«SECULARISMO: EXCLUSIÓN DE DIOS Y DE LOS POBRES»
Carta de monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de
Posadas,
para la Solemnidad de la Santísima Trinidad
[27 de mayo de 2018]
En este domingo celebramos a la
Santísima Trinidad. Si hay algo esencial de nuestra fe como cristianos es creer
que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Creemos en la Trinidad y en la
revelación que Jesucristo realizó y que leemos en los textos de la Palabra de
Dios.
Es importante que comprendamos la
significación que tiene para nuestra vida esta verdad que confesamos los
cristianos. Nuestra época que acentúa solamente temas circunstanciales, a veces
sensacionalistas y, en general, pasajeros, omite las cuestiones importantes y
que son claves para comprender el sentido profundo de la vida. Se desinteresan
por temas como la revelación que el mismo Jesucristo ha realizado y que
responden a interrogantes profundos del corazón humano como es nuestro propio
sentido de la existencia, para qué estamos y hacia dónde vamos… Dios, que se
hizo uno de nosotros y nos muestra el camino a seguir, no cuenta muchas veces
con nuestra escucha, porque el exceso de ruido hace que no se escuche la «Palabra». Algunos grupos religiosos
se dicen cristianos, pero niegan la divinidad de Jesucristo y lo comparan a
otros personajes importantes, profetas… desconociendo la singularidad de su
presencia. En el Credo, en la confesión de fe de los cristianos, manifestamos
que creemos en Jesucristo, verdaderamente Hombre y Verdaderamente Dios, y en
Dios «Uno y Trino». En esta formulación se
encuentra la esencia del cristianismo con profundas consecuencias espirituales,
pastorales y culturales.
El Evangelio de este domingo (Mt
28,16-20) es elocuente y a la vez esperanzador. El texto expresa un pedido de
Jesús a sus discípulos antes de su partida hacia el Padre: «vayan y hagan que todos los
pueblos sean mis discípulos bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo
estaré con ustedes hasta el fin del mundo».
Celebrar la Trinidad nos lleva a
expresar que el único absoluto en nuestra vida es Dios. Entre los desafíos que
tendremos que asumir como respuesta a nuestro tiempo está el problema del
creciente «secularismo» que no discute ni siquiera
la existencia de Dios, sino que la omite, y silencia los valores que implican
considerar al hombre «imagen y semejanza de Dios», y su consecuencia en la
valorización de la vida humana como clave y sujeto de todo derecho. La omisión
de Dios del secularismo no es casual ya que, de hecho, desde la instalación de
una cultura materialista se reduce la dignidad del hombre, considerándolo como
mero objeto de consumo. De este modo no solo silencia y omite a Dios, sino también
la dignidad humana. El consumismo, entre otros males, deja en la exclusión a
los pobres y somete a nuestros adolescentes y jóvenes al alcohol, la droga y
otras adicciones…
Por el contrario, aunque se da un
fuerte bombardeo que pretende un secularismo cultural y por lo tanto un
ambiente consumista, nuestro pueblo sostiene una fe fuertemente expresada en la
religiosidad popular. En esta semana hemos asistido a grandes manifestaciones
de fe como las peregrinaciones de Fátima y Santa Rita. Miles y miles de
peregrinos expresan aquello que también percibimos en nuestras comunidades,
capillas de nuestros barrios y pueblos, en donde la gente manifiesta una
auténtica búsqueda de Dios. La catequesis, lo grupos bíblicos, los centros de
formación y movimientos, alimentados por los sacramentos, sostienen valores
como la vida, la familia, la solidaridad y otros, que nos animan en la
esperanza de creer que en esta porción de nuestra Patria podemos construir una
cultura más humanista.
El próximo fin de semana celebraremos
la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo. Aquí en Posadas, el sábado 2 de junio
desde las 14 horas, nos reuniremos en la cancha del Club Deportivo «Guaraní Antonio Franco» para celebrar la Santa
Misa y posterior procesión como cada año. Como Pueblo de Dios estaremos juntos
para adorar al Señor en su Cuerpo y Sangre del Señor, que expresan el Amor de
Dios.
¡Un saludo cercano y hasta el próximo
domingo!
Mons. Juan
Rubén Martínez,
obispo de Posadas