EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Lunes de la XXV Semana del Tiempo Ordinario
Libro de Esdras 1,1-6.
En el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra del Señor
pronunciada por Jeremías, el Señor despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia, y
este mandó proclamar de viva voz y por escrito en todo su reino:
"Así habla Ciro, rey de Persia: El Señor, el Dios del cielo, ha puesto en mis manos
todos los reinos de la tierra, y me ha encargado que le edifique una Casa en
Jerusalén, de Judá.
Si alguno de ustedes pertenece a ese pueblo, que su Dios lo acompañe y suba a
Jerusalén, de Judá, para reconstruir la Casa del Señor, el Dios de Israel, el Dios que
está en Jerusalén.
Que la población de cada lugar ayude a todos los que queden de ese pueblo, en
cualquier parte donde residan, proporcionándoles plata, oro, bienes y ganado, como
así también otras ofrendas voluntarias para la Casa del Dios que está en Jerusalén".
Entonces los jefes de familia de Judá y de Benjamín, los sacerdotes y los levitas, y
todos los que se sintieron movidos por Dios, se pusieron en camino para ir a
reconstruir la Casa del Señor que está en Jerusalén.
Sus vecinos les proporcionaron toda clase de ayuda: plata, oro, bienes, ganado y
gran cantidad de objetos preciosos, además de toda clase de ofrendas voluntarias.
Salmo 126(125),1-2ab.2cd-3.4-5.6.
Canto de peregrinación. Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía que
soñábamos:
nuestra boca se llenó de risas y nuestros labios, de canciones. Hasta los mismos
paganos decían: "¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!".
nuestra boca se llenó de risas y nuestros labios, de canciones. Hasta los mismos
paganos decían: "¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!".
nuestra boca se llenó de risas y nuestros labios, de canciones. Hasta los mismos
paganos decían: "¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!".
nuestra boca se llenó de risas y nuestros labios, de canciones. Hasta los mismos
paganos decían: "¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!".
¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros y estamos rebosantes de alegría!
¡Cambia, Señor, nuestra suerte como los torrentes del Négueb!
Los que siembran entre lágrimas cosecharán entre canciones.
El sembrador va llorando cuando esparce la semilla, pero vuelve cantando cuando
trae las gavillas.
Evangelio según San Lucas 8,16-18.
No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo
de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean
la luz.
Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no
deba ser conocido y divulgado.
Presten atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene,
se le quitará hasta lo que cree tener".
Leer el comentario del Evangelio por
San Máximo, el Confesor (hacia 580-662), monje y teólogo
Pregunta 63 para Thalasio; PG 90, 667s
«Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero» (sl 118, 105)
La lámpara sobre el candelero es nuestro Señor Jesucristo, la verdadera luz del
Padre «que ilumina a todo hombre que viene a este mundo» (Jn 1,9). Dicho con
otras palabras, es la Sabiduría y la Palabra del Padre : habiendo aceptado nuestra
carne, realmente es y ha sido llamado la «lámpara» del mundo. Es celebrado y
exaltado en la Iglesia por nuestra fe y nuestra piedad. De esta manera se hace
visible a todas las naciones y brilla para «todos los que están en la casa», es decir,
para el mundo entero, según su palabra: «Nadie enciende una lámpara para
ponerla bajo el celemín, sino sobre el candelero, donde puede iluminar a todos los
de la casa» (Mt 5,15).
Como se puede ver, Cristo se da a sí mismo el nombre de lámpara. Siendo
Dios por naturaleza, se ha hecho carne según el plan de salvación, una carne que
contiene una luz, tal como si se tratara de un jarrón... David lo pensaba así cuando
dijo : «Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero» (sl 118, 105). En
la Escritura se describe a mi Salvador y mi Dios como una lámpara porque Él es
quien hace desaparecer las tinieblas de la ignorancia y el mal de los hombres.
Puesto que solo Él tiene poder para aniquilar las tinieblas de la ignorancia y disipar
la oscuridad del pecado, por ello es, para todos, el camino de salvación. Conduce al
Padre a los que, por el conocimiento y la virtud, van en pos de Él por el camino de
los mandamientos como por un camino de justicia.
El candelero es la Iglesia, porque el Verbo de Dios brilla a través de su
predicación. Es así como los rayos de su verdad pueden iluminar al mundo entero...
Pero con una condición: no esconderla bajo la letra de la Ley. Cualquiera que se ate
sólo a la letra de la Escritura, vive según la carne; mete su lámpara bajo el celemín.
Por el contrario, puesta sobre el candelero, la Iglesia, ilumina a todos los hombres.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”