TRIGÉSIMO CUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

                                    (Año Par. Ciclo B)

                      Solemnidad de Cristo Rey del Universo

Lecturas bíblicas:

Abrimos nuestra Biblia y buscamos:

a.- Dn. 7,13-14: Su poder es eterno.  

b.- Ap. 1,5-8: Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso.

c.- Jn. 18,33-37: Tú lo dices: Soy Rey.

Esquema

1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven Espíritu Santo…

2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra, de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perdón Señor….

3.- Oración colecta: Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo; haz que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te glorifique sin fin. Por nuestro Señor.

4.- Lectio divina:

a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.

- “¿Eres tú el rey de los judíos?” (Jn.18, 33s).

El evangelio nos introduce en el clima de la pasión de Jesús. Delante de Pilatos, Jesús se declara Rey, no de este mundo, sino testigo de la verdad, mejor aún, servidor de la verdad. Si Jesús se dice Rey de los judíos, le crea un problema político a Pilatos, representante de Roma en Judea. La acusación de las autoridades religiosas de Jerusalén, perseguía la pena capital para Él, por declararse igual o superior a César. El procurador debía condenarlo a muerte, para no perder el favor de Tiberio, el emperador. Su pregunta es crucial: “Entonces Pilato entró de nuevo al pretorio y llamó a Jesús y le dijo: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» (v. 33). Confirma que es Rey por dos veces, testigo de la verdad, y todo el que ama la verdad, es su discípulo (v. 33 y 37). Momento dramático donde Juan presenta, por un lado el exterior del pretorio, donde se encuentran los judíos, enemigos de Jesús; por otro, el interior, donde se encuentra Jesús en calidad de prisionero. Pilatos, entra y sale del pretorio, mejor dicho, sale cuatro veces (cfr. Jn.18, 29.38; 19, 4.13), y vuelve a entrar otras tres (cfr. Jn.18, 33; 19,1.9);  al interior de este recinto, hay calma y prima la razón, brilla la inocencia de Jesús; fuera de él, domina la violencia, el odio, el soborno, la coacción. Pilatos sufre interiormente, pues tiene la convicción más profunda que Jesús es inocente, y por otro, siente la manipulación judía, que manda condenarlo.

- “¿Luego tú eres rey?” (Jn. 18, 37s).

Jesús, ha venido a manifestar, no su soberanía, sino a Dios Padre, revelar la verdad plena. Ese tipo de rey, afirma que su Reino no es de este mundo, no le debía preocupar: “Respondió Jesús: «Mi Reino no es de este mundo.  Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí.» (v. 36). Lo quiso liberar, pero los judíos prefirieron a Barrabás, la flagelación fue otra posibilidad que buscó para concederle la libertad, luego de una seria amonestación (cfr. Jn.19,1), pero por haberse declarado Hijo de Dios, había que condenarlo, lo dicho constituía una blasfemia. Cuando se toca el tema de la autoridad, Pilatos descubre que posee, una autoridad secundaria, Cristo en cambio, la tiene del Padre, origen de toda autoridad (vv.10-11). Finalmente, los judíos acusan al propio Pilatos de no ser amigo del César, y ante tal amenaza, Pilatos se lo entrega a la muerte (vv. 12-15). Juan, deja claro, que Jesús fue ejecutado por los romanos, pero por la acusación de ser Rey de los judíos; la culpa es de éstos, no de los romanos. Pilato trató de librarlo de todos los modos, pues la realeza de Jesús no era contra Roma, no fue un traidor; su realeza no era política. Si bien Pilato tuvo una buena intención, no bastó, era necesario reconocer la verdad, aceptarla, escucharla y decidirse por ella. En esta maraña política y religiosa quedó atrapado, por querer servir a los intereses humanos y propios. El Reino de Jesús, es de la salvación, que ÉL inauguró con su venida. Es la soberanía amorosa de Dios sobre los hombres, sus hijos. Cuenta con la libertad de éstos y por eso los respeta, no creó esclavos, sino hijos libres en su amor.

- “Todo el que es de la verdad, escucha mi voz” (Jn. 18, 37).

La soberanía de Jesucristo es sobre todas las naciones, Rey y Sacerdote eterno, los bautizados en su misterio pascual, forman un reino de sacerdotes, pueblo sacerdotal para Dios. Servidores como ÉL, de un Reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, amor y paz. Todo lo que se oponga a estos valores, pertenece a Satanás o al reino de las tinieblas: la mentira, la injusticia, el odio, etc. El compromiso con Cristo y los valores del Reino, supone un compromiso real con ellos que favorezca la reconciliación entre los hombres, los derechos humanos y la dignidad de las personas (GS 76). Hay que trabajar entonces, para que Dios reine en la mente, corazones y voluntad de los hombres, y así se extienda el Reinado de Jesucristo, el Señor en nuestra sociedad.

b.-  Meditación. ¿Qué me dice?  ¿Qué palabra o hecho de este evangelio me habla al corazón? Escoge tu texto o versículo y da razón de tu elección.

- “¿Eres tú el rey de los judíos?” (v.33). Cristo es Rey del Universo,  Cristo es Rey de los corazones, de quienes mantienen una seria comunión de intereses con ÉL en lo que se refiere al Reino de Dios, vivencia eclesial, trabajo y oración constante de los cristianos por la  sociedad, en particular los más pobres.

- “Sí, como dices, soy rey” (v.37). Cristo es Rey de toda la humanidad, por la que ofrece la redención a todos, lo importante es que los cristianos sean apóstoles, embajadores de su Reino para comunicar la salvación a quienes todavía no conocen a Jesús. Su reinado social comienza con el trabajo comprometido de cada discípulo.

- Otros testimonios…

c.- Oración. ¿Qué le digo al Señor Jesús a propósito de este texto? Escoge una palabra con la que inicias tu oración personal.

- “Mi reino no es de este mundo…” (v.36). Señor Jesús, ayúdame a instaurar tu reino en los corazones de los hombres de hoy. Te lo pido Señor.

- “He venido para testimonio de la verdad” (v.37). Señor Jesús, santifícame en la verdad de tu palabra, la que quiero comunicar a todos los hombres y mujeres de hoy. Te lo pido Señor.

- Otras oraciones…

d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?

- Me comprometo a servir a la verdad de Jesús.

5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este pasaje evangélico: Teresa de Jesús, que conoció las monarquías de su tiempo, nos invita a servir a este Rey eterno: “No vendrá el Rey de la gloria a estar unido con nuestra alma, si no nos esforzamos a ganar virtudes grandes” (Camino de perfección 6,6).

6.- Alabanza y Adoración. Te alabamos Señor.

-  Te alabamos Padre, por tu Hijo, Rey del Universo, que nos invita a participar de su Reino de amor y paz, justicia y verdad. Te alabamos Señor…

- Te alabamos Padre, como Iglesia, desde todos los que construyen tú Reino, desde ellos y con ellos te alabamos Señor.

- Te alabamos Padre, desde los enfermos, deprimidos, los que hoy volverán a tu casa desde los que sufren injusticias, desde ellos y con ellos te alabamos Señor.

- Otras alabanzas…

7.- Preces: Te lo pedimos Señor.

- Te pedimos Padre, que podamos ser constructores de tu Reino en nuestra sociedad, servidores de nuestros hermanos. Te lo pedimos Señor.

- Te pedimos Señor por la Iglesia, el Papa y sus intenciones. Te lo pedimos Señor.

- Te pedimos Señor, por nuestro país, por sus autoridades para que trabajen por la paz, el respeto mutuo, el bien común basados en el Evangelio de Cristo. Te lo pedimos Señor.

- Por nuestros enfermos, moribundos, familias y matrimonios en conflicto puedan dialogar y encontrar camino que resuelvan sus problemas desde la acción de tu Espíritu. Te lo pedimos Señor.

- Otras preces…

8.- Padre Nuestro

9.- Abrazo de la paz

10.- Bendición final.

“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros contemplando” (S. Juan de la Cruz).

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