18ª semana del tiempo
ordinario. Domingo B: Jn 6, 24-35
El domingo pasado
comenzábamos el capítulo 6º de san Juan, que seguirá unos pocos domingos. El
ciclo B se caracteriza por seguir el evangelio de san Marcos; pero como es el
evangelio más corto y este capítulo 6º de san Juan es muy importante, quiere
Comenzaba el capítulo 6º el
domingo pasado con la multiplicación de panes y peces, que tiene una conexión
con la promulgación o proclamación de
Tenía que ser un día bonito
de primavera, pues dice san Juan que había mucha yerba en aquel sitio y la
gente podía sentarse para poder comer con tranquilidad. La cercanía de
Comienza un diálogo de
Jesús con la gente. Él les rebaja los ánimos haciéndoles ver que los motivos de
seguirle son demasiado egoístas, ya que sólo le siguen por la comida material,
cuando en verdad él les quiere dar un alimento que nos sirva para siempre.
También hoy podría Jesús recriminar a muchos que parece que buscan en la
religión sólo un provecho material. Hay gente que sólo va a la iglesia cuando,
además del acto religioso, hay un motivo social, que quizá sea lo principal
para ellos: participar en el acto social de un bautismo o boda o entierro.
Algunos hasta se acercan a comulgar sin estar en gracia, porque no suelen
asistir a misa los domingos, además de otras cosas. El pan sagrado no es para
ellos “pan de vida”.
Entre la gente que hablaba
con Jesús, había algunos con buenas intenciones y parece que estaban dispuestos
a escucharle con sinceridad. Por eso le dicen “¿Qué haremos
para hacer obras de Dios?” Y Jesús les dice que tienen que tener fe. Deben
creer en el enviado de Dios. No es fácil creer en Jesús presente en
Y como no es fácil creer,
la gente le pide algún signo especial. Algo así como lo de Moisés que les dio
el maná, un pan bajado del cielo. Jesús les aclara que el maná no era del
cielo, sino algo terreno; pero en cambio lo que él les dará sí es pan “bajado
del cielo”. . Ese es el que nos va a saciar y va a tener repercusiones de
eternidad.
Hay gente que tiene muchos
bienes materiales, pero siempre tiene hambre de más. Hay muchos que teniendo lo
suficiente para poder ser feliz, no encuentran satisfacción, porque no
encuentran respuesta al sentido de la vida. Aquellos que han experimentado la llenumbre de la gracia, se sienten saciados de Dios, aunque
la verdadera saciedad sólo estará en la otra vida. En esta vida algo se va
teniendo unidos en la caridad.
También hoy Jesús nos puede
decir a cada uno: ¿Qué signos haces tu para trabajar
en lo que Dios quiere? San Pablo en la 2ª lectura nos dice que no actuemos como
los que no tienen fe, sino que nos dejemos renovar por el Espíritu, para vivir
según Dios en justicia y santidad verdadera. No vivamos como los gentiles que
sólo se preocupan de lo material.
Dar frutos de santidad es
muy difícil; pero para eso se quedó Jesús en