Coherencia y transparencia
“Mucho ruido y pocas nueces”. Como decir, muchas palabras y pocos
hechos. La demasiada luz nos ciega. El afán de apariencia nos habla de la
sequedad del corazón. Generalmente las máscaras ocultan el vacío. Nuestra
sociedad, también la Iglesia, caen en la trampa de la falta de coherencia y
transparencia en sus vidas y en sus actos.
La parábola de Mateo nos hace una radiografía de esta realidad. Dos
jóvenes que confiesan en familia su vacío interior. No logran relacionar su
palabra con su actuar, su inconsciente nebuloso con su apariencia hipócrita.
Poco a poco van develando, como en un espejo multifacético, toda la
vaguedad de sus vidas, la inconsistencia de sus convicciones. Un “SÍ” tan
endeble que se convierte en un “NO”, o viceversa.
Más importante que el Sí o que el No es el trabajo en la viña, o sea nuestra
responsabilidad concreta en el hoy de la historia. Ezequiel nos lo describe
con una simple pincelada: “¿Cuál es tu proceder?” Y lo responde con pasos
agigantados de actualidad: De lo justo pasamos a lo injusto, de lo bueno a
lo malo, de lo honrado a lo corrupto. Es decir, todo a la inversa. Simple
realidad de nuestro mundo hoy.
Pablo es más realista. Sabe que en su parroquia de Filipos no todo es color
de rosa. Que hay rivalidades, antagonismos, luchas internas. Se contenta
con pedirles “un poco” de amor, de concordia, de humildad, con tal de que
ese “poco” sea verdadero. El ideal queda más allá: “ Tener los mismos
sentimientos de Jesús ”: Coherencia y transparencia.
Cochabamba 24.09.11
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com