Encuentren en Cristo su tesoro.
30/08/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 44-46
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «El Reino de los cielos se parece a un
tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de
alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo.
El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al
encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra». Palabra del
Señor. Oración introductoria
Jesús, concédeme iniciar esta meditación con un gran deseo de poder experimentar
tu cercanía porque ése es el mayor tesoro que puedo tener y por el que vale la
pena renunciar a todo lo demás. Quiero corresponderte con todas mis fuerzas y
agradarte en todo.
Petición
Dios mío, dame la gracia de amarte más el día de hoy y de crecer en la santidad.
Meditación
«El Espíritu Santo quiere la unidad, quiere la totalidad. Por eso, su presencia se
demuestra finalmente también en el impulso misionero. Quien ha encontrado algo
verdadero, hermoso y bueno en su vida —el único auténtico tesoro, la perla
preciosa— corre a compartirlo por doquier, en la familia y en el trabajo, en todos
los ámbitos de su existencia. Lo hace sin temor alguno, porque sabe que ha
recibido la filiación adoptiva; sin ninguna presunción, porque todo es don; sin
desalentarse, porque el Espíritu de Dios precede a su acción en el "corazón" de los
hombres y como semilla en las culturas y religiones más diversas. Lo hace sin
confines, porque es portador de una buena nueva destinada a todos los hombres, a
todos los pueblos.
Queridos amigos, os pido que seáis, aún más, mucho más, colaboradores en el
ministerio apostólico universal del Papa, abriendo las puertas a Cristo» (Benedicto
XVI, 3 de junio de 2006).
Reflexión apostólica
«Uno de los primeros deberes de todo cristiano es tomar conciencia del tesoro de
su propio compromiso bautismal, que conlleva el llamado de Dios a la perfección
del amor mediante la santidad de vida y la entrega al apostolado. Antes que tarea,
la vocación cristiana es un don destinado a crecer y desarrollarse, por su fuerza
intrínseca, hasta alcanzar su plena madurez » ( Manual del miembro del Regnum
Christi , n. 272).
Propósito
Participar con mi oración, y de ser posible con mi colaboración, en las misiones.
Diálogo con Cristo
Gracias, Padre mío, por mostrarme qué es lo que vale la pena en esta vida.
Convénceme de que la auténtica santidad está en el amor, en el ejercicio continuo
de la caridad. Ayúdame a ser santo desde ahora para aprovechar la vida
atesorando los bienes que me lleven a crecer en el amor.
«Vive tu vida siempre con gran esperanza. Tienes tesoros que conoces pero que te
olvidas de mirar, de apreciar y de poner en acción»
( Cristo al centro, n. 506).