FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA DE NAZARET

                                               (Ciclo C)

                               Domingo 30 de enero 2019              

 

Lecturas bíblicas:

Abrimos nuestra Biblia y buscamos:

a.- Eclo.3,3-7.14-17: El que teme al Señor honra a sus padres.

b.- Col. 3, 12-21: La vida de familia vivida en el Señor.

c.- Lc. 2, 41-52: Jesús entre los doctores dela Ley.

Esquema

1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven Espíritu Santo…

2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra, de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perdón Señor….

3.- Oración colecta: Dios, Padre Nuestro, que has propuesto a la Sagrada Familia, como maravilloso ejemplo a los ojos de tu pueblo: concédenos, te rogamos, que, imitando sus virtudes domésticas y su unión en el amor, lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo. Por nuestro Señor.

4.- Lectio divina:

a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.

- “Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua” (Lc. 1,41-45)

El texto nos presenta  a Jesús en el templo de Jerusalén, a sus doce años, entre los doctores de la Ley. Jesús creció dentro de la piedad hebrea donde peregrinar al templo era un deber (cfr. Ex.23,14-17). La Sagrada Familia hace más de lo que exigía la Ley: la Madre, María también hace la peregrinación, aunque las mujeres no estaban obligadas; Jesús les acompaña, para ir acostumbrándose al cumplimiento de la Ley. Cumplido los trece años, según la prescripción, el niño estaba obligado a cumplir con todos los preceptos. La fiesta de Pascua duraba siete días; el regreso sólo se podía hacer pasado el segundo día de la fiesta, la Sagrada Familia seguramente se quedó la semana entera. El regreso era en grupos lo que aumentaba la seguridad y libertad de movimientos, sin embargo, el Niño había regresado con ellos. Terminada la primera etapa del viaje, se echó de menos a Jesús, su decisión un misterio…

- A los tres días lo encontraron en el templo, sentado ante los doctores, …. Todos los que le oían, se quedaban asombrados de su talento y de sus respuestas” (Lc.1, 46-47).

Los pórticos del templo servían de aulas para que los doctores dieran sus lecciones. Su método educativo era la discusión; para llegar al conocimiento de la Ley se conseguía mediante la investigación y la discusión; se pregunta y se responde, se escucha y se aprende. Jesús sentado en medio de los Doctores, es el asombro de ellos por la sabiduría que tiene Jesús de la Ley. Por ello, se le tendrá por Maestro (cfr. Lc.10, 25), porque enseña con autoridad (cfr. Mt. 7,28). Él proclama la voluntad de Dios, en forma nueva y directa (Mt.23,8; cfr. Jn.7,15). Jesús manifiesta una personalidad única en cuanto a su sabiduría y exclusiva relación con Dios, su Padre centrada en la obediencia a su voluntad. Quizás, más que una narración histórica, encontramos una narración teológica, centrada no tanto en el drama que provoca su desaparición, sino en la sumisión de quien quiere a tan tierna edad hacer las cosas de su Padre. El centro de interés, ha de ser contemplar a Jesús sentado en medio de los doctores de la Ley, escuchándoles y preguntándoles (v. 46). Su actitud es la de quien está interesado en escuchar acerca de Dios, pero se suscita un movimiento ya que ahora es Jesús, quien no sólo escucha, sino que responde y expone, los que le escuchan, quedan admirados de su inteligencia (v.47; cfr. Lc.4,32).

- “Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre? Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio” (Lc. 2, 48-50).

Las palabras de María son expresión natural de dolor y de la angustia, de unos padres en su búsqueda. La llamada de atención de María y José, es manifestación de no comprender su actitud.  ÉL ha obrado por su cuenta, María lo trata como un Niño, siendo ya un adolescente, adulto en las cosas de la fe, según la Ley (cfr. Lc.10, 22). La relación de Jesús con sus padres es como la de todos, pero nada más alborea la adolescencia, surgen con ella, los enigmas. La seguridad con que contesta Jesús, consterna a los padres, ya que los sitúa constantemente ante el misterio de su personalidad. La conciencia que tiene de Sí supera de todo otro ser humano.  La repuesta de Jesús: “¿Por qué me buscabais?” (v. 49), lleva a sus padres a entrar en el misterio de filiación divina, superados los lazos de la sangre. Lo medular de esta parte está en la segunda pregunta de Jesús: “¿No sabías que yo debía ocuparme de las cosas de mi Padre?” (v.49). Lo que también, se puede traducir, como: “¿No sabías que debía ocuparme de las cosas de mi Padre?”  La primera opción manifiesta mejor la cercanía de Jesús con su Padre. Es el templo, el espacio de la presencia de Dios, donde se enseña y escucha su palabra. La sabiduría de Jesús, manifestada a los doctores de la ley, nace de su origen divino, de su relación exclusiva con Dios. Estas son las primeras palabras de Jesús: hablan de una muy clara conciencia de Sí mismo; palabras que lo desligan de toda dependencia humana, sólo Dios es su Padre está por encima de toda inteligencia humana limitada, su rumbo en esta vida está trazado por una mano Invisible. Jesús es más que Juan, puesto que su vocación la descubre siendo ya un hombre (cfr. Lc.1,80), en cambio, Jesús conoce la suya en su adolescencia. No por nada se sitúa este hecho entre dos menciones de la Sabiduría de Jesús, es el Hijo de Dios (Lc. 2, 40. 52; Sab. 2,13). Jesús tenía que estar en las cosas de su Padre, debía estar en el templo, ahí está Dios presente (cfr. Rm. 8,15; Gál. 4,6). En la vida de Jesús hay una necesidad, y es hacer la voluntad de Dios, lo que rige su actuar y obrar, hasta el final (cfr. Lc.4,43; 9,22; 17,5). Jesús debe estar en las cosas de su Padre. El templo de Jerusalén queda en segundo lugar como espacio de salvación, el nuevo templo será donde se viva la comunión de Padre e Hijo; Jerusalén será donde Jesús viva en plenitud la voluntad del Padre en su muerte y Resurrección (cfr. Ap.21,2s). La incomprensión de los padres de Jesús pone fin a la escena, no sin dejar abierta la invitación por parte de Lucas a la meditación del misterio de Jesús de Jesús de Nazaret en su adolescencia (v. 50). A sus doce años, Jesús se convertía en hijo del precepto, es decir, mayor de edad para la Ley, responsable de su fe religiosa. Jesús revela su auténtica realidad de Hijo de Dios. Finalmente, se vuelven a Nazaret, Jesús guarda la verdad de su filiación divina, siendo obediente a sus padres (cfr. Hch.5,32), en cambio, María su Madre conservaba todo esto en su corazón, llenaban de su luz sus días y de vida de fe (v.51; Lc.2,19). Mientras tanto Jesús crece primero en sabiduría, en gracia y comunión con Dios y los hombres; pasa de infante a adolescente (cfr. Lc. 2,12.16; 2,17.27.40). Lucas, está pensando en Jesús, pero la historia de Samuel como trasfondo, que también crecía y se hacía grato a los ojos de Dios y de los hombres (cfr. 1Sam. 2,26; Hch.3,24;13,30). Ahora le queda a Jesús esperar su hora de presentarse como profeta que superara a todos los que le precedieron, por la sabiduría de su conocimiento de Dios Padre, como su Hijo muy Amado.

