E P I F A N I A  (C)  (Mateo, 2, 1-12)   

 ¡Sigamos la “estrella” de nuestra vocación, para encontrar también a Jesús!

-  Esta Fiesta, invadida por la ilusión y los regalos, no debiera hacernos perder de vista el más preciado de los Dones, el principal “regalo” que nos ha traído la Navidad y que conmemora la Epifanía: Jesús, el Hijo de Dios que es, nuestra salvación y la luz de todos los hombres.

- La  Epifanía celebra la adoración de unos “Magos venidos de Oriente”. En estos Magos, venidos de lejanas tierras, para adorar al Hijo de Dios, la Iglesia ha visto siempre:

            - No sólo una manifestación de la Divinidad del Niño recién nacido,

            - Sino también, una prueba de la universalidad de la Buena Nueva, de la salvación. Dicho con otras palabras: que la salvación, que Cristo trae, no era sólo para el pueblo Judío. ¡Su salvación es para los hombres de todos los tiempos y todos los lugares!

- En la Navidad, Jesús se nos manifestó solamente:

            - En su humanidad, (en humildad y pobreza y con todas las limitaciones propias de la naturaleza  humana).

- Pero Jesús, es también Dios. (Dios y hombre verdadero, lo confesamos en el CREDO) y, necesitábamos alguna señal de que es Dios. ¡Un signo sobrenatural, extraordinario de su Divinidad!

- La Fiesta de la Epifanía nos lo ofrece:Vídimus stellam…”Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo”. Estos personajes avisados por un signo sobrenatural vienen desde tierras lejanas, a reconocerlo y a rendirle el tributo de adoración, exclusivo de Dios, dando así cumplimiento a la profecía del Profeta Isaías que recoge la 1ª lectura de hoy. (Isaías, 60, 1-6)

Los magos: un ejemplo para la vocación cristiana.

-  Pero, aquellos Magos de Oriente, además de ofrecernos esa manifestación de la divinidad de Jesús y una prueba de la universalidad de la salvación, por designio divino, van a ser también, para los hombres de todos los tiempos, una imagen y un ejemplo de cómo hemos de seguir los cristianos el camino, “la estrella” de nuestra vocación cristiana.

- Como los Magos, cada uno, fuimos llamados de manera singular e irrepetible, por esa “estrella” de nuestra vocación cristiana.

- Una “estrella” que, como ellos, estamos llamados a seguir a pesar de las dificultades, de las dudas y de los inconvenientes del camino.

- En ese camino, los Magos de Oriente son para nosotros un ejemplo  transmitiéndonos todo un cúmulo de virtudes cristianas muy fundamentales para alcanzar nuestra meta: la docilidad, la fidelidad a la llamada de Dios, la abnegación, el espíritu de sacrificio y la perseverancia en el camino, sin “achicarse” ante los obstáculos.

- Sirvámonos de su ejemplo para que también un día podamos  encontrar a Dios y con El, la verdadera felicidad que sólo El puede darnos.  Guillermo Soto

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¡Señor! Haz que siempre formemos parte de esa "caravana" de hijos tuyos, (como los Magos de Oriente) y que, como ellos, te busquemos hasta encontrarte y adorarte. Y que sepamos desagraviarte por aquellos otros hijos tuyos que, (por no conocerte, como Herodes) maquinan eliminarte de sus vidas.