TIEMPO ORDINARIO
“La Iglesia, por una tradición apostólica, que trae su origen del mismo día de
la Resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que
es llamado con razón “día del Señor” o Domingo. En este día los fieles deben
reunirse a fin de que, escuchando la palabra de Dios y participando en la Eucaristía,
recuerden la Pasión, la Resurrección y la gloria del Señor Jesús y den gracias a
Dios... Por esto, el domingo es la fiesta primordial, que debe inculcarse a la piedad
de los fieles de modo que sea también día de alegría y de liberación del trabajo... El
Domingo es el fundamento de todo el año litúrgico” 1 .
La Iglesia celebra el misterio de Cristo también en los domingos del Año, que
no pertenecen a los "tiempos fuertes" del año litúrgico. Estos son treinta y cuatro,
bajo la denominación de “Domingos durante el Año”. Son los domingos que van de
Epifanía a Cuaresma y de Pentecostés al final del año litúrgico.
Todos estos domingos, partiendo de la palabra de Dios, nos invitan a
reflexionar sobre los distintos aspectos de la nueva vida nacida del misterio
pascual. Son las lecturas las que nos proporcionan el tema de la reflexión y la
vivencia característica de cada domingo con su matiz particular. El año litúrgico
encuentra su propia coronación en la Fiesta de Cristo Rey, que se celebra el último
domingo del año.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)
1 SC, 106.