b.-  Meditación. ¿Qué me dice?  ¿Qué palabra o hecho de este evangelio me habla al corazón? Escoge tu texto o versículo y da razón de tu elección.

- “Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de Pascua” (v.1). Esta fiesta me habla que la familia de Jesús era religiosa, cumplía con la Alianza. Mi familia, era la que Dios quiso para mí y se la agradezco.

- “Los que lo oían quedaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas” (v.47). El adolescente Jesús asume su relación con Dios su Padre y quiere conocer sus designios por medio de las Escrituras.

- “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?” (v. 49). Primer dato que tenemos de la clara conciencia que tenía Jesús de ser el Hijo de Dios. Jesús adolescente, me enseña a estar también en las cosas de mi Padre, como ÉL.

- Otros testimonios…

c.- Oración. ¿Qué le digo al Señor Jesús a propósito de este texto? Escoge una palabra con la que inicias tu oración personal.

- “Subieron a Jerusalén…” (v.41). Señor Jesús, contigo quiero subir al templo, que eres tú mismo, para conocer mejor los secretos del Padre, que tu revelas. Te lo pido Señor.

- “Hijo, ¿por qué nos has hecho esto?” (v. 48). Señor Jesús te pido por las madres que buscan a sus hijos extraviados en la vida, para que los recuperen por su perseverante oración. Te lo pido Señor.

- “Su madre conservaba cuidadosamente todas estas cosas en su corazón” (v.51). Señor Jesús, como María, podamos conservar en nuestro corazón tus palabras de vida. Te lo pido Señor.

- Otras oraciones…

d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?

- Me comprometo a cuidar la familia con la oración y el testimonio.

5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este pasaje evangélico: Habiendo tenido una fuerte experiencia de familia, fácil era para Teresa de Jesús sentir una gran devoción por la Sagrada Familia, porque luego comprenderá que los monasterios y conventos por ellas fundados debían ser otro portal de Belén y otro Nazaret, donde el centro era el Niño Jesús. “Que no sé cómo se puede pensar en la Reina de los Ángeles, en el tiempo que pasó con el Niño Jesús, que  no den gracias a San José por lo bien que les ayudó” (Vida 6,8).

6.- Alabanza y Adoración. Te alabamos Señor.

- Te alabamos Padre por tu Hijo, que nos enseña tus secretos. Te alabamos Señor.

- Te alabamos Padre, por darnos en Jesús, el templo nuevo donde alabarte y bendecirte. Te alabamos Señor.

- Te alabamos Padre, por todas las familias cristianas que viven su fe desde su compromiso matrimonial. Te alabamos Padre. 

- Te alabamos Padre, desde las familias en problemas de diálogo, trabajo, infidelidades, desde ellos y con ellos te alabamos Señor.

- Otras alabanzas…

7.- Preces: Te lo pedimos Señor.

- Te pedimos Padre, por tu Iglesia, para que sea la familia de Dios en nuestra sociedad en su defensa por la vida y el matrimonio cristiana fuente nuevos hijos. Te lo pedimos Señor.

- Te pedimos Padre, por la familia para que los esposos asuman su rol de padres con generosidad y responsabilidad en su educación cristiana. Te lo pedimos Señor.

-  Te pedimos Padre, por los hijos para que sigan el ejemplo e fe de sus padres y abuelos, te lo pedimos Señor.

- Te pedimos Padre, por las familias en crisis para que encuentren en la fe solución a sus problemas, te lo pedimos Señor.

- Otras preces…

8.- Padre Nuestro

9.- Abrazo de la paz

10.- Bendición final.

“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros contemplando” (S. Juan de la Cruz).

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