COMPARTIENDO EL EVANGELIO

Reflexiones de Monseñor Rubén Oscar Frassia

(Emitidas por radios de Capital y Gran Buenos Aires)

Vigésimo octavo Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B

 

Evangelio según San Marcos 10,17-30. (ciclo B)

Jesús se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?". Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre". El hombre le respondió: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud". Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme".  El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!". Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: "Hijos míos, ¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios". Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?". Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible".

PARA DIOS TODO ES POSIBLE

Estamos ante el diálogo de Jesús con este joven que lo quiere seguir y que ha cumplido desde su juventud la mayoría de los mandamientos pero que le faltaba algo, la entrega total. Muchas veces uno lo sigue al Señor, lo sigue, lo sigue, pero se queda en la puerta, no sigue avanzando, no entra en la casa interior. A veces se para ahí porque tiene miedo, porque mira para atrás, porque arrastra otras cosas, pero no está libre para seguirlo definitivamente porque el corazón está lleno de “otras cosas”.

El Evangelio de San Marco nos habla de este joven que era un hombre rico, que poseía muchos bienes; esas riquezas son bienes materiales y también hay riquezas que ocupan lugar en el corazón como la fama, la vanidad, la “pinta”, el orgullo, los egoísmos ¡tantas cosas que uno puede atesorar!

Vemos una actitud de seguimiento, una actitud de despojo, de desprendimiento, para que uno pueda estar más libre, sin tanto peso que haga demorar la marcha. Que cada uno sepa qué cosa  le pesa para que pueda estar más libre y pueda amar en serio. Si alguien tiene dudas, o pueda pensar que todo esto es muy pesado, que es imposible, vale recordar las palabras de Jesús: “para el hombre es imposible, pero para Dios todo es posible”

¡Feliz fiesta de San Pablo VI y San Oscar Romero! Recordemos también la festividad de Santa Teresa de Jesús.

Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén