Domingo 5º de pascua, Ciclo B

PARA QUE QUEREMOS CRISTIANOS SECOS Y SIN VIDA

Sud África y Ciudad del Cabo es la región más austral de África, donde millones de gentes  están temblando, porque el día 11 de mayo se ha señalado como el día 0 en donde el agua será racionada hasta 25 litros diarios  por persona, y tendrán que obtenerla en lugares de racionamiento  Eso se debe al rápido crecimiento de la población, el excesivo incremento, dé una ciudad que crece desmesuradamente extendiéndose a todos lados y a la tremenda sequía que ha  asolado a la población en los últimos años. No pueden regar sus jardines, ni lavar el coche, el agua para el sanitario se ve reducida y pronto bañarse con agua corriente será un lujo que será muy difícil permitirse.

Esto tiene una influencia grande en la población misma que cambiará sus hábitos  de vida si se quiere subsistir. Parece que el turismo que tiene mucha importancia en la población se verá menguado y muchas gentes están pensando en migrar ya que la vida será imposible sin el factor agua.

Esto me recuerda que aunque no estamos es Sudáfrica mucha gente sufre sequia espiritual y se ve en sus rostros y en su actitud. Cristianos secos, como sin vida, sin alegría, sin ánimos para vivir y sin ánimos para transmitir el mensaje de fe que Cristo nos ha dejado. Si,  es verdad que están bautizados, que se casan por la iglesia, que asisten con cierta regularidad a la misa dominical, pero no se ve vida en sus vidas ni en sus comunidades y su actitud en política  se reduce a un desganado día de votación para elegir autoridades. No se ve que los cristianos transmitan vida y que lo hagan con alegría. Precisamente en este día, Cristo nos deja otra de sus palabras que inspiran vida y salud, pero con tal de aceptarle a él portador de la vida y del amor.             YO SOY LA VERDADERA VID Y MI PADRE ES EL VIÑADOR. Juntamente con los olivos, la población de Israel vivía pendiente de sus viñas de las cuales obtenían el preciado vino para el consumo doméstico. Y ahora Cristo se presenta como la Vid, porque es hombre, pero porque es Dios puede dar vida y en abundancia, pero a condición de aceptarle a él para comenzar a hacer que la vida del creyente sea transformación de su ambiente y de su mundo. Cristo es muy claro al respecto; AL SARMIENTO QUE NO DA FRUTO EN MÍ, ÉL LO ARRANCA Y AL QUE DA FRUTO LO PODA PARA QUE DE MÁS FRUTO. Es claro entonces que si no se está plenamente metido en el corazón de Cristo, será una ilusión pensar que se es un buen cristiano. Se necesitan las obras de fe y ésta sólo se obtiene si se está plenamente unido a Cristo, la verdadera vid que el Padre nos ha dejado.  Cristo insiste: COMO EL SARMIENTO  NO PUEDE DAR FRUTO POR SÍ MISMO, SI NO PERMANECE EN LA VID, ASÍ TAMPOCO  USTEDES, SINO PERMANECEN EN MÍ. No se puede dar poquito fruto, no se puede nada, nada sencillamente nada, pues Cristo el sarmiento, es la verdadera vid, de ahí tantos cristianos secos, añosos, anquilosados que son incapaces de dar fruto en el mundo.  Y repetitivamente afirma  “YO SOY LA VID, USTEDES LOS SARMIENTOS, EL QUE PERMANECE EN MI Y YO EN ÉL ESE DA FRUTO ABUNDANTE, PORQUE SIN MI NADA PUEDEN HACER.  Más claro no canta un gallo. Si queremos vida en el mundo, unidad en Cristo, si queremos seglares con influencia en su mundo, la unidad en Cristo, si queremos sacerdotes entregados, lejos de los peligros de este mundo pero que sepan ser fermento en la masa, unidad en Cristo Jesús.  Y en esa palabra que es programática, pues Cristo estaba pensando ya en su próxima muerte, anuncia:                     SI PERMANECEN  EN MI Y MIS  PALABRAS PERMANECEN EN USTEDES PIDAN LO QUE QUIERAN Y SE LES CONSECERÁ. LA GLRIA DE MI PADRE CONSISTE EN QUE DEN MUCHO FRUTO Y SE MANIFIESTEN  ASÍ COMO DISCIPULOS MÍOS. Esto es lo que el mundo está esperando de los creyentes y este México nuestro que está en campaña política para cambiar autoridades, exige que los cristianos hagan notar su voz y no se contenten con decir que las cosas siempre han sido así y que nada va a cambiar en el mundo.

 Y si no hubiéramos entendido el mensaje de Jesús, sus  palabras finales nos hacen temblar:

AL QUE NO PERMANECE EN MÍ, SE LE ECHA FUERA COMO AL SARMIENTO Y SE SECA Y LUEGO LO REGOGEN, LO ARROJAN AL FUEGO Y ARDE. Queremos ser algo más que leños secos que no sirven más para atizar el fuego, sino cristianos llenos de vida, que sepamos ser como el apóstol Pablo, de quien se dudaba de su conversión, pero cuando estuvieron seguros de su fe y de su plena pertenencia a la Iglesia se dejaron guiar por su ímpetu, su fortaleza y su generosidad hasta dar la propia vida en defensa de su fe en Cristo el Hijo de Dios.

El Padre Alberto Ramírez Mozqueda espera sus comentarios en alberami@prodigy.net.mx