DOMINGO DEL BAUTISMO DEL SEÑOR JESÚS

                                     (Año Impar. Ciclo C)

                 

Lecturas bíblicas:

Abrimos nuestra Biblia y buscamos:

a.- Is. 40,1-5.9-11: Se revelará la gloria del Señor.

b.- Tit. 2, 11-14; 3,4-7: Nos ha salvado por el Bautismo y la acción del Espíritu.

c.-  Lc. 3, 15-16.21-22: Tú eres mi Hijo

Esquema

1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven Espíritu Santo…

2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra, de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perdón Señor….

3.- Oración colecta: Dios todopoderoso y eterno, que en el bautismo de Cristo en el Jordán quisiste revelar solemnemente que él era tu Hijo amado enviándole tu Espíritu Santo: concede a tus hijos de adopción, renacidos del agua y del Espíritu Santo, perseverar siempre en tu benevolencia. Por nuestro Señor.

4.- Lectio divina:

a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.

- “Yo os bautizo con agua; pero está a punto de llegar el que es más fuerte que yo…” (Lc. 3, 16ss).

El evangelio, nos narra el Bautismo de Jesús, encontramos que se hace entre el anuncio y práctica del bautismo de agua de Juan, y el de fuego y Espíritu Santo, que trae Cristo Jesús (vv. 15-16). El bautismo de Juan, está en la línea de las purificaciones judías, es una invitación a la conversión, ante el Juicio inminente, preparando la venida del Espíritu Santo. Jesús es el más fuerte. La fuerza de Jesús está en  predicar, su autoridad, sus obras. Juan bautiza sólo con agua; Jesús lo hará con Espíritu Santo y fuego. La fuerza se vio siempre ligada a la liberación, cuyo protagonista es Yahvé, como también se relaciona con la casa de David. Nos encontramos con el vástago de Jesé, que posee los atributos de Dios, entre ellos la fuerza (cfr. Is.11,2). El Bautista está más bien pensando en el Ungido, con poder real por parte de Dios. Juan se considera indigno de prestarle el más humilde de los servicios, como el desatarle la correa de sus sandalias. Un hombre libre no lo podía hacer, no era digno de su condición. Juan Bautista, reconoce la grandeza del Mesías en la persona de Jesús de Nazaret, con lo que quiere manifestar diferencia. Pero la fortaleza se manifiesta también en la calidad y significado de su bautismo y el que trae el Mesías. El Mesías da el Espíritu Santo prometido, para los últimos tiempos, y lo entrega a quienes inician un camino de conversión; en cambio, a quienes rechazan la salvación, les anuncia el fuego del Juicio final. Jesús es ejecutor de Juicio de salvación o condena. Es el Espíritu Santo que con su actuar hace que unos crean en Jesús y otros lo rechacen. Al mundo se le ofrece un único bautismo, con dos consecuencias distintas, la salvación o la condena (cfr. Is. 4,4-5; 66,16. La decisión es siempre personal. Juan prepara los acontecimientos escatológicos, pero ella misma, no es obra de salvación en sí misma, hay que esperar que se manifieste el Mesías.

- “Tú eres mi hijo; el amado, mi predilecto” (Lc. 3, 22).

Jesús, recibe el bautismo de Juan (cfr. Mc. 1, 9), pero es precisamente allí, donde se devela su misterio: el cielo se abre, desciende el Espíritu Santo sobre ÉL, y se oye la voz del Padre, que lo proclama como su Hijo (v. 22). El evangelista centra todo en la acción del Espíritu,  y en la voz de lo alto, la voz del Padre.  Esta llegada del Espíritu es importante, porque hacía tiempo que el pueblo no escuchaba la voz de Dios que llega al hombre a sus sentidos más importantes como son la vista y el oído. Lucas, recurre a imágenes conocidas del AT., para explicar esta manifestación del Espíritu en forma de paloma, sobre todo con la idea de un nuevo comienzo, nueva creación (cfr. Gn.1, 2; 8,8-12; Dt. 32,11); Dios ya no se sirve de mensajeros, es una voz que se dirige directamente a Jesús: Tú eres mi hijo, el amado, mi predilecto” (v. 22; cfr. Gn.15,4; Dn. 4, 28-31). Las palabras resaltan la condición de Hijo de parte de Dios y por otra, una relación de afecto de Dios para con ÉL. “Mi predilecto”, va a significar el peso que tendrá desde ahora esta relación además de la legal que quiere establecer. Como trasfondo tenemos la idea del Siervo en el que Yahvé se complace (cfr. Sal. 2,7; Is. 41,8; 42,1). En Jesús Mesías, Salvador convergen los elementos, reales, proféticos y mesiánicos que como Siervo hace la voluntad del Padre, abriendo un camino de luz y salvación para la humanidad. La voz del Padre es una ratificación de su condición de Hijo, y legitimación de su obra. Desde el anuncio de la Encarnación, sabemos que Jesús es Hijo de Dios, ahora en su Bautismo, el Padre lo confirma. Sin embargo, Lucas, pareciera darle mayor relieve a la manifestación trinitaria, la glorificación divina de Jesús, después del bautismo. Todo esto va precedido de una actitud de humildad de parte de Jesús, porque se hace uno de tantos en medio de pecadores, y acude a bautizarse; recibe un bautismo de penitencia y conversión, para el perdón de los pecados, ÉL el Justo y Santo por excelencia; finalmente, ora como quien tiene necesidad. El Padre celestial da el Espíritu a quien se lo pida (cfr. Lc. 11,13; Hch. 2,38). El cielo se abre sobre Jesús, como Mesías, Dios está en ÉL, es su manifestación en la tierra (cfr. Is.64,1; Jn.1,51; Gn.28,17). El Espíritu desciende sobre Jesús e inaugura la vida pública del Mesías; nueva creación, tiempo de revelación de la economía salvífica querida por el Padre, vida y sabiduría. Jesús fue engendrado por el Espíritu, por ello posee el Espíritu, por ello ya es su Hijo (cfr. Lc.1, 32.35). La Iglesia,  lo vive y celebra también hoy en cada hombre que pide integrarse a la Iglesia. El Bautismo, es epifanía de Dios, en Jesucristo, desde ahora el Hijo, su misterio se comprende desde el Padre y su Espíritu. Jesús es el Ungido, porque recibe toda la fuerza del Espíritu, como los reyes que al ser coronados eran ungidos con aceite, para representar a Dios ante el pueblo. Jesús es mucho más, porque con la unción del Espíritu es de verdad el Hijo, el escogido en forma definitiva: expresión, presencia y Enviado del Padre. El misterio de Jesús, implica ser el Mesías, el Ungido por el Espíritu, e introduce a los hombres ante el Juicio, pero también, porque está unido al Padre, es portador de la Palabra creadora. Es cristiano, quien descubre en Jesús de Nazaret, el amor del Padre  y la fuerza del Espíritu, que obra por su medio, vivido como gracia y responsabilidad, verdad revelada, y el Juicio de Dios sobre la historia de los hombres. Será la conversión predicada por Juan al pueblo, la raíz de todo este proceso de transformación interior, que anima el Espíritu de Dios en el hombre que busca a Dios en un clima eclesial.        

b.-  Meditación. ¿Qué me dice?  ¿Qué palabra o hecho de este evangelio me habla al corazón? Escoge tu texto o versículo y da razón de tu elección.

- “Todo el pueblo se estaba bautizando” (v.21). Soy parte de un pueblo de bautizados: hijo de Dios, miembro de la Iglesia, heredero de la vida eterna.

- “Se abrió el cielo bajó el Espíritu Santo en forma de paloma” (v.22). El cielo está abierto, para que siga descendiendo sobre los hombres el Espíritu Santo, sobre toda la humanidad.

- “Tú eres mi hijo; yo hoy te he engendrado” (v. 22). El Padre nos lo presenta como el Mesías esperado y Salvador universal. 

- Otros testimonios…

c.- Oración. ¿Qué le digo al Señor Jesús a propósito de este texto? Escoge una palabra con la que inicias tu oración personal.

 

 

- “Se hallaba en oración” (v.21). Señor Jesús, que sea siempre la oración, la vía por donde nos encontremos con el Padre, unidos en el Espíritu, abrazando toda la humanidad salvados por tu cruz y resurrección. Te lo pido Señor.

- “Bajó el Espíritu Santo” (v.22). Señor Jesús, que tu Espíritu nos comunique tu amor para vivir nuestra condición de hijos de Dios, activos en las obras, fuertes en la esperanza teologal. Te lo pido Señor.

- “Tú eres mi hijo” (v. 22). Señor Jesús que pueda vivir para el Padre, escuchar también su voz en lo secreto, hacer su voluntad, te lo pido Señor.

- Otras oraciones…

d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?

- Me comprometo a vivir la mística bautismal.

5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este pasaje evangélico: Teresa de Jesús, nos invita a considerar con Quién estamos unidos por la fe y qué vida debemos llevar como cristianos y carmelitas. Renovemos nuestra adhesión a Jesucristo rememorando nuestro Bautismo: “Nosotras estamos desposadas con el Señor, y todas las almas por el bautismo” (Camino del Escorial 38,1).

6.- Alabanza y Adoración. Te alabamos Señor.

- Te alabamos Padre, por el Bautismo que recibimos. Te alabamos Señor.

 - Te alabamos Padre por la misión evangelizadora que le encomendaste al Hijo. Te alabamos Señor.

- Te alabo Padre por el Espíritu que nos confirma que somos hijos tuyos. Te alabamos Señor.

- Te alabamos por la Iglesia comunidad de salvación que comienza con el Bautismo, te alabamos Señor.

- Otras alabanzas…

7.- Preces: Te lo pedimos Señor.

- Te pedimos Padre, por la Iglesia, para que el Evangelio siga siendo el camino de salvación, conocimiento de Jesucristo el Señor. Te lo pedimos Señor

- Te pedimos Padre, por la paz en el mundo entero, la prosperidad para todos los pueblos, en particular los más pobres. Te lo pedimos Señor.

- Te pedimos Padre, por todos los bautizados, para que vivan su condición, de padres de familia y bauticen a sus hijos. Te lo pedimos Señor.

- Te pedimos Padre, por todos los bautizados, especialmente niños, para que cuenten con el testimonio de sus padres en la formación de su fe. Te lo pedimos Señor.

- Otras preces…

8.- Padre Nuestro

9.- Abrazo de la paz

10.- Bendición final.

“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros contemplando” (S. Juan de la Cruz).

Página Web: www.carmelitasvina.cl