Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
iempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 21, Jueves
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Que el Señor os haga rebosar de amor mutuo y de amor a
todos * Estad preparados
Textos para este día:
1 Tesalonicenses 3,7-13 :
Hermanos, en medio de todos nuestros aprietos y luchas, vosotros, con vuestra fe,
nos animáis; ahora nos sentimos vivir, sabiendo que os mantenéis fieles al Señor.
¿Cómo podremos agradecérselo bastante a Dios? ¡Tanta alegría como gozamos
delante de Dios por causa vuestra, cuando pedimos día y noche veros cara a cara y
remediar las deficiencias de vuestra fe! Que Dios, nuestro Padre, y nuestro Señor
Jesús nos allanen el camino para ir a veros. Que el Señor os colme y os haga
rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos. Y
que así os fortalezca internamente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva
acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios,
nuestro Padre.
Mateo 24,42-51:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Estad en vela, porque no sabéis qué
día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora
de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su
casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos
penséis viene el Hijo del hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el
amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues, dichosos ese
criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará
la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando
que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con
los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará
pedazos, mandándolo a donde se manda a los hipócritas. Allí será el llanto y el
rechinar de dientes."
Homilía
Temas de las lecturas: Que el Señor os haga rebosar de amor mutuo y de amor a
todos * Estad preparados
1. Una fe en crecimiento
1.1 Pablo colma de cariño y elogios a los fieles de Tesalónica, según vemos en la
primera lectura. Pero ese afecto no le hace ciego. La fe de los tesalonicenses ha
recibido buenas bases pero aún debe madurar, completarse, crecer. Ese dato es
muy importante y va mucho más allá de la circunstancia particular de ese lugar y
de ese momento.
1.2 Que la fe debe crecer significa que el acto de creer tiene, en su simplicidad, una
cierta estructura. No es algo tan sencillo como "blanco o negro". Uno puede "ya"
tener fe, y sin embargo no tener "suficiente" fe, o no tener una fe madura. Esto nos
obliga a preguntarnos qué es crecer o madurar en la fe.
1.3 Otro modo de plantear la pregunta es: ¿qué le puede faltar a quien ya cree que
Jesús es el Mesías y el Señor? Los cristianos tesalonicenses ya creían,
evidentemente, en Jesucristo, pues le hemos escuchado a Pablo decir, en el
capítulo primero de esta misma Carta, que "su fe en Dios ha llegado a ser conocida,
no sólo en Macedonia y Acaya, sino en todas partes". Y sin embargo, algo falta a
esa fe, que es tan grande y ya famosa. ¿No es cosa de ponerse a meditar un poco?
1.4 Tradicionalmente los protestantes han afirmado que la fe, fe viva en Cristo, es
suficiente. Y en cierto sentido es así. Pero también es verdad, y también lo enseña
la Biblia, que a esa fe viva algo le falta, o por lo menos, algo le puede faltar, dado
que los tesalonicenses tenían esa fe, una fe que era digna de encomio, pero que
necesitaba ser completada. Por hoy quedemos con esa inquietud. En cierto modo el
resto de la Carta que estamos meditando nos ayudará a encontrar respuesta a
nuestra pregunta sobre la madurez de la fe.
2. El Mandato de Velar
2.1 Con un lenguaje sumamente gráfico Jesús apremia a todos con el mandamiento
de velar. Es muy interesante ver que él mismo, siendo quien es, se compara a un
ladrón, en el texto del evangelio que hoy hemos leído. Y en este género de
comparación no estamos ante un hecho insólito en los evangelios, pues muchas
veces Jesús opta por presentar a Dios no como es en sí mismo sino como cada cual
lo percibe. ¿Recordamos, por ejemplo, esa vez en que habla de Dios comparándolo
en cierta manera con un juez injusto al que una pobre viuda tiene que insistirle una
y otra vez (Lc 18,3-7)? Dios no ES un juez injusto, pero a quien sufre y no se siente
escuchado LE PUEDE PARECER que Dios es así, y Jesús opta continuamente por
situarse "del lado del cliente", no del lado de la teoría o de "la verdad en sí misma".
2.2 En el caso presente, hay que decir que Dios parece un ladrón para quien se
siente tan dueño de su vida, su tiempo y sus cosas, que no quiere perderlos jamás.
Para el que quiere vivir mil años, Dios es un ladrón de años. Para el que quiere
disfrutar todos los placeres, Dios sólo puede ser un ladrón de placeres. Para el que
quiere gozarse de la creación para siempre, estorba el llamado del Creador.
2.3 Notemos que en todos los casos en que Dios parece un ladrón es porque el
hombre ha querido sentirse "dueño". La clave en el discurso de Jesús está en esto:
no te sientas dueño y no verás en Dios un ladrón. Siéntete siervo, siervo amado,
siervo fiel, siervo en el que se puede confiar, y descubrirás un Dios que te otorga el
don de su amor y de su confianza.