III DOMINGO DE ADVIENTO (C)
(Juan, 3, 10-18)
Todos tenemos la misión
del Bautista: Ayudar a los demás a encontrarse con Cristo. |
- Un Domingo más, el
Adviento pone a nuestra consideración la
señera figura de Juan Bautista, Precursor
del Señor y máximo protagonista, después y junto con María, del primer Adviento
de la historia.
- La predicación de
Juan Bautista, que recoge el Evangelio de hoy es, ¡todo un programa de vida
cristiana!
- De las distintas respuestas
que va dando, a los que le interrogan, se puede concluir que, el Cristianismo,
más allá de una simple religión de principios teóricos, lo constituye, todo un
conjunto de actitudes y comportamientos que el cristiano ha de hacerlos realidad
en su propia vida.
Aquellos espontáneos con sus preguntas, ¡van
al grano!: ¿qué hemos de hacer? Y, Juan
el Bautista, ¡tampoco se anduvo por las ramas con sus respuestas! Cada una de sus
contestaciones resultan muy clarificadoras respecto a toda
una serie de aspectos concretos de la vida cristiana. De aquellas sus respuestas
podríamos sacar estas conclusiones:
1º)
Que la conversión, va más allá de abandonar el pecado. Requiere, además, un cambio
de conducta y realizar cosas
positivas.
2º) Que la
conversión, o lo que es lo mismo, la santidad a
3º) Que, para agradar a Dios, cualquier
situación o profesión humana noble, en la que nos encontremos, es válida. ¡Ni
siquiera a los soldados, cuya profesión estaba mal vista, se les pide que tengan
que cambiar de profesión!
“Que cada uno – nos aclarará San Pablo - viva según la condición que el Señor le
asignó. Cada cual, como era cuando Dios lo llamó”
4) Y, finalmente,
conviene advertir cómo en todas las respuestas, hay como un hilo conductor, un
denominador común: el amor al prójimo.
- El que tenga dos túnicas, que dé una.
- No exigir nada abusivo.
- No hacer extorsión a nadie.
- No denunciéis falsamente (Sed verazes)
- Conformaos con lo vuestro (No envidiad)
- Para concluir: tres virtudes laten en este
pasaje, que parece querer recordarnos el Señor:
Guillermo Soto