II Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
EL QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO
La Palabra : Juan el Bautista vio a Jesús que venía hacia él, y exclamó: “
este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo ” (Evangelio)
1. Al escuchar estas palabras del Bautista fácilmente nos imaginamos a Jesús
colgado en la cruz como un cordero llevado al matadero para aplacar el honor de
un dios ofendido por nuestros pecados. Pero esto no puede ser así pues el Dios
revelado en Jesucristo nos sigue amando incluso cuando somos pecadores. Su
honor y gloria significan que todos podamos vivir como personas, teniendo vida y
caminando hacia la plenitud de la misma.
2. En el Evangelio sale el Espíritu Santo. Es la fuerza de Dios que está en el origen
y sustenta todas las cosas. Es la fuerza que recibe Jesús de Nazaret “ sin medida ”.
Según el Evangelio se manifiesta en forma de paloma; puede evocar lo que dice el
poético “ Cantar de los Cantares” en la Biblia, donde el amante apasionado llama “
paloma ” a la amada; o puede significar que el lugar propio para encontrar y
discernir al verdadero Espíritu es la conducta de Jesús.
3. Todos los seres humanos vivimos, caminamos y respiramos gracias al Espíritu;
por eso en los derechos humanos hay algo de divino. Los cristianos hemos sido
bautizados para recibir el Espíritu de Jesús. El bautismo ante todo es un don, una
manifestación de Dios como Fuerza a favor nuestro. Pero el bautismo es un punto
de partida y toda nuestra existencia cristiana debe ser bautismal, es decir, una
historia animada y modelada según ese Espíritu.
Fray Jesús Espeja, OP
Con permiso de Palabranueva.net