2 de Octubre. Stos.
Ángeles Custodios: Mt 18, 1-5.10
En este día, 2 de
Octubre,
En muchos lugares
de
Todos estos y otros
ejemplos nos enseñan que Dios manda sus ángeles en nuestra ayuda, como cuando
promete enviar su ángel a los israelitas para que sea su protector y guía en el
camino, como nos dice la primera lectura. En el salmo 90 (ó 91) se dice: “A los
ángeles ha dado órdenes para que te guarden en sus caminos”. Pero
Es hermoso el
ejemplo de santa Cecilia, a la que obligaron a casarse, ya que quería
permanecer virgen. A su esposo desde el primer momento le dijo “que tenía con
ella a su ángel para defenderla”. Su esposo que no era cristiano, dijo que
quería ver al ángel. La santa le dijo que para ello era necesario estar
bautizado. Lo cual hizo después de la conveniente preparación y pudo ver
radiante el ángel de la santa. Lo mismo hizo un hermano del esposo. Luego los
dos fueron mártires junto con santa Cecilia.
Los ángeles son
seres creados por Dios, pero plenamente espirituales. Entre los seres creados
por Dios hay algunos que son sólo materia. Nosotros somos compuesto
de materia y de espíritu. Los ángeles, por lo tanto, son seres espirituales, inteligentes, creados
para alabar a Dios, obedecerle, ser sus mensajeros y, mediante ello, ser
felices en el cielo. Fueron creados con libertad para amar a Dios; pero algunos
se revelaron contra El, perdieron la gracia, la unión con Dios, y perdieron el
cielo.
De entre todos los
ángeles cada uno de nosotros tenemos el nuestro. Esto es una muestra de la
bondad de Dios hacia nosotros y de la dignidad de las almas. Así pues, Dios se
ocupa de nosotros enviándonos un ángel para que nos proteja en la tierra,
especialmente de las insidias del demonio, y nos ayude a llegar al cielo.
Nosotros también
tenemos unas obligaciones para con nuestro ángel. Lo primero es estar unidos
con él en las alabanzas a Dios. Varias veces nos dicen los salmos: “bendecid a
Dios con los ángeles”. Si los ángeles nos acompañan, es para indicarnos mejor
el camino de la salvación, para crecer en el amor y para vivir en perfecta
armonía con la voluntad de Dios. Por eso escuchemos en lo profundo del alma sus
orientaciones, preguntémosles en las dudas, pidamos su ayuda en los momentos
más dificultosos para el cuerpo o el alma. Muchos ejemplos hay sobre estas
ayudas.
También debemos
pensar en los ángeles custodios de nuestros familiares, amigos o compañeros
para que les proteja. También en los ángeles de quienes van por camino
equivocado hacia la salvación, para que les ayuden a rectificar su modo de
vida.
Dice un himno en la
liturgia de este día: “Cantamos a los ángeles custodios de los hombres, que
puso el Padre junto a nuestra frágil naturaleza, como celestiales compañeros,
para que no sucumbiéramos ante las insidiosas acometidas de los enemigos”. Que
un día contemplemos a Dios con ellos en el cielo.