«la COMUNIÓN en la diversidad»
Carta de monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de
Posadas,
para el 5° Domingo de Pascua
[29 de abril de 2018]
En muchas oportunidades los cristianos
nos referimos a la palabra «Comunión». Desde distintos ángulos y
por diversas razones tratamos de que sea el fundamento de nuestro obrar. Es
cierto que no siempre entendemos su significación y por lo tanto su
importancia. En algunas oportunidades leemos o escuchamos que se unen empresas,
sectores, o bien países para determinados fines. En general son formas de
unidad, pero con fundamentos estratégicos. La comunión será más profunda si los
lazos de unidad se fundamentan en relaciones históricas, culturales o
religiosas. Pero todo esto aún es diferente a lo que los cristianos entendemos
por comunión. El Papa san Juan Pablo II cuando iniciaba nuestro siglo XXI
señalaba en la encíclica «Novo Millennio
Ineunte»
que debemos hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión: «éste es el gran desafío que
tenemos ante nosotros en el milenio que comienza, si queremos ser fieles al
designio de Dios y responder también a las profundas esperanzas del mundo...
Antes de programar iniciativas concretas hace falta promover una espiritualidad
de comunión» (43).
La comunión para los cristianos tiene
su fundamento en el amor y comunión trinitaria. En el amor de Dios al hombre y
en la necesidad de asumir el mandamiento del amor. El Evangelio de este domingo
(Jn 15,1-8), nos señala la necesidad de estar en
comunión con Jesucristo, como la vid y los sarmientos: «Permanezcan en mí, como yo permanezco
en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid,
tampoco ustedes, si no permaneces en mí»
El fundamento de toda comunión para
los cristianos se da en esta comunión con Aquel a quien seguimos. Quizá señalar
esto en el contexto cultural que vivimos parezca un tanto exigente o rigorista,
pero creo conveniente decirlo, porque las experiencias de fracaso ligadas a la
comunión fraterna, en nuestras familias, comunidades, movimientos o el mismo
compromiso de los cristianos como ciudadanos, tienen en general como causa esta
ruptura básica; nos decimos cristianos, pero de hecho no nos sentimos
comprometidos con Jesucristo ni con sus enseñanzas. Llamarnos cristianos a
veces es solo una denominación que puede llegar a implicar algunas devociones
religiosas, sin terminar de integrar nuestra fe con nuestra manera y estilo de
vida. En realidad, esto sucede porque no permanecemos en Él, como la vid y los
sarmientos y dejamos de ser fecundos en la construcción del Reino.
En la Diócesis hemos querido acentuar
este tema de la comunión que nos señala el texto del Evangelio de este domingo.
La eclesiología de comunión no es una opción posible como si fuese una pastoral
más. La comunión es un reclamo que nos realiza el Señor y que si no nos
interesa contradecimos el camino de discipulado que implica el ser cristianos.
Por esta razón, en la Diócesis venimos acentuando la necesidad de asumir la
comunión desde nuestra conversión a Dios y desde la búsqueda de mejorar nuestra
pastoral para que sea más orgánica. Es cierto que asumir esta exigencia que
surge de este reclamo de unirnos como la vid y los sarmientos, es exigente, y
la tentación es quedarnos cómodos «en
lo de siempre», pero nuestra vida solo se
plenifica si no nos conformamos con lo mínimo. En el
amor donado y pascual, en desacomodar y desarmar lo que no sirve a la misión,
encontraremos dolores y sufrimientos, pero también el gozo que implica vivir
una vida cargada de sentido.
Tanto para la vida de la Iglesia, como
para la sociedad, nuestra provincia y país el valor de la comunión y no la
uniformidad; la pluralidad y lo diverso, sin rupturas, aquello que busque
construir el bien común, será la respuesta adecuada para construir en este
tiempo globalizado una cultura solidaria y de la vida. El texto de este domingo
de la vid y los sarmientos, nos permiten captar la vigencia de la propuesta de
Jesucristo, el Señor.
¡Un saludo cercano y hasta el próximo
domingo!
Mons. Juan
Rubén Martínez,
obispo de Posadas