II DOMINGO DE
ADVIENTO (C) (Lucas, 3,
1-6)
¡Abajo los montes
del orgullo y levantemos los valles de nuestras cobardías! |
- El Evangelio de este
Domingo, 2º de Adviento, nos invita a una doble reflexión: una de carácter
histórico y la otra, de índole espiritual-ascética.
1ª )
- Desde su
fundación por Cristo,
- El
minucioso marco histórico, en el que nace Jesucristo, que nos ofrece hoy San
Lucas, es un rotundo argumento contra esas peregrinas elucubraciones:
“El año XV del reinado de Tiberio…” (Que
sucedió a Octaviano en el año 14 después
de Cristo) “siendo Poncio Pilatos Gobernador de Judea y Herodes Virrey de Galilea”
(Hijo de Herodes el Grande que heredó de su padre Galilea) “y su
hermano Felipe Virrey de Ituréa…, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino
- ¡De pocos hombres célebres se conoce un marco
histórico tan rico y con más profusión de datos fidedignos, como los que acreditan
la realidad histórica de Cristo de la que nosotros, gracias a Dios, nunca se
nos ha ocurrido dudar!
2ª ) La “espiritual e íntima venida” de Jesús.
- Conocemos tres venidas del Señor. Además de la primera en
Navidad, ya realizada, y la última, del final de los tiempos, hay una tercera venida
intermedia, a
"Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre lo amará y vendremos a el y haremos
en el nuestra morada”. (Juan XIV-21) Y en otro lugar nos revelará Jesús que,
esa “encarnación” de su vida en la
nuestra, es la razón de su venida: “Yo he venido para que tengáis vida y vida
abundante” (Juan 10, 10).
- A esto se une también el testimonio personal
del Apóstol San Pablo que nos revela en su carta a los Gálatas, cómo llevó él a
cabo esa “encarnación” de la vida de
Jesús en la suya: "Vivo yo, mas
no yo es Cristo quien vive en mi". (Gal.2, 20)
"Preparad
el camino del Señor, allanad sus senderos... desciendan los montes
.....", nos dice, metafóricamente, el Profeta Isaías.
- Pues,
preparemos nosotros la Navidad, abajando los montes y colinas de nuestro
orgullo y levantemos los valles de nuestros desánimos y cobardías. ¡Y será el
mejor “portal viviente” que podamos ofrecer
a Jesús que viene! Guillermo Soto