10 de Agosto. San
Lorenzo: Jn 12, 24-26
En este día celebra
Era de Huesca, en España.
Parece ser que el papa Sixto II, antes de ser papa, en un viaje a España, le
conoció y le llevó a Roma como compañero y ayudante. Cuando nombraron papa a
Sixto, éste nombró a Lorenzo como uno de sus principales ayudantes, que es lo
que significaban los siete diáconos del papa. De hecho era el principal y el de
más confianza del papa, pues Lorenzo era el encargado de distribuir el dinero
que los fieles daban para los pobres y otras necesidades. Era un puesto de
mucha responsabilidad. Lo que más se conoce de su vida es su martirio.
En el año 257 el emperador
Valeriano, apurado por los gastos del imperio y pensando que los cristianos
tenían muchas riquezas publicó un edicto de persecución. Al año siguiente, por
medio del Prefecto romano, llevó a prisión al papa Sixto y a sus diáconos.
Cuando llevaban al papa, san Sixto, a la ejecución, san Lorenzo, que iba junto
a él, le decía: “¿A dónde vas, Padre mío, sin tu diácono?” Y el papa le
respondió: “No pienses que te abandono, hijo mío. Mayores combates a ti te
aguardan. Y dentro de tres días me seguirás”. Y es que ya le habían dicho a san
Lorenzo que a él no le iban a matar. La razón era, porque, como él era el que
tenía el dinero, pensaba el Prefecto romano que podrían conseguir esas
riquezas. Instado, por lo tanto, a que
diera las riquezas, san Lorenzo pidió al menos un día para poderlas reunir.
Entonces llamó a todos los pobres, enfermos y lisiados. Se los presentó al
prefecto diciendo: “Estos son los tesoros de
Su entrega a Cristo en la
vida y en la muerte fue un gran ejemplo para toda la cristiandad y Dios quiso
hacer muchos milagros por su intercesión. Por eso fue grande la veneración y
muchas las iglesias que a él le dedicaron. En Roma tiene la principal basílica,
después de las cuatro principales. Su martirio fue el broche de oro a una vida
entregada al amor de Jesucristo y de
Cuando estaba en el
martirio tuvo una visión de un príncipe futuro que cerraría los templos paganos.
De hecho unos cuantos años después vendría la libertad para
San Lorenzo supo entregar
su vida y por eso es fuente de vida. Jesús nos dice dónde está el secreto de la
verdadera vida: Quien se siente preocupado de su vida, hasta aferrarse a ella,
la perderá, pero el que no se aferra a ella, sino que la da, la conservará para
la vida eterna. Nuestra religión es de amor. El amor es darse, y en la práctica
vemos que no se puede dar, si uno está metido en la comodidad.
Termina hoy Jesús sus
palabras hablando del “servir”, que es el oficio del diácono y de todo
cristiano. El que le sirva a El será honrado por el Padre Celestial. Pero
recordemos que Jesús varias veces nos dijo que servirle a El es servir a los
hermanos, y sobre todo servir a los pobres y necesitados. Este es el ejemplo
principal que nos dio san Lorenzo. El supo ver en dónde estaba la principal
riqueza de