XXXII
Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
El
valor de la ofrenda de los pobres
La crítica de Jesús a los fariseos
En
los capítulos de la estancia de Jesús en Jerusalén según el evangelio de Marcos
(cap. 11-12) se va planteando progresivamente la verdadera identidad de Jesús
y, al mismo tiempo, se va desvelando la prepotencia y la arbitrariedad de los
letrados y sumos sacerdotes, así como su envidia asesina mediante la parábola
de los viñadores homicidas (Mc 12,1-12). Por último aparece la advertencia
final de Jesús respecto de los letrados por su manipulación de lo religioso en
beneficio propio. Los letrados fueron criticados por su pretensión de aparentar
ser más religiosos que nadie mediante lo ostentoso de sus vestimentas, lo
aparatoso de sus rezos y por sus intenciones de obtener los primeros puestos
con todo tipo de prebendas en los diversos ámbitos de la vida pública.
¡Cuidado con las apariencias religiosas!
En
el evangelio de este domingo escuchamos la última llamada de atención de Jesús
en su enseñanza a la multitud en el templo de Jerusalén: “¡Cuidado con los
letrados! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en
la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos
en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas con pretexto de largos
rezos. Esos recibirán una sentencia más rigurosa” (Mc 12,38-40). Se trata de un
mensaje de Jesús atestiguado en la tradición de los tres evangelios sinópticos.
La indignación de los poderosos ante la crítica de Jesús
Los
letrados pertenecían en su mayoría al grupo de los fariseos y, junto con los
sumos sacerdotes, formaban parte de los adversarios de Jesús. Jesús provocó la
indignación de las autoridades, especialmente de aquellos que vivían a costa de
la religión, es decir, la aristocracia sacerdotal y los letrados. Estos dos
grupos de poder, denunciados abiertamente por Jesús y temerosos de él y de lo
que pudiera suscitar entre la gente, tramaron un complot contra él para
eliminarlo. La ofensiva de los dirigentes contra Jesús no se hace esperar y muy
pronto conspiran contra él para matarlo (Mc 14,1). Es la gota que colmaba el
vaso de una crítica abierta de Jesús a la institución religiosa de Israel que
tenía en el templo su centro de atención.
El valor de la ofrenda es el amor de la entrega
En
claro contraste con la actitud farisaica de los letrados el evangelio de Marcos
termina esta sección con la escena ejemplar de la ofrenda de la viuda, que
muestra su amor a Dios sobre todas las cosas, entregando todo lo que tenía para
vivir (Mc 12,41-44). Mujer, viuda y pobre, ella, como la viuda extranjera de Sarepta de Sidón (1 Re 17,10-16), al darlo todo, da mucho
más que los ricos. Ella no da de lo que le sobra, sino de lo que necesita para
vivir. Es la ofrenda del pobre. Jesús no valora ni la cantidad de lo que se da,
ni la finalidad del donativo.
Darlo todo en cada ofrenda
Para
Jesús lo que vale es la calidad de la ofrenda, la gratuidad de la persona, la
vida como don. Darse es mucho más que dar. Más aún, darlo todo, incluso desde
la pobreza y desde la indigencia, es el gran valor que destaca Jesús en la
donación de la viuda. Marcos subraya el contraste aún más que Lucas (Lc 21,1-4). Lo que tiene valor para Jesús es el amor. Ésta
es, de nuevo, la lección magistral que los discípulos deben aprender de Jesús
por medio de esta mujer, pobre y viuda.
La viuda, símbolo de la entrega de Jesús
Y es
que la única ofrenda agradable a Dios, tal como pone de relieve la nueva
concepción del sacerdocio en la carta a los Hebreos, no es sino la entrega y el
sacrificio de la propia vida (Heb 9,24-28). Esto es
exactamente lo que hizo Jesús en su pasión, libremente asumida por amor como
consecuencia del conflicto planteado ante quienes ponían el acento de la vida
religiosa en observancias externas, ritos vacíos y puras apariencias. Se puede
decir que la viuda preconiza con su gesto la entrega de Jesús hasta la cruz.
La gratuidad en los pobres
Con
el reto de la nueva evangelización y en el marco de la conversión misionera de
la Iglesia, asumida como tarea esencial e inherente
de la misión permanente en el continente americano y ratificada en el “V
Congreso Americano Misionero”, celebrado en Bolivia el pasado mes de Julio,
merece una relevancia específica el valor de la gratuidad, destacado y enseñado
por Jesús hoy en el evangelio de la viuda, con la perspectiva de anunciar la
gratuidad del Evangelio de la alegría desde los pobres y con los pobres como
protagonistas de la Iglesia.
Los pobres son protagonistas
Los
pobres de la tierra, los de África y Latinoamérica, los de Asia y los de todo
el mundo, también los de Bolivia, no son solamente destinatarios prioritarios
del Reino de Dios y objeto de su amor, sino que están llamados a ser “sujeto”
agente de una nueva realidad histórica y portadores de nuevos valores, entre
los cuales la gratuidad es radical, no sólo en la vivencia de la vida como don
recibido de Dios sino en el ejercicio del don de la vida como amor. Los pobres
son protagonistas de una nueva historia, la historia de la salvación.
La viuda pobre es modelo de Evangelio
La
viuda pobre es un paradigma del Evangelio. Este comportamiento de la viuda es
el colofón de la enseñanza del Señor Jesús en el templo, según Marcos. Frente a
los letrados y sacerdotes, los varones del poder religioso en el corazón del
templo de Jerusalén, en contra de la ostentación que manifiestan y del reconocimiento
social que reclaman, Jesús proclama paradójicamente la Buena Noticia y llama la
atención de los discípulos acerca de la verdad de Dios. La fórmula solemne de
introducción en un dicho de Jesús aparece también aquí subrayando la
importancia de una gran enseñanza en otro orden de valores: “De veras les digo
que esta viuda pobre echó más que todos”.
La viuda, testimonio vivo de la nueva Alianza
Esta
viuda, máxima expresión de la debilidad, de la vulnerabilidad e indefensión,
pobre de solemnidad según la categorización bíblica de la tríada de la pobreza,
junto al inmigrante y al huérfano, revela la grandeza de Dios en ella, mucho
más que el mismísimo templo, pues su gratuidad en la entrega total, también
reiterada por Marcos, la convierte en un testimonio vivo, sumamente sencillo,
de la Nueva Alianza de la que Jesús es mediador único por el sacrificio de la
cruz.
Los pobres, protagonistas del Reinado de Dios
Como
aquella viuda del evangelio y como la viuda de Sarepta,
todos los pobres de la tierra, sin excluir a nadie, son beneficiarios
prioritarios del favor de Dios y pueden ser, mucho más que víctimas,
protagonistas de un mundo de valores nuevo, caracterizado por la entrega
generosa de la vida, por la solidaridad sin cálculo interesado, por la gratuidad
en la recepción y en la donación sin medida de los bienes de la tierra, aunque
sea desde la escasez y la indigencia. También en este sentido los pobres son
lugar teológico en este mundo y un ámbito privilegiado para el despliegue del
Reinado de Dios y su justicia.
El mensaje evangelizador de la viuda
Desde
el dinamismo espiritual del don gratuito y mediante la donación de sí mismo a
toda causa justa, los empobrecidos del mundo se convierten en palabra
evangelizadora que transmite un mensaje capaz de dar una nueva identidad a toda
persona y capaz de generar mecanismos de con-donación y de per-dón, que encaminen a esta sociedad atrapada en el mal de la
desigualdad, de la injusticia y de la insolidaridad, hacia otras formas de
economía social fundada en la comunión, en la justicia y en la solidaridad.
La II Jornada mundial de los pobres
Cuando
nos disponemos a celebrar la próxima semana la II Jornada Mundial de los
Pobres, anunciemos, desde los pobres y entre los pobres, el valor de la
gratuidad teologal que emana del evangelio y suscita en el corazón humano la
más generosa solidaridad y la vida entregada como sacrificio por los demás.
José Cervantes Gabarrón, sacerdote misionero y profesor de Sagrada
Escritura