COMPARTIENDO EL EVANGELIO
Reflexiones radiales de Monseñor Rubén Oscar Frassia
Domingo 04 de septiembre de 2011 – 23º durante el año
Jornada mundial de las migraciones: “Una sola familia humana”
Evangelio según San Mateo 18, 15-20 (ciclo A)
Jesús dijo a sus discípulos:
“Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no
te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos
o tres testigos.
Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad,
considéralo como pagano o publicano.
Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten
en la tierra, quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está
en el cielo se lo concederá.
Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos".
LA CORRECCION FRATERNA
Encontramos en este texto varios temas. El primero es la corrección fraterna, base de la
misericordia y la reconciliación, que nos hace saber que todos nosotros tenemos que ser
rescatados por el Señor y a veces rescatados por la intervención de los demás. Esto para que si
uno, objetivamente, está mal, ha pecado, ha faltado no sólo a Dios sino también a la comunidad,
sea corregido para que reconozca, modifique y cambie sus actitudes.
La corrección fraterna es un acto de caridad, pero siempre está apoyada en el amor y en la
objetividad de las cosas que se están tratando. No es desde lo que me molesta o no me gusta, no
es desde lo que yo pienso, sino fundamentalmente es desde algo objetivo que está mal. La actitud
de un hermano, de una familia, del esposo, de la esposa, de los hijos, de los parientes, de la
sociedad, la falta de responsabilidad; a veces uno tiene que tener a alguien para ser iluminado,
para ser reconquistado, para que haya capacidad de enmendarse.
Luego, el proceso: primero es en privado, un segundo momento es con dos personas, para que
sean testigos objetivos, y luego -si no se hace caso- decirlo a la comunidad para que la misma
comunidad tenga más cuerpo y esa persona pueda escuchar el reclamo, ya no de una sola persona
ni de dos sino de toda la comunidad. Esta sería la Iglesia.
El Señor deja a sus apóstoles, y en ellos a sus presbíteros, la cuestión de atar y desatar, que
significa la capacidad del perdón de Dios. Por eso el que perdona es Dios a través del sacerdote
para que “lo que ata en la tierra quedará atado en el cielo y lo que desata en la tierra quedará
desatado en el cielo”.
Pidamos al Señor que tengamos una actitud fraterna, de verdad, de respeto, de cuidado y también
de interés. Porque cuando uno tiene interés es capaz de hablar, si no tiene interés es indiferente,
incluso ante la mala acción del hermano. Cuando uno tiene interés se ocupa del bien y también
de la corrección de aquello que está mal.
Pidamos al Señor objetivar y ser muy delicados en este tema, pero también ser muy fraternos en
la confianza y la corrección.
Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén