DOMINGO 6º. ORDINARIO , CICLO C

LA PÁGINA MÁS SUBLIME DEL EVANGELIO DE JESÚS.

La Iglesia nos invita este día a comenzar a leer no con nuestros ojos sino con los ojos y la inspiración del Espíritu santo, la página más sublime que Cristo pudo pronunciar en un día en que él bajo a la montaña, para encontrarse con un mundo atribulado y pobre pero deseoso de una palabra de vida y esa es la razón de que estuvieran delante de Jesús una cantidad incontable de gentes venidos de los cuatro costados de Israel.  Se sentó tranquilamente, a enseñar a sus gentes como lo hacen los maestros, pero no frente a un pupitre, sino sencillamente en  una  piedra sobresaliente del camino. Y comenzó lo que se ha dado en llamar el Sermón de la Montaña, y malamente porque Cristo era enemigo de “sermonear” a la gente, más bien con sus ejemplos, sus cuentecitos o sus parábolas comunicaba con plena sencillez el deseo de su corazón y el del Buen Padre Dios. Hay que decir de antemano que esta palabra no es fácil de explicar ni mucho menos de ser vivida y ser llevada a la práctica, porque es distinta a lo que el mundo piensa y lo que el mundo vive. De manera que  si queremos tomarnos en serio este mensaje lo vamos a pasar mal, pero habrá que fijarnos  más bien entonces en lo que Cristo promete a los que se confíen de su Palabra. Así será entonces en las distintas sentencias que nos propone. Unas veces las respuestas a lo que él propone están en futuro y otras en presente, pero unas y otras tendrían precisamente que ser definitivamente de consecuencias para este mundo para no caer en un angelicalismo radical que a nadie convencería y que haría que el mundo siguiera igual. Precisamente lo que el Señor desea es una situación nueva para nuestro mundo, transformándolo según sus planes pero no sin la cooperación, el ejemplo y la vida de los creyentes en su Palabra.

Así podemos ya adentrarnos en el mensaje de Jesús.

“Dichosos los pobres ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios”. ¿     que pensarían esas gentes, que de por sí eran pobres y por lo tanto proscritos  de la vida social?. Habrá que entender que no es tan fácil decir que a unos les toca la vida dura de este mundo y a otros la dulzura  y el consuelo de  los bienes materiales, tal como se plantea en “El gran teatro del mundo” de Calderón de la Barca.    Cristo es enemigo de la injustica social del mundo en que vivimos lo que quiere decir que a él  no le gusta la condición de los pobres y por eso se hizo precisamente uno más de ellos para enseñarles la necesidad de luchar a brazo partido por dejar esa triste condición y colocarse a la altura de los otros, pero no ellos solos, sino auxiliados de la gracia de Dios, y de su Espíritu que los ilumina, y por eso Jesús se expresa tan mal de los ricos, de los que lo poseen todo y desprecian a los demás sintiendo que su riqueza es una bendición de Dios, o pensando que su capacidad o su laboriosidad les ha llevado a tal condición por lo que no se sienten comprometidos con los que nada tienen. Jesús tiene palabras durísimas para los que confían en sus riquezas. ¿Qué hacer entonces?  Recordar aquí aquello: “de ustedes es el Reino de los cielos” que debemos entender aplicado a las gentes de este mundo y a las condiciones actuales donde debemos luchar por una condición mejor para todos donde todos tengan cada día el pan en la mesa y un techo sobre sus cabezas, donde no exista la incertidumbre del “qué comeremos,  de que nos vestiremos  y de qué nos curaremos”.

Así podremos entender mejor lo que Cristo afirma a continuación: “Dichosos  ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dichosos los que lloran ahora, porque al fin serán consolados”. Pensemos en ese pobre país de Venezuela  en la que por la injusticia de unos cuántos mucha gente ha tenido que dejar su país en busca de mejores condiciones para su familia y muchos camiones de ayuda extranjera tienen que estacionarse en su frontera porque los caminos están bloqueados mientras la gente se está muriendo de hambre. Que mal lo pasarán los que provocan tales situaciones para todo un pueblo. “Dichosos serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expulsen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre”. Siempre ha habido proscritos y condenados a salir de sus tierras y emigrar a otras tierras donde tampoco son bien vistos, pero indudablemente el hecho se ser seguidores de Cristo trae consigo males, persecuciones y martirio, pero eso es  precisamente lo que genera héroes y gente que ahora es modelo de vida para las comunidades creyentes. En centro América es testigo de esto el obispo Oscar Arturo Romero que por haberse comprometido con su pueblo, el haber dado la cara por los que eran perseguidos, encontró el martirio frente al altar, acribillado por los enemigos que dispararon un solo balazo en la cabeza del obispo. Y de nuestro México recordamos a José Sánchez del Río, un muchachito alegre, que plenamente consciente del seguimiento de Cristo, encontró la muerte a manos de los verdugos a la edad de catorce o quince años y ahora lo tenemos como un ejemplo para los jóvenes de nuestros días para los que parecería que la vida se reduce a pasarla bien, a gozar de lo que el mundo puede dar de placeres y  a obtener la mejor condición aún a costa del robo, de la sangre y la vida de sus semejantes.

Cristo no se detiene con solos esos deseos, sino que habla claro a los que ahora disfrutan de todo y que no han puesto definitivamente su confianza en el Señor: “Pero hay de ustedes los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo. Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque después  tendrán hambre. Ay de ustedes, los que ríen ahora porque llorarán de pena. Hay de ustedes cuando todo el mundo los alabe, porque de ese modo mataron sus padres a los falsos profetas”.

Verdaderamente, entonces mis hermanos, será difícil ser cristianos, si queremos tomar en serio a Cristo y no conformarnos con ser cristianos “light”, sin ningún compromiso ni trabajo alguno para mejorar nuestra condición.  Será este el momento para comenzar a vivir, dando muestras palpables de nuestro seguimiento al Señor y de él vendrá la consolación, el premio y la salvación.

Su amigo el P. Alberto los invita a poner mi mensaje en manos de tus conocidos y tus amigos si es que lo han visto de importancia para sus vidas. Yo estoy en alberami@prodigy.net.mx