cruz (Mc. 15,21-28).
La
inscripción colocada en la cruz, una vez más –sin que lo quieran los
adversarios- dice la verdad. El relato sigue el ritmo de las indicaciones
horarias: las nueve de la mañana, el mediodía, las tres de la tarde. La primera
parte es la crucifixión, donde se destaca el despojo de las vestiduras de
Jesús. Jesús rechaza la primera bebida que le ofrecen: un narcótico para
adormecerlo y aliviar los dolores; él quiere vivir consciente las últimas
horas.
11.- Las burlas al crucificado (Mc.15,29-32).
Se
escucha el grito desafiante: “¡Sálvate a ti mismo!”. Tres grupos de personas
confrontan al crucificado para burlarse de su misión mesiánica de salvación y
sus títulos; le piden que se baje de la cruz para poder creer en él. Lo más
trágico: incluso sus compañeros de condena lo insultan.
12.- La muerte de Jesús (Mc.15,33-39).
Al
mediodía viene una gran oscuridad que se prolonga al menos por tres horas,
hasta la muerte de Jesús. ¿La tierra será más consciente que los humanos, al
cubrirse el rostro ante el crimen que se va a cometer? Una profecía está en el
trasfondo. El cosmos anuncia que ha llegado la hora del fin: la intervención
decisiva de Dios en la historia. En medio de la oscuridad Jesús ora con el
Salmo 22. Los presentes se burlan de su experiencia de Dios tergiversando las
palabras del Salmo. Jesús muere.
13.- La hora del discipulado (Mc.15,40-41).
Al
morir Jesús un nuevo signo interpretativo del sentido de la cruz se manifiesta:
el velo del Templo se rasga. En el cuerpo del crucificado Dios ha revelado su
presencia definitiva en medio de los hombres: un nuevo acceso a Dios es
posible. El centurión romano profesa la fe: “viendo la forma como murió”. De
forma paradójica se realiza lo que piden los adversarios: “que veamos para que
creamos”. Curiosamente lo que ve el centurión no es que Jesús se salve de la
Cruz, sino que muere en ella con una oración de confianza en el Padre Dios.
Dice: “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios”. Es la más bella profesión
de fe del Evangelio. Las mujeres, imagen de fidelidad en el discipulado,
contemplan la escena desde lejos. ¿Creerán como el centurión?
14.- Jesús es sepultado (Mc.15,42-47).
No
todos los responsables del pueblo judío eran contrarios a Jesús. Uno de ellos
viene a enterrarlo. Las mujeres hacen de “testigos” de la sepultura en la
expectativa que lo sean también después de la resurrección.
15.- Preces.
Acabamos
de escuchar la Pasión de Jesús, oremos al Padre por toda la humanidad. R.- Por la Pasión de tu
Hijo, escúchanos Señor.
1.-
Por todos los cristianos para que cada día podamos llevar con dignidad el
nombre de discípulos del Crucificado para que nuestro modo de vivir se asemeje
a la vida de Jesús. R.-
2.- Por
nuestra sociedad, para que surjan profetas y mensajeros del amor de Dios que
nos anuncien el evangelio que nos ayuda a llevar la cruz diaria. R.-
3.- Para
que reine la paz y la justicia en todo el mundo ahí donde las guerras e injusticias
o la discriminación, son causa de sufrimiento para miles de personas. R.-
4.-
Para que esta Semana Santa nos introduzca en la Pascua de Jesús y nuestra
Pascua. R.-
Otras
intenciones…
16.-
Padre Nuestro
17.-
Abrazo de la paz
18.-
Bendición final.
“Buscad
leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros contemplando” (S. Juan
de la Cruz).
La
Lectio Divina, síntesis y reflexión de la Pasión según S. Marcos, es obra del
P. Fidel Oñoro